Por: Edui Tijerina Chapa
Fotografía: Cortesía Claudia Pino
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Claudia Pino |
CLAUDIA PINO
La magia de combinar
cine y vocación social
Dentro de algunas semanas, se llevará a cabo la
edición 2024 del Festival Internacional de Cine de Lebu,
en Chile.
Este gran evento, especializado en cortometrajes, es calificador oficial para los Premios
Oscar y, desde este año, lo es también para
los Premios Goya, lo cual aumenta significativamente el nivel de responsabilidad de
todos y cada uno de los participantes en producción,
organización, logística y demás áreas que, al moverse
de manera coordinada, consiguen que todo salga de
la mejor manera.
Todo esto no sería posible sin la visión, capacidad de administración y amor por el audiovisual de
su fundadora y directora. Alguien que, además, es
comunicadora, productora ejecutiva para Cine y TV
y especialista con diplomado en Administración y
Gestión de Instituciones. Me refiero a Claudia Pino
Saravia, con quien he tenido el gusto de platicar para
todos Ustedes, amigos de “Arte, Cultura y Sociedad”.
Cuéntame, querida Claudia, sobre el estado de
las cosas en torno a la cinematografía chilena…
La cinematografía chilena ha logrado grandes éxitos
internacionales. Los Oscar para “Historia de un oso”
y “Una mujer fantástica”, así como la nominación de
“Bestia” de Hugo Covarrubias en la categoría de corto
animado, son claros ejemplos. Tanto en largos como
en cortometrajes ha aumentado nuestra presencia
mundial, por lo que, hasta antes de la pandemia, el
panorama era bastante auspicioso y ahora que hemos
salido de esa racha, se retoma el tendido de nuevos
y más amplios caminos.
¿Qué baches se enfrentan y qué exigencias se
plantean para sortearlos?
En las distintas regiones del país resulta difícil desarrollar proyectos de envergadura y calidad de exportación. Se requiere profesionalización del sector y que
Instituciones Públicas, así como empresas privadas,
confíen y permitan el desarrollo de la industria.
Justamente, profesionalizar e incentivar,
son dos de los grandes motores del Festival
Internacional de Cine de Lebu (CINELEBU) que tú
diriges.
Así es. Contamos, de hecho, con el apartado de Industria, que está encaminado a pulir y actualizar a los
nuevos cineastas, así como a guiarlos hacia áreas
específicas de creación, producción, distribución y
exhibición. Tendemos puentes entre los profesionales
en activo, ya consagrados y reconocidos, con estos
talentos emergentes, pero, también, y con actividades complementarias, buscamos la formación de las
audiencias, con lo que pretendemos dar herramientas
de análisis para que, como público, seamos más críticos, en el sentido de poder valorar los audiovisuales
que llegan a nuestros ojos.
A fines del año pasado, este apartado creció y se
convirtió en BioBio Conecta, que dedicó una semana
completa a recibir jóvenes cineastas y estudiantes
con proyectos que pasaron por asesorías, talleres,
orientación para desarrollo, conferencias magistrales
y feria audiovisual, con el objetivo de que se pulieran
y contaran con la posibilidad de ampliar su veta de
posibilidades ante el mercado audiovisual.
Regresemos en el tiempo. ¿Cómo se gestó y
nació CINELEBU?
Iniciamos en 1999 como una actividad social, para
facilitar acceso al cine y oportunidades culturales a
la comunidad de Lebu. Entonces, se realizaban funciones en la Caverna Benavides, un espacio natural
maravilloso pero que representaba un gran reto.
Jamás imaginamos el alcance que tendría.
¿Fue difícil?
Sí. Mucho. Ese arranque fue muy difícil. Y es que,
¿cómo creer en la idea de un festival que se llevaría
a cabo en una comuna donde no había salas de cine?
A muchos les parecía descabellado. Además ¿dentro
de una caverna y sin energía eléctrica? Parecía una
locura.
¿Cómo hicieron para convencer a los
encargados de liberar permisos, a los
patrocinadores, etcétera?
Debíamos explicar desde nuestro propio convencimiento: el de combinar cine, público, un sitio de
identidad local y el deseo de inyectar pasión por la expresión audiovisual. ¡Nunca se había realizado una
actividad igual!
Difícil labor, sobre todo, precisamente, por tratarse
de algo nuevo en ese momento.
Tuvimos que ser creativos para enfrentar las dificultades de organización y producción. A más de dos
décadas después, nos sentimos orgullosos por la infinidad de historias y amistades que dan a CINELEBU
su gran fuerza, proyección y posicionamiento.
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La gran clausura de CINELEBU 2023 fue en el Teatro Bio de la ciudad de Concepción. |
¿Cuál ha sido la clave?
De estos 23 años de intensa labor, nos queda claro
que es muy importante creer en los sueños, trabajar y
perseverar para que éstos se cumplan; enfocarse con
seriedad, profesionalismo y rigor en la planificación.
