Por: Teresa Sepúlveda Elizondo - DETONA
Fotografía: Cortesía DETONA
Aporofobia, el ‘rechazo a los pobres’
Conociendo esta triste
realidad, tenemos que ser
capaces de transformarla
La escritora y filósofa española Adela Cortina, tiene entre sus muchos logros el haber
aportado el término “aporofobia” a la Real
Academia de la Lengua Española que significa rechazo a los pobres.
La palabra se adoptó para definir el odio a los
indigentes y la aversión hacia los desfavorecidos. El
término “aporofobia” procede de dos vocablos griegos: “áporos”, el pobre, el desvalido, y “fobéo”, temer,
prevenirse, odiar, rechazar.
La filósofa ha señalado en múltiples ocasiones que,
por desgracia, la aporofobia ha existido siempre; está
en la entraña de los seres humanos, es una tendencia
universal.
Un caso de “aporofobia” fue el de los migrantes
que perdieron la vida en Ciudad Juárez, Chihuahua.
LA GENTE ESTABA ENOJADA PORQUE
PEDÍAN DINERO EN LAS AVENIDAS Y LOS
QUERÍA FUERA DE SU VISTA.
La autoridad decidió encerrarlos, para posteriormente deportarlos a sus países de origen, pero un
incendio y la inacción de la autoridad del INM, acabó
con 39 vidas, con sus sueños y los de su familia.
Otro caso de “aporofobia” ha sido el acoso escolar,
donde se suele molestar a las personas por su aspecto
físico o falta de recursos económicos. Recientemente
una joven estudiante de secundaría fue golpeada por
su compañera sin justificación alguna, causándole
severas lesiones que le llevaron a la muerte una
semana después.
La semana pasada también se vivió un caso de
“aporofobia” en Guadalajara, Jalisco; Se filtraron videos
en las redes sociales, donde una pareja de policías
gaseo, golpeo y hasta se subió encima de un indigente.
Incluso el policía se atrevió a patear su rostro.
Adela Cortina, en su libro “Aporofobia, el rechazo
al pobre”, dice que NO rechazamos a los extranjeros
si son turistas, cantantes o si tienen gran fama. Los
rechazamos si son pobres, si son inmigrantes, mendigos, indigentes, incluso rechazamos a los pobres
si son de la propia familia.
Conociendo esta triste realidad, tenemos que ser
capaces de transformarla.
Ojalá y en esta semana de pascua podamos renacer
como sociedad.