Por: Edui Tijerina Chapa
Fotografía: María José Carvajal Pedro, Oscar Fuentes, Pedro Ojeda y Cortesía de Alejandra Araya
 |
Foto: Pedro Ojeda |
ALEJANDRA ARAYA
La valentía de seguir tus sueños
La conocí comenzando el 2023, fungiendo
como conductora de los programas especiales y de la ceremonia de clausura del
Festival Internacional de Cine de Lebu,
en Chile. Luego me enteré de que en
su país es reconocida por su talento como actriz
de teatro, cine y televisión. Y ahora, con mucho
gusto, recibo la noticia de que ha llegado a México
en busca de nuevos caminos, tocando puertas y
esperando abrir más ventanas para compartir su
calidad interpretativa.
Esta ocasión, para Ustedes, amigos lectores de
“Arte, Cultura y Sociedad”, conversamos con mi ya
muy querida y admirada Alejandra Araya.
Cuéntanos, Ale. ¿Cómo comenzó tu camino para
llegar a ser lo que eres hoy?
Vengo de una familia en donde ninguno de sus miembros, ni en mi generación, ni en la de mis padres, ni en
la de mis abuelos, se han dedicado a la comunicación.
Este amor por la actuación nace desde mi madre,
que, sin trabajar en esta área, siempre le ha gustado
mucho el teatro, la lectura y la música. Es la persona más culta que conozco y desde pequeña trató
de inculcarme el conocer estas áreas.
Partí bailando en el BAFOCHI (Ballet Folclórico
Chileno) en donde descubrí que me sentía “libre”
cuando estaba sobre un escenario; pero fue a los
11 años cuando tomé mi primer taller de teatro en
el colegio (y donde Humberto Gallardo, gran actor
chileno, fue mi profesor) que descubrí que en este
lugar me sentía libre y “plena”. Desde la creación de
personajes, desde ponerme en la piel de otro individuo y darle voz.
Podríamos decir que desde ese momento
descubriste tu gran vocación…
Entonces decidí, a esa edad, que quería dedicarme a
eso toda la vida. Decidí, a los 11 años, que quería ser
actriz y nunca más dejé de tomar talleres.
Mi círculo cercano siempre me apoyó (mamá y
papá), creo que por dos grandes razones:
- Yo vibraba con esto, me veían contenta y con
muchas ganas.
- Soy muy trabajadora y responsable.
Creo que vieron que esta decisión era seria y real,
y confiaron en que estas dos herramientas podrían
traer frutos
Y la vocación llegó para quedarse y seguir
desarrollándose.
Exacto. Esta vocación ha logrado desarrollarse gracias al arduo y constante trabajo. Siempre me digo
que esta es mi “estrella”, porque ha sido la principal
herramienta que me ha llevado a vivir de esto que
amo. El hacer constantemente, el dejar que mi trabajo muestre lo que soy; me ha ido abriendo puertas.
Sé que aún falta mucho por avanzar y mucho por
seguir profundizando y aprendiendo en lo que hago,
pero yo no puedo ser otra cosa en esta vida. Así que
trabajo incansablemente a pesar de todas las veces
que te dicen que no.
Por fortuna, como refieres, siempre tuviste el
apoyo de tus padres.
Mi mamá y papá siempre me apoyaron. Pero por
supuesto que recibía “consejos” de otras personas.
En el colegio era muy estudiosa, de los primeros
lugares en la generación, y mis profesores o papás/
mamás de amigos/as me decían: “¿Por qué no buscas
algo que te dé una estabilidad? Te vas a perder siendo
actriz”. Y es que la inestabilidad de estas carreras
es real. Tú no sales de la escuela y te vas a entregar
tu currículum a una empresa… eres tu propio jefe,
productor, recursos humanos.
Eres tú el que va diseñando el camino. Y es difícil. Te
enfrentas constantemente al NO y es muy frustrante.
Lo veo incluso en compañeros que ya tienen carreras
consolidadas; la inseguridad es un ingrediente más
de esta elección y no todos estamos preparados para
sobrellevarla. En la escuela nos decían “99% trabajo
y 1% talento”.
¿Y pensaste en hacerles caso? Es decir,
¿Consideraste tomar otro camino?
Creo que la única vez que me dije “¿Qué pasaría si
probara otra opción?” fue en 3 medio.
Había que elegir un electivo y tomé el científico. Me
acuerdo perfecto que estaba en clases de química, en
el laboratorio, y estábamos haciendo un trabajo en el
microscopio. Me acuerdo de que empecé a sentirme
mal y, tal cual, como si fuera una película, recuerdo
que miré a toda la sala y vi a mis compañeros vestidos con el delantal blanco, comencé a respirar más
agitadamente y corrí a la ventana. Me metí dentro de
la cortina, pegué mi cara y mis manos en el vidrio y
me pregunté “¿qué estás haciendo aquí?”. Obviamente
no me fue bien en esa prueba y al año siguiente entré
al electivo humanista.
