JULIA LAGE | La música como propósito y poder transformador | ROBERTO GARZA | Abril 2024

JOSÉ IGNACIO VALENZUELA | “Me gustaría ir más allá del género” | MIGUEL ÁNGEL ARRITOLA | Octubre 2022

Por: Miguel Ángel Arritola
Fotografía: Cortesía José Ignacio Valenzuela


JOSÉ IGNACIO VALENZUELA
“Me gustaría ir más allá del género” 

Después del tremendo éxito de “Donde hubo fuego”, el escritor y guionista chileno está pensando en escribir sobre todo lo que se está descubriendo hoy en día en torno al género, a las personas trans y a las personas no binarias.

José Ignacio Valenzuela, mejor conocido como “El Chascas”, es un escritor chileno que una vez más vuelve a abrazar el éxito gracias a “Donde hubo fuego”, serie que, a nivel global, es número uno en la plataforma de Netflix.

“Donde hubo fuego”, es la primera apuesta de Netflix para crear una telenovela de 39 capítulos en la que figuras como Eduardo Capetillo, Itatí Cantoral, Iván Amozurrutia y Esmeralda Pimentel son los protagonistas, arropados por otros estuopendos talentos como Polo Morin, Oka Gine, Antonio Sotillo, la regiomontana Lucero Cardoza, .Mauricio Henao, Plutarco Haza y Manuel Alcaraz. 

“Donde hubo fuego” es un homenaje muy emotivo para todos los bomberos de Latinoamérica, esos héroes silenciosos que se juegan sus propias vidas enfrentando al fuego para rescatar otras vidas. 

Y sobre esta trama, aderezada de alto grado de sensualidad, buena dosis de drama y pasión, con tintes de venganza, es que desde Florida, donde actualmente vive, “El Chascas” habla en exclusiva para los lectores de “ajá!”

José Ignacio Valenzuela es franco al hablar, no gusta de rodeos y lo que piensa lo dice sin “maquillar palabras”.

De entrada, habla de cómo ha recibido el éxito global en Netflix de esta serie que salió de su puño y letra. 

Y es que, como escritor, “El Chascas” es amo y señor del oficio. 


¿Cómo recibes el éxito de “Donde hubo fuego”? 

“De la misma manera que he recibido los fracasos y los éxitos. Con la sensación de que hice lo mejor que pude, con la certeza de que trabajé dos incansablemente en este caso particular y con la satisfacción de saber que pude, digamos, tocar ciertos botones en la audiencia que hicieron que se sintieran bien identificados o entretenidos o sacudidos o lo que sea por la serie y eso me dan más ganas de empezar a explorar con un nuevo tema, un tema distinto, con nuevo personaje en el futuro”.

¿Qué te llevó a tocar el tema de los bomberos? 

“Nadie habla de ellos, son héroes invisibles, además, es un tema en el que venía pensando desde hace mucho tiempo, diría yo alrededor de 15 años. Desde ese tiempo tenía ganas de hacerlo, hasta había presentado un proyecto de bomberos en Chile hace años atrás y no me lo habían aceptado porque era muy caro de hacer, porque obviamente no puedes hacer una serie de bomberos si no tienes incendios, si no tienes fuego, si no tienes explosiones y todo eso es muy caro de hacer, por lo tanto, llevaba mucho tiempo con esta espinita dándome vuelta en la cabeza. Siento que los bomberos, además de merecer todo nuestro respeto, apoyo y agradecimiento, son tal vez la única institución que va quedando en la sociedad latinoamericana que no está en tela de juicio. 

Los latinoamericanos estamos siempre enojados, siempre estamos evaluando a nuestros gobernantes, a nuestros legisladores, a la iglesia, a los empresarios, a los patrones, en fin, a todo el mundo y la única institución que queda siempre lejos de corrupción o de juicios, son los bomberos. Me parecía que sería interesante meterse en ese mundo”.

¿Cómo se logró reunir a tanto talento para darle voz y vida a esos personajes que tú creaste? 

“Una de las cosas más importantes para mí como escritor y como creador es tener claro que yo necesitaba que todos los personajes en algún un momento de la historia se lucieran. Eso es muy importante. Yo siempre he visto una historia como una suerte de coro donde están todos los personajes cantando al mismo tiempo, pero siempre, al menos en mis historias, hay un momento donde cada uno se convierte en solista, paso adelante, donde cada personaje tiene un momento de brillo, de espectáculo, donde se luce él o ella, pero solo. 

Y es eso de lo que me preocupo siempre de hacer, pero para poder hacer eso, necesito crear personajes interesantes, con carne, tridimensionales y sobre todo, con muchas caras, con muchas capas, para cuando ya nos estemos cansando de esa cara, el personaje de un giro y descubramos otro aspecto que no teníamos pensado. Eso es difícil de escribir, pero maravilloso de ver en pantalla y exige también un casting muy adecuado. No cualquier actor puede dar un personaje que tenga tantas caras si no tiene los elementos”.

¿Cómo escritor qué te dejó este trabajo ya cuando lo viste terminado y desde el punto de vista critico? 

“A ver, yo creo que una vez que pude sentarme como espectador a verlo, porque tú comprenderás que, desde el momento en que estoy involucrado en la edición y en la musicalización, he visto, sin exagerar, 15 veces cada capítulo, pero a veces lo veo con ojos de productor, otras con ojos de editor y después con ojos de musicalizador, pero una vez que lo pude ver como espectador, pude ratificar y comprobar que tengo que hacerle caso a mi instinto siempre, porque muchas veces parecía que estaba perfecto el capítulo y yo pedía un cambiecito más, una modificación extra, con la intención de que eso iba a mejorar algo o ayudar a simplificar y me quedé con la satisfacción de haberlo hecho y con la misma tarea de seguir haciéndolo cuando pueda y cuando me lo permita la vida, porque creo que nadie mejor que el creador para llevar las riendas de un producto”.

“Soy un obsesivo, súper obsesivo, trabajo 24 horas los 7 días de la semana y siempre estoy pensando y pensando y pensando”

Pusiste a los bomberos en un escenario a nivel mundial, les diste voz y presencia. 

“Oye, pues gracias por decirlo. Digamos que mi primera función y mi primera meta como creador era entretener, era generar una historia que fuera lo suficientemente entretenida para que se hiciera altiva, sobre todo, considerando que era un formato largo, entonces necesitaba que la historia fuera lo suficientemente seductora para que tú te echaras 39 capítulos. Pero obviamente, al ser un éxito y al ser el número uno en tantos países y haber conquistado los rankings en Netflix a nivel global, pues claro, pone a los bomberos como institución en una posición privilegiada en sus respectivos países, porque de alguna manera los focos, las luces se volvieron hacia ellos y eso no había pasado desde hace muchísimo tiempo. En Latinoamérica no, era muy difícil de hacer”


Vienes de un éxito tremendo, pregunto, ¿sientes un fuerte compromiso para tu próximo proyecto? 

“Es algo de lo que no me quiero hacer cargo”, expresa en son de broma.

“Es algo de lo que ni siquiera quiera descubrirlo, pero me imagino que la vara quedó alta, como me quedó después de “¿Quién mató a Sara?”, así que, vamos a ver. Yo no escribo para el éxito, no escribo para eso, obviamente quiero que a mis historias les vaya bien, porque quiero que los jefes que me contratan para escribir queden satisfechos con mi trabajo y con lo que hago. Pero lo que a mí me mueve a sentarme a escribir no parte de “¿qué escribo ahora para que sea un fenómeno global”, no. 

Lo que gatilla en mí de una historia es algo que me afecte, algo que me haga click, algo que me apasione tanto que me voy a pasar los próximos dos o un año frente a la computadora trabajando, el encontrar ese tema, eso es lo exitoso para mí”.

Ya exploraste con los bomberos, ahora mismo, ¿qué tema o qué personaje te mueve para escribir? 

“Me gustaría ir más allá del género. Me seduce mucho todo lo que se está descubriendo hoy en día en torno al género, a las personas trans, a las personas no binarias, a las personas de género fluido. 

No solamente porque siento una profunda admiración por alguien que es capaz de enfrentar a la sociedad desde un lugar tan crítico como está siendo nuestra sociedad, cada día vez más restrictiva y cada día más retrograda frente a temas como estos y hablo particularmente de Estados Unidos y de Florida que es donde yo vivo. Admiro muchísimo a alguien que sea capaz de decir y enfrentar la vida con esa altura y sabiendo a lo que se está exponiendo. Y son personajes que no he explorado, entonces, quiero aprender y quiero aprender mucho, por eso estoy leyendo permanente sobre el tema, quiero ver si en un momento puedo ser capaz de plasmar en un buen personaje a un ser humano que le de dignidad y al mismo tiempo se convierta en una voz de tantas personas que no tienen esa voz”.

Tú eres voz de muchos personajes que has creado y plasmado en historias, un ejemplo está en “Donde hubo fuego”, creaste magia con muchos actores.

“Muchas gracias. Yo respeto mucho a los actores, tengo grandes amigos actores. Yo creo que una de las vergüenzas más grandes que pudiera pasar en mi vida es que un actor que está trabajando en algo mío llegara con el libreto en la mano y me dijera “oye, qué malo es mi personaje” o “qué plano es mi personaje” o “que unidimensional es mi personaje”, me moriría de vergüenza. Y como yo soy muy vergonzoso y muy inseguro, invento personajes alambicados, complejos y con muchas capas para que el actor se entretenga haciéndolo por un lado y segundo, para que no sienta que es aburrido y no me vaya a reclamar algo, entonces el miedo me ha llevado a crear personajes intensos y de tantas caras”.

Y ese es un buen punto, en “Donde hubo fuego”, todos los actores y actrices son intensos y brillan con luz propia.

“Bueno, es muy difícil lograrlo, pero recuerda que 13 más sabe el diