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Por: Irma Idalia Cerda
Fotografía: Especial
‘Business are business’
¿Qué tan importante en estos tiempos es hacer
un buen negocio? la respuesta es obvia, y como
dicen por ahí: en el amor y la guerra todo se
vale, y yo agregaría que también en una crisis
como la que estamos viviendo.
El pasado 8 de noviembre se reabrió la frontera
México -Estados Unidos vía terrestre, y cómo era de
esperarse ya muchos nuevoleoneses ya empezaron
a cruzarla para ver a sus familiares y también para
realizar las tradicionales compras.
Luego de esperar 20 meses, para ingresar al vecino
país se puede hacer con la visa vigente y con el certificado de vacunación completo contra el Covid-19,
así que ahora que se aproxima el Día de Acción de
Gracias, seguramente habrá muchos clientes esperando afuera de los centros comerciales para arrasar
con todo hasta agotar existencias.
Y ojalá que los que vayan, gocen de buena salud física
y económica-me refiero a que para aprovechar la vuelta
hay que llevar una buena cantidad de dólares-y así
disfrutar su estancia en Laredo, McAllen o Brownsville,
por mencionar algunas ciudades fronterizas.
Aunque ahora resultará un poco más barato el
viajecito, pues la gente que iba en los meses anteriores por necesidad o para aplicarse la vacuna, tenían
que invertir entre 300 y 500 pesos en las pruebas de
antígenos para comprobar que no estaban contagiados, así como comprar un boleto de avión de hasta
6 mil o siete mil pesos, un negocio redondo para las
farmacias y las aerolíneas.
Y ahora bien, para quienes no quieran o no puedan
salir, “El buen fin” fue una opción para que los habitantes de esta metrópoli pudieran hacer sus compras
como acostumbraban hacerlo y, además, sin tantas
restricciones.
Tal vez no sea tan necesario “ir de compras” de
este o aquel lado, sobre todo en estos momentos de
austeridad, pero por alguna razón relacionamos que
dicha actividad nos proporciona bienestar, como si
fuera algo terapéutico, por eso no nos extraña que
los centros comerciales estén llenos.
Pero sin duda los más felices son los comerciantes,
que habían sufrido los embates del primer año de la
pandemia y poco a poco fueron recuperándose los que
pudieron, porque hubo otros que lamentablemente no
pudieron sacar adelante su micro o mediana empresa.
También hemos visto que surgieron nuevos
emprendedores a raíz de la pandemia, que han visto
la oportunidad fabricando cubrebocas, tapetes, gel
desinfectante, entre otros artículos, y como decía al
principio, todo es válido en estos tiempos de crisis,
siempre y cuando no se aprovechen de la situación
y eleven los precios de su mercancía.
En todo caso, podemos apoyar a los vendedores
locales, a los artesanos, a las “nenis” y a cualquiera
que ofrezca sus productos en línea o en un local, pues
estas personas son las que más necesitan clientela
que les page “contante y sonante”, sin regateo, porque
“business are business”.
irma_idalia@hotmail.com
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