Luego de egresar del Colegio Antupirén, en
Peñalolén, allá por el 2007, comenzaste a
estudiar actuación. ¿O fue desde antes?
Bueno, primero primerísimo, a los 11 años, con mi
primer taller de teatro en el colegio. Y ya en términos
académicos en el Teatro San Ginés (2006), Preuniversitario del Teatro Camino (2007), Taller Anual del
Club de Teatro (2008).
¿Y ya como carrera?
Estudié actuación en la Academia de Fernando González Mardones, entre el 2009 y el 2011, teniendo nuestra
temporada de egreso en enero de 2012. Posteriormente
hice un PET en la Universidad Mayor, para validar la
academia y tener un título.
Mi academia no trabaja de la mano con el Ministerio de Educación por lo que sales sin título. No es
una obligación tenerlo, pero, finalmente, sí es un
reconocimiento a nivel de sistema y para un futuro.
Nunca se sabe si habrá cambio de intereses. Este será
un respaldo.
Luego he seguido tomando muchos
cursos y talleres. Estudie un taller
Actuación frente a cámara en Roberto
Matus, Taller de Mimo Corporal Dramático (una técnica física), 4 años
de Kalaripayattu (Arte Marcial de la
India), Taller de Actuación Frente a
Cámara para Cine en México, Varios
talleres de Actuación para un casting,
en fin. Nunca se termina de aprender,
y a mí me gusta mucho.
Pues, considerando lo joven que
eres tienes ya una larga y firme
trayectoria. ¿Qué hiciste al salir
de la escuela?
Saliendo de la escuela ¡Uff! Como
buena carrera en la que una es la
gestora de los proyectos, he trabajado
en hartas cosas. Tratando de hacer
un resumen:
En Teatro Deliria, en Teatro Camino
como actriz, productora y/o Docente
de sus talleres; en Teatro Atanor, de
2014 a la fecha, con nuestra obra “El
secuestro de la Bibliotecaria”, en MEGA, del 2016 a 2023, como actriz
en 4 novelas. También, de 2017 a la
fecha, en Teatro Sentido, siendo la
dramaturga, directora y productora
de 2 proyectos personales: “Nupaaka,
un viaje a nuestros ancestros” y “Operación Pacífico”.
 |
Foto: Óscar Fuentes |
Con esta carrera tan enfocada
en el arte histriónico, ¿en qué
momento diste giro hacia la
conducción?
Soy una actriz que ha podido incursionar en la conducción y que ha sido muy feliz.
Esta área la he ido descubriendo pasito a pasito. Me
gustan los espacios cercanos, humanos y relacionales. Por lo que, si la invitación es desde ese lugar; lo
disfruto mucho.
He animado espacios importantes como bingos
en beneficios, algunas “previas” de funciones y ahora
último la Gala de Danza de la Academia de Dagoberto
Huerta en Marchigüé (hermosa experiencia) y Festival
de Cine Lebu 2023.
¿Con qué tipo de personajes o géneros te sientes
mejor actuando?
La verdad, la verdad: No tengo un personaje o un
estilo favorito. Por supuesto sí hay personajes que he
querido con todo el corazón y otros no tanto.
En lo que ha sido mi experiencia, sí creo que he
tenido más oportunidad de trabajar en género dramático, tanto en teatro como en TV.
Soy una actriz de proceso, de trabajo constante.
Y desde ese lugar la parte corporal es un espacio
que para mí es fundamental de desarrollar. Siempre
parto buscando cómo se proyecta un carácter a través
del cuerpo. Por eso amo desarrollarme en espacios
donde el cuerpo es muy importante, artes marciales,
danza, ahora llevo 2 años aprendiendo Lengua de
Señas Chilena.
¿Eres de las actrices que prefieren una ventana
expresiva en particular -cine, teatro, TV,
streaming- o te concentras en interpretar y
punto?
No, no. A mí me gusta ser intérprete. Dar vida a personajes y apuntar a una creación diferente uno del
otro. Eso me obsesiona y encanta. De estas cuatro
áreas he podido desarrollarme más en 2, que es el
teatro y la TV. Así que mi futuro lo estoy proyectando
en lograr abrir más puertas dentro del mundo del
cine y del streaming. Me encantaría. Estamos trabajando en ello.
Las actrices que admiro, tanto a nivel nacional
como mundial, son mujeres de las que he podido
admirar su trabajo en estas cuatro áreas desbordando
versatilidad. Eso me fascina y obsesiona.
Como conductora y actriz, eres figura pública,
¿Te consideras líder de opinión?
Sinceramente, no me acomoda el término “líder de opinión”. Más bien, soy
una actriz que, gracias al trabajo que
ha desarrollado, tiene a su disposición
un mayor alcance en términos comunicativos. Y desde ese lugar, desde mi
ser actriz, comparto en entrevistas o
en mis redes, áreas reales en las que
me desarrollo.
Con eso me dejas claro que
tienes muy a la vista tu gran
responsabilidad social.
La parte social de mi trabajo es muy
importante para mí. Por ejemplo, mi
trabajo teatral lo he desarrollado en
la creación y participación de obras
que apuntan a las infancias. Creo
firmemente que ahí se define en
gran medida la persona y cuando tú
vives experiencias positivas en torno
al arte, y con eso, en el tiempo, vas a
lograr que esa persona sea un futuro
amante de esto que hacemos. De ahí
mi primer amor a las infancias y al
desarrollo de proyectos que aporten
en su educación.
También eres una persona
preocupada por el entorno, que
promueve el cuidado de nuestro
medio ambiente.
Mi obra “Operación Pacífico”, acerca
de la contaminación del plástico en
los océanos, muestra lo importante
que es para mí el medio ambiente.
Este documental animado ya tiene
dos premios internacionales y ha compartido muchas
funciones con adultos y niños.
Por otro lado, estoy estudiando Lengua de señas
chilenas, 4 nivel. Otra área tremendamente importante en términos sociales. Tengo certeza de que,
desde mi oficio, puedo aportar un granito en educación, y eso me fascina.
¿Hay alguien que consideres tu guía, tu principal
mentor?
¡Qué difícil contestar esto! ¿Sabes? Porque he tenido
muy buenos profesores, pero también con procesos
educativos que me parecen súper violentos.
Creo que si tuviera que destacar a una persona que
para mí es un referente de creación, sería Gustavo Valdivieso, director de Teatro Atanor. Con él aprendí y conecté
con el teatro para las infancias y, gracias a su trabajo,
conversaciones, dirección y, hoy por hoy, amistad, es
que ya voy creando mi tercer proyecto en esta área.
¿Qué consejo te ha marcado? ¿Qué consejo
atesoras?
Un consejo que atesoro, que escuché en la escuela y que creo que ha sido muy importante es: 99% trabajo
y 1% talento. Así creo que realmente es; se vive de esta
profesión siendo una hormiguita constante.
Otra cita que recuerdo de la escuela es “No eres
más que tu próximo personaje”. Me parece acertado
pensar el camino de esta manera. Primero en términos concretos de tu trabajo, porque vas generando
un rol tras otro. Y luego, en términos de exposición,
creo que hay que tener una psicología equilibrada en
este camino porque o te subes a la nube y te crees lo
máximo o puedes deprimirte profundamente.
Y tú, ¿qué consejos das a quienes quieren seguir
tus pasos como actriz?
La verdad, no hay nada más valioso y valiente que
seguir tus sueños. La vida pasa tan rápido, que levantarse todos los días a hacer lo que amamos es un
auto regalo maravilloso. Si amas esto, inténtalo. No te
quedes pensando “qué hubiera pasado si…” Inténtalo
con todo el corazón, alma y cuerpo, con todas tus
fuerzas. Pese a los malos días que sí habrá.
Confía en tu proceso, confía en ti. Y trabaja, trabaja
mucho, incansablemente, porque es difícil. Pero se
puede.
Retomemos tu faceta como escritora de libretos
teatrales. ¿Cómo te sientes con la dramaturgia?
Escribo desde la intuición, no te voy a mentir. No
tengo especialidad, ni cursos en dramaturgia; simplemente, amo hacerlo. Amo llevar una imagen que
tengo en mi cabeza y traspasarla al papel.
Como señalé antes, he escrito dos proyectos de
teatro para las infancias “Nupaaka, un viaje a nuestros
ancestros” y “Operación Pacífico”. También he escrito
cuentos para la radio, escribo cápsulas educativas
para una marca, estoy terminando mi primer cortometraje y, paralelamente, iniciamos un proyecto de
audio ficción femenina sobre el deseo y la sexualidad.
Ahora que respondo esta pregunta, me doy cuenta
de que he escrito varias cosas efectivamente. ¡Qué
alegría! Próximamente haremos un curso para profundizar en esto.
¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional?
Creo que todos los inicios de proceso en un área
desconocida los enfrento y los he sentido como un
gran desafío. Por ejemplo, mi primera novela fue un
desafío gigante. Yo venía del mundo del teatro y mi
relación con la TV era a través de pequeñas cápsulas o cortometrajes universitarios. Fue un proceso
muy importante; aprendí mucho, tuve compañeros
muy generosos e Isabel Quiroga, siendo un personaje
secundario, terminó cerrando la teleserie. Lo atesoro
en el corazón.
Luego, mi primer viaje a México. Empezar de nuevo.
Mis deseos de abrir nuevas puertas y de subir un
escaloncito. Partió desde cero y terminó siendo un
viaje importantísimo en mi vida personal y laboral.
Ahora voy por el cine. Para allá estoy apuntando mi
trabajo y energías. Amo lo que hago y quiero seguir
creciendo.
¿Cuáles son las principales variables que
consideras al aceptar un proyecto?
Dos cosas son muy importantes para mí. Primero, la
historia que rodea al personaje, ya que eso se convierte
en motivo de estudio, investigación y creación. Luego,
el equipo humano. Valoro infinitamente con quién
voy a trabajar, porque estaré con esas personas día
a día. Me gustan los compañeros que son generosos
y que hacen de los rodajes, días de encuentro y profundidad. Creo que con estos 2 grandes elementos
se suceden grandes proyectos.
¿Algún proyecto del que te arrepientas?
La verdad, arrepentirme como tal, ninguno. Porque
finalmente tú aprendes de todas las cosas que van
pasándote. He tenido malas experiencias sí, pero que
me han hecho más fuerte.
Pero sí, hay un proyecto en el que el segundo elemento que mencioné no estaba y fue muy pesado de
hacer. Será un secreto que me llevaré a la tumba-
¿Y el que te hace sentir más orgullosa?
Pues, sin duda alguna, “Perdona Nuestros Pecados”,
en TV. Para mí, fue el puntapié inicial de lo que hoy
son cuatro teleseries en el cuerpo. Me siento orgullosa
de mí, de mi crecimiento, de mi constante trabajo,
y me siento muy agradecida de las oportunidades
y desafíos que la televisora MEGA ha puesto en mi
camino.
De no haber sido actriz, ¿en qué otras áreas
habrías estado?
Nunca me he visto en otra cosa. Nunca me he sentido
no siendo actriz. Lo llevo impregnado en el ADN y,
para bien o para mal, toda mi vida la veo en desde
la actuación.
Pero, si tuviera que elegir otra opción, sería enfermera pediátrica.
¿Qué te llevó a la decisión de migrar a México?
Más bien, me gusta decir que quiero que México sea
otro espacio laboral. En ello estamos trabajando. Pero
en Chile tengo proyectos también.
México es un planeta de diferencia en término
de oportunidades laborales. El hecho de que sea
un lugar con muchísimas producciones al año, con
personajes diversos, con la cultura a flor de piel en
las calles, con contactos globales, con formas de
hacer mucho más grandes; un lugar donde puedes
audicionar para los proyectos (gigante diferencia
con Chile); hacen de México una tremenda experiencia para mí.
Mi deseo es ir abriendo nuevas puertas de trabajo,
ir caminando y seguir creciendo. Mi primer viaje fue
hermoso y hoy tengo mi visa por tres años.
¿Qué has estado haciendo por acá, en México?
Mi primer viaje fue de 6 meses y en ese período pude
trabajar en “Triada”, una serie de Argos; tuve un rol
en la novela “Mi Fortuna es Amarte” para TELEVISA,
hice un videoclip para LANDABUR, músico chileno en
México; hice publicidad y me quedé en una película
que lamentablemente no pude hacer porque había
regresado. Todo esto, además de un llamado para
otro proyecto estando en Chile. Eso es mucho para
tan poco tiempo, siendo extranjera.
Quiero permitirme vivir nuevas posibilidades de
trabajo en México, aprender en escuelas maravillosas
que conocí y crecer.
Pero no estás dejando Chile, tu país.
De Chile no me voy. Es mi hogar y tengo mis proyectos
allá. Vamos caminando ambos lugares.
En este momento de tu vida, ¿hay algo de lo que
te lamentes?
No me arrepiento de nada de lo que soy. Ni de ninguna
experiencia negativa que, por supuesto, he vivido en
este camino. Creo que si pudiera retroceder en el
tiempo, le diría a esa Ale más pequeña que “todo va
a estar bien”, para que ella, quizás; hubiese sido más
atrevida en ciertas cosas. Pero, luego, también digo
que, si hubiese sido así no sería esta Ale. No sería yo.
¿Sabes? He aprendido poco a poco a confiar en que
las cosas tienen su momento perfecto para darse. La
vida, en conjunto con mi trabajo constante, así me
lo demuestran. Y yo lo agradezco tanto. Con el paso
de los años, la vida se disfruta más y más.
Me gustaría que estuviera viva mi nana, mi Cecilia
Castro, mi segunda mamá. Y poder compartir con
ella todo mi proceso. Pero estoy segura de que está
conmigo de la mano siempre.