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Entretenimiento y discriminación | EDUI TIJERINA | Octubre 2023


Sin audiencia no hay medios

Entretenimiento y discriminación

Minimizar a los demás no es divertido.

Aunque cada vez se habla más de promover la inclusión, lo cierto es que las situaciones de discriminación siguen estando a la orden del día en todas las áreas y por todos lados.

La discriminación es, por tanto, un tema muy importante en la industria del entretenimiento. Se habla de ella como algo generado desde el contenido de los medios, como efecto de dichos contenidos y como tópico de discusiones y debates.

Aunque no se les puede responsabilizar al 100%, lo cierto es que son muchos los grupos que acusan a los medios como promotores de discriminación, sin tomar en cuenta que, más que lo que vemos, lo que rige nuestra conducta es la manera en que procesamos y reaccionamos a los mensajes que recibimos.

La discriminación puede darse desde muchas vías: racial, por género, edad, orientación sexual, discapacidad, religión, posición social y nivel educativo, por referir sólo algunas. Precisamente, desde la manera en que en los medios presenten contenidos, tanto de ficción como de no-ficción, la audiencia puede tomar muchas referencias para moldear sus actitudes y conductas, pero, también, información útil para reflexionar sobre el tema que, sin duda, sigue siendo motor de controversias y conflictos.

Pero hay otra cara de la que poco se habla. Por un lado está la ya referida, es decir, la discriminación que se presenta como casos en pantalla y la que, al decir de muchos, se promueve. Pero, por el otro, está la discriminación que enfrentan quienes quieren ser parte de la industria y hacer carrera en producción y/o frente a cámaras o detrás de los micrófonos; con su voz en un disco o con su desempeño sobre un escenario.

Según investigaciones especializadas coordinadas por USC Annenberg, la principal discriminación en la Industria del Entretenimiento es la racial, tanto al integrar nuevos colaboradores a los cuerpos de producción, como al considerar variables para sus formatos. Los resultados revelaron que los realizadores, así como actores y actrices afroamericanos y latinos están subrepresentados en los equipos de trabajo y en los papeles protagónicos y coprotagónicos en películas y programas televisivos.

Quienes de un modo u otro formamos parte de este campo profesional, estamos claros de la importancia de abordar el tema de la discriminación con miras a crear un ambiente más equitativo e inclusivo. Lo anterior, no sólo desde los criterios de manejos administrativos en cuanto a contratación y movilidad organizacional sino, también, desde políticas de trabajo, normas internas y hasta de programas de capacitación para educar a los empleados sobre discriminación, sus efectos y la forma de prevenirla.

Resulta vital que, ya que la Industria del Entretenimiento tiene gran alcance e impacto a todos los niveles, toque de fondo el problema en esas dos vetas: en quiénes trabajamos en ella y en qué mensajes se mueven desde aquí.

Partiendo de las luchas recientes, sobre todo en temas de igualdad racial, los productos televisivos y cinematográficos se han venido modificando, con miras a dejar de lado la discriminación. Desgraciadamente, el afán de complacer y tener contenta a la mayor cantidad de grupos, está llevando la situación al lado opuesto, al grado de distorsionar narrativas, alterar perfiles de personajes y hasta modificar premisas de trama, cosa que tampoco está resultando bien vista por el público.

Así, la disyuntiva es tremenda. Inclusión o no inclusión. Enfrentar reclamos por no ser ampliamente inclusivos, o por ofrecer historias disparatadas con personajes ajenos, sobre todo en adaptaciones de clásicos o con caracteres ya sólidos en el imaginario social.

Respecto al público, también se ha llegado a puntos extremos. Por una parte, están los sectores que se niegan a seguir viendo contenidos que refieran temas de discriminación. De hecho, no han faltado los que promuevan la cancelación de grandes obras como “Lo Que el Viento se Llevó” y “Raíces”, sin pensar que eso no soluciona el problema. Finalmente, son historias que exponen situaciones de contexto y, si somos abiertos e inteligentes, más que hacerlas a un lado deberíamos de tomarlas como base de estudio, de análisis y de debate. Son referencias útiles para analizar lo que ha ocurrido y cómo se han apropiado los hechos históricos, para que no se repitan.

Más que evadir temas o pretender borrar todo lo que se ha hecho teniéndolos como bases narrativas u obligar a los creadores a que dejen de exponerlos en sus obras, debemos retomarlos para abordar con nuevos enfoques, con mayor seriedad, respeto y miras a la erradicación de conductas que atenten contra los demás.


Edui Tijerina Chapa 
edui_tijerina@yahoo.com.mx 
Twitter: @EduiTijerina 
Instagram: @eduitijerinachapa 

Escritor, dramaturgo, guionista, asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”, “Somos invisibles” y “Jesús de Nazaret”.