Sin audiencia
no hay medios
El peso
de los likes
Seguidores vs talento
Cada vez son más los nombres que aparecen,
se instalan y crecen en popularidad bajo la etiqueta de “influencers”, acaparando la atención
de usuarios de las redes sociales y, con ello, estableciéndose como puntos de interés para ser
tomados como voceros de marcas, productos,
servicios, empresas y hasta de partidos políticos.
Algunos por sus bailes, otros por sus comentarios sobre cine, TV o música; algunos más por
chistoretes, imitaciones, cantando, haciendo
acrobacias e, incluso, agrediendo a otros u ofreciendo contenido disruptivo. De entre todos, algunos sorprenden con material que realmente
vale la pena, mientras que otros no pasan del
escándalo fácil y barato, pero efectivo para tener
un segmento cautivo.
Este estatus de figura pública de redes, con creciente número de seguidores y likes, ha sido un
tema de controversia entre quienes se dedican
a otras áreas especializadas del entretenimiento.
Por ejemplo, los actores y actrices.
Rápidamente se han ido incrementando las
quejas sobre la forma en que los influencers
se van posicionando con papeles en películas, series, telenovelas y hasta doblando voces
de personajes animados o grabando temas
musicales. Lo anterior, debido a que las casas
productoras piensan que, si los incluyen en sus
filas de talentos, los seguidores, en automático,
verán / consumirán las producciones en las
que participan. Lo que no consideran a fondo
es que los seguidores de estas figuras dedican
su atención a desempeños en concreto y que
no necesariamente van a migrar a otras propuestas o a participaciones en otros medios.
Los argumentos de los histriones son muchos,
pero destacan los que señalan que “para ser
un actor de verdad se necesita, además de
talento y sensibilidad, preparación, disciplina,
respeto a las tablas y/o a los foros” y que “para
ser actor no basta con ser popular, manejar el
apuntador y repetir sin emoción lo que se les
dicta para desarrollar una escena”. Y en esto
tienen toda la razón.
Otro tema para tomar en cuenta es que “trabajo
es trabajo” y si se les abren oportunidades, mal
harían en no aceptarlas. Es algo legítimo. Pero,
por otro lado, está la superficialidad con la que
se podría manejar y ver la participación en otros
medios. Es decir, “estás porque tienes muchos
seguidores y no porque tengas madera para la
actuación”. Claro, habrá quienes sí la tengan y
callen a muchos con sus interpretaciones, pero,
para ser honestos, son casos aislados, de esos
“garbanzos de a libra”.
He sabido de agencias de casting (selección de
talentos) que, antes de preguntar a los prospectos para algún papel sobre sus antecedentes y
trayectoria, lo primero que cuestionan es “¿en
qué redes sociales estás y cuántos followers tienes?”, cosa que indigna a más de tres, ya que
se esperaría que eso fuera un complemento
o apoyo, no un diferencial determinante para
quedarse con un personaje.
Dicen que “para todo hay público” y es muy
cierto. El conflicto con lo que referimos viene
desde el momento que ciertos sectores se sienten invadidos y/o desplazados de sus fuentes
de expresión, de trabajo y de desarrollo.
Si bien es cierto que las redes sociales son una
plataforma perfecta para darse a conocer, expresarse con cierta libertad y explotar capacidades, también lo es que lo que podría ser
tomado como un juego o pasatiempo se eleva
a niveles no correspondientes y viceversa; que
lo que es todo un arte interpretativo se termine
diluyendo.
Hay gente muy talentosa en cine y televisión que,
al dar paso a las redes, pretendiendo generar
contenidos, terminan dando contra la pared.
Igual pasa con creadores de contenidos de
redes que, al pretender dar el salto, pierden
pisada y quedan en el limbo, sin conseguir el
pretendido arrastre de televidentes o personas
haciendo filas para comprar un boleto de cine
o teatro.
Un seguidor puede no estar dispuesto a pagar
una entrada a un espectáculo o a ver todos los
capítulos de una serie, mientras que un miembro
de audiencia no siempre sigue a los protagonistas de sus películas o programas favoritos. El porcentaje de los que son seguidores y audiencia
del mismo personaje a la vez es relativamente
reducido, considerando la generalidad.
Cada ventana de expresión requiere de una
capacidad y talento particulares. Pero no todos
los talentos y capacidades funcionan igual para
las distintas ventanas. Ah, y algo clave: El talento
no se incrementa con el número de seguidores.
Son variables completamente independientes.
edui_tijerina@yahoo.com.mx
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Somos invisibles” y “Jesús de Nazaret”.