Por algo, ahora, CINELEBU es el único Festival
en Chile con nivel calificador de cortometrajes
para los Premios Oscar.
Un honor y fuerte carga de responsabilidad. Como
señalaste antes, desarrollamos intensa labor en industria con actividades como WIP (Work in Progress /
Proyectos en Desarrollo) de cortometrajes, Laboratorios de proyectos, Master Class y el programa
“Filma Bio Bio”, que consiste en grabar y post-producir
cortometrajes que se estrenan durante el Festival.
Y, por si fuera poco, hasta se han ramificado.
En nuestra búsqueda y aporte al fomento, desarrollamos las “Réplicas”, que son extensiones del Festival
en los centros culturales más importantes del país,
tales como GAM, CCEM, Museo “Violeta Parra” y
Chile-Actores, entre otros.
¿Cuál ha sido la respuesta a nivel participación?
Cada año recibimos, desde 61 países, más de cinco
mil cortometrajes para competencia.
Contamos con cuatro subsedes: Cuba, España,
Argentina y Guatemala. En el área de formación creamos Escuela CINELEBU, con talleres para niños de 6 a
12 años; “Corto, escuela, acción”, para estudiantes de
12 a 18 y “Mujeres CINELEBU”, con el afán de aportar
a la igualdad y equidad de género.
Este año incorporamos taller de animación para
personas de la tercera edad, el cual ha sido todo un
éxito no sólo como generador de experiencia sino, también, como una ventana para que ese sector exponga
su visión del entorno, sus inquietudes y necesidades.
Vamos con los logros más recientes. La edición
2023 del Festival, significó el regreso a la
presencialidad, luego de experiencias online e
híbridas durante la pandemia.
Ha sido una semana de emociones muy fuertes, tanto
por eso como porque éste, que es el principal evento de
la Provincia de Arauco, ha coincidido con los incendios
forestales que han tenido en jaque la zona y generado
un estado complejo, tanto en lo anímico como en lo
operativo, para todos.
¿Tuvieron críticas por eso? Es decir, por realizar el
evento en tiempos difíciles.
Tuvimos que pensarlo mucho y muy a fondo. Siempre
hay opiniones encontradas.
Sin embargo, hay que tener presente que los
Festivales de Cine no son mero entretenimiento,
sino focos importantes de función social.
Exacto. Los Festivales de cine no sólo son entretenimiento, lo cual, por sí, es necesario y cumple
como una importante ventana de catarsis. También ofrecen formación, espacios de discusión y
oportunidades de difusión e internacionalización
de las sedes. De igual forma, debemos cumplir la
tarea de visibilizar problemáticas de los distintos
grupos sociales.
Esto me recuerda el cortometraje “Hospital
Esperanza”, que se estrenó el día de la
inauguración del CINELEBU 2023.
Un trabajo que conmovió a todos los que asistieron y
a quienes nos siguieron por la transmisión en línea.
Fue el cortometraje que realizaron los adultos
mayores de Lebu, participantes del taller de animación con la técnica de Stop-Motion. En él, mostraron
su punto de vista y la forma en que les afectan los
problemas de salud pública en la zona.
En apenas unos minutos plantean el contexto,
se centran en una situación compartida y exponen
consecuencias, a veces fatales, de algo que debería
preocuparnos y ocuparnos todo el tiempo en todas
partes. Es un tópico que debe atenderse a nivel mundial.
Bien por eso, querida Claudia. Además de
exponer situaciones como esa, también
promueven nuevos talentos, a la vez que
reconocen a figuras ya establecidas en el
terreno audiovisual.
Así es. Este año entregamos el Trofeo CINELEBU por
trayectoria a la talentosa actriz de teatro, televisión
y cine Silvia Novak.
También reconocimos a Daniel Muñoz, un gran
actor, músico, cantante y performer, que, junto a su
grupo musical “Los Marujos”, fue el encargado de la
parte musical de nuestra apertura.
Retomando las funciones del Festival, es
oportuno señalar el gran esfuerzo que se invierte
en armar grupos de Jurados especialistas en
cada una de las categorías a evaluar.
Así debe ser, porque esa es la mejor manera de corresponder a la confianza de quienes se acercan e inscriben
a nuestro Festival. Son muchas las tareas que recaen
sobre los jurados de estos eventos que, sin duda, son
fiestas que honran al cine. Por eso, nuestra selección
es, siempre, muy cuidadosa.
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CINELEBU 2023. |
Cada Festival tiene su propia personalidad.
Cada edición es distinta a la anterior. Con mayor razón,
si hablamos de un Festival con respecto a otro. Los
Festivales de cine son, sin duda y de acuerdo con el
perfil, escaparates necesarios para que los nuevos
talentos consigan ser expuestos y vistos; para que
los cineastas ya establecidos refuercen sus redes de
trabajo y para que los consagrados presenten sus
nuevas obras.
Respecto al público, tenemos que éste
encuentra ventanas que le permiten conectar
con propuestas a las que, de otro modo, tendría
dificultad de acceso.
Aquí, independientemente del objetivo de las películas,
es decir, sean comerciales o de arte/autor; sean ficción
o documental, se dan los espacios adecuados para
conectar con el subgrupo de público compatible con
las propuestas, así como con críticos, programadores,
investigadores y docentes.
Mención aparte, los proyectos que difícilmente
encuentran espacio en las corridas de
exhibición regular.
Ese es un punto interesante, especialmente si hablamos
de cortometrajes. Aquí encuentran los escaparates que
necesitan para llegar al público y, también, de quienes,
eventualmente, podrían determinar el tendido de más
y mejores caminos para los realizadores.
Con todo esto, todavía son muchos los que
piensan que organizar y/o ser jurado de un
Festival de Cine es cosa fácil.
No falta quienes creen que es sólo sentarse a ver películas y disfrutar. Y bueno, en parte tienen razón, pero
el tema no para ahí. Hay mucho trabajo de mesa y de
campo antes de llegar a ese momento. También hay
mucho por hacer después de la ceremonia de cierre.
Podría decirte que para cuando estamos clausurando
una edición, ya estamos pensando en la que viene.
Esto no para. No debe parar.
Respecto a los miembros del jurado, todos tienen
la enorme responsabilidad de concentrarse en las
variables que distinguen a cada categoría (grupo de
películas con características compartidas en fondo
y/o en forma) y los criterios para su perfilado.
A partir de ahí, analizar (si es posible, ver al menos
unas dos o tres veces cada una, lo cual se facilita
mucho con las nuevas opciones de visionado desde
plataformas con acceso privado-controlado) para
atender todos sus componentes en la trama o planteamiento y en la manera en que ésta se cuenta a través
de imágenes y sonidos, a fin de hacer una evaluación
enfocada a sus valores de narrativa y producción y
no en la víscera y/o mero gusto personal.
A propósito, el gusto personal es importante,
pero no debe ser determinante. ¿O no es así?
Es cierto que el gusto personal es importante, pero no
debe ser determinante, ya que -a veces- el conecte del
jurado con la situación planteada, el tema o, incluso,
la procedencia de cada trabajo, pueden influir. El
asunto es que no exista esa influencia o, al menos,
disminuya al máximo, para ser justo en la decisión
y tener argumentos al momento de deliberar con
los demás compañeros, a fin de fundamentar -con
retroalimentación- ante los interesados.
Personalmente, estos son los principios que suelo
aplicar cada vez que me invitan a participar como
parte del grupo que tendrá a su cargo la selección
de los ganadores de algún Festival.
Eso es algo que, como organizadora de Festival,
se agradece profundamente. No se trata de que las
películas gusten o no a los “evaluadores”, sino que
sean de verdadera calidad en manufactura, narrativa
y potencial de conexión intelectual y emocional con el
espectador, lo cual, muchas veces, hace que la tarea
sea, además de absorbente y difícil, todo un tema de
posible conflicto con los participantes y/o seguidores.
Un conflicto que debe enfrentarse con argumentos
cimentados en el análisis a conciencia y en el diálogo
serio y moderado pasta llegar al consenso.
Hay películas muy buenas que pueden no
gustar y películas muy malas que pueden ganar
adeptos casi en automático.
Al final del día, lo ideal es el punto medio: Buenas
películas que dejen huella en quienes las ven.
¿Qué más ofrece el Festival Internacional de
Cine de Lebu, en cada una de sus ediciones?
Sesiones de Master Class (Clases Magistrales), se tienden redes de colaboración, negociaciones para apoyos
de producción, distribución o exhibición; proyecciones
gratuitas tanto en teatros y auditorios como en zonas
abiertas (plazas, lagos), talleres de animación, de doblaje,
conversatorios con cineastas y experiencias de Realidad
Virtual. Es un Festival multidisciplinario, con estrategias
de acercamiento al cine en todas sus facetas.
¿Algo que quieras agregar para nuestros
lectores?
CINELEBU nació como un sueño y seguiremos
soñando tras nuevas realidades.
Les invito a ver cine. Mucho cine. Sea en festivales,
en salas, en streaming, en descarga o renta. Donde sea.
Pero abran la oportunidad de conocer todo tipo de propuestas (géneros) y, si se puede, de distintos países, ya
que los temas, ritmos, abordajes y demás, reflejan -por
mucho- la esencia y contexto del lugar de procedencia.
¿Nos vemos en CINELEBU 2024?
¡…Y TODOS SERÁN BIENVENIDOS!
Contacto
Claudia Pino Saravia /
Festival Internacional de Cine de Lebu
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