Sin audiencia
no hay medios
Entre
la calidad
barata y los
desechables
caros
Cuando los Lumiere presentaron el Cinematógrafo, no imaginaron hasta dónde llegaría como
herramienta expresiva y comercial.
Ahora, los productos cinematográficos han ampliado tanto sus alcances que pensar en una
sola vía de clasificación resulta completamente
absurdo.
Así, si se toma en cuenta la relación de una película con la realidad, hablamos de cine documental (que la documenta y presenta tal cual)
y de cine ficción (en el que se crean o recrean
realidades) Si pensamos en las características
compartidas por un grupo de cintas, hablaríamos de géneros (Ej. western, musical, bélico, cine
negro, etc.)
Otras clasificaciones se basan en afinidad de
estilos entre directores, orientación ideológica
y hasta en los objetivos (comercial, de arte o
híbrido)
Entre lo más reciente se encuentra “Dogma 95”,
un movimiento que comenzó en 1995 a iniciativa
de los daneses Lars Von Trier, Thomas Vinterberg
y Soren Kragh-Jacobsen, quienes se plantearon
la idea de volver a las raíces del oficio, dando
mayor peso a la historia (fondo) que a la forma.
Se dirigió la actividad a la realización de películas
sencillas, sin postproducción, sin aspavientos
estructurales, aunque, eso sí, con una muy bien
cuidada progresión dramática que permitiera
al espectador involucrarse más por los conflictos y desarrollo de los personajes, que por la
espectacularidad visual.
Para entrar a la liga de creadores “dogmáticos”
hay que apegarse a un manifiesto (conocido
como “Voto de Castidad”) de diez puntos que sirve de puente entre el realizador y el movimiento.
1.- El rodaje debe realizarse en locaciones, sin
accesorios ni decorados (si son necesarios para
la historia, deberán elegir lugares en el que éstos
se encuentren).
2.- El sonido no debe ser producido por separado
de las imágenes. No se puede utilizar música,
salvo sea parte del ambiente donde se esté
rodando.
3.- La cámara debe sostenerse en la mano.
4.- Tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. Si hay poca luz, la escena
debe cortarse, o bien, montar sólo una fuente
sobre la cámara.
5.- Quedan prohibidos los trucajes, filtros y efectos especiales.
6.- La película debe evitar cualquier acción
superficial.
7.- La trama sucederá en un “aquí y ahora” continuos.
8.- No son válidas las películas de género.
9.- Debe filmarse en 35 mm. Este punto es el
único con cierta flexibilidad ya que, dadas las
condiciones económicas, se consideran el video
y formatos menores (16 mm).
10.- El director no debe (ni puede) aparecer en
los créditos.
Para muchos, este Decálogo se antoja demasiado riguroso, pero para otros representa un
verdadero interés en “depurar” la actividad
creativa, evitando todo aquello que signifique
el riesgo de caer en la superficialidad y olvidarse
del manejo consistente del contenido.
edui_tijerina@yahoo.com
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”