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Entre la calidad barata y los desechables caros | EDUI TIJERINA CHAPA | Febrero 2021


Sin audiencia no hay medios

Entre la calidad barata y los desechables caros  

Cuando los Lumiere presentaron el Cinematógrafo, no imaginaron hasta dónde llegaría como herramienta expresiva y comercial. 

Ahora, los productos cinematográficos han ampliado tanto sus alcances que pensar en una sola vía de clasificación resulta completamente absurdo.

Así, si se toma en cuenta la relación de una película con la realidad, hablamos de cine documental (que la documenta y presenta tal cual) y de cine ficción (en el que se crean o recrean realidades) Si pensamos en las características compartidas por un grupo de cintas, hablaríamos de géneros (Ej. western, musical, bélico, cine negro, etc.)

Otras clasificaciones se basan en afinidad de estilos entre directores, orientación ideológica y hasta en los objetivos (comercial, de arte o híbrido) Entre lo más reciente se encuentra “Dogma 95”, un movimiento que comenzó en 1995 a iniciativa de los daneses Lars Von Trier, Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen, quienes se plantearon la idea de volver a las raíces del oficio, dando mayor peso a la historia (fondo) que a la forma.

Se dirigió la actividad a la realización de películas sencillas, sin postproducción, sin aspavientos estructurales, aunque, eso sí, con una muy bien cuidada progresión dramática que permitiera al espectador involucrarse más por los conflictos y desarrollo de los personajes, que por la espectacularidad visual. 

Para entrar a la liga de creadores “dogmáticos” hay que apegarse a un manifiesto (conocido como “Voto de Castidad”) de diez puntos que sirve de puente entre el realizador y el movimiento.

1.- El rodaje debe realizarse en locaciones, sin accesorios ni decorados (si son necesarios para la historia, deberán elegir lugares en el que éstos se encuentren).

2.- El sonido no debe ser producido por separado de las imágenes. No se puede utilizar música, salvo sea parte del ambiente donde se esté rodando. 

3.- La cámara debe sostenerse en la mano.

4.- Tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. Si hay poca luz, la escena debe cortarse, o bien, montar sólo una fuente sobre la cámara.

5.- Quedan prohibidos los trucajes, filtros y efectos especiales.

6.- La película debe evitar cualquier acción superficial.

7.- La trama sucederá en un “aquí y ahora” continuos.

8.- No son válidas las películas de género.

9.- Debe filmarse en 35 mm. Este punto es el único con cierta flexibilidad ya que, dadas las condiciones económicas, se consideran el video y formatos menores (16 mm). 

10.- El director no debe (ni puede) aparecer en los créditos.

Para muchos, este Decálogo se antoja demasiado riguroso, pero para otros representa un verdadero interés en “depurar” la actividad creativa, evitando todo aquello que signifique el riesgo de caer en la superficialidad y olvidarse del manejo consistente del contenido.



Edui Tijerina Chapa
 
edui_tijerina@yahoo.com 
Twitter: @EduiTijerina 
Instagram: @eduitijerinachapa 

Escritor, dramaturgo, guionista, asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”, “Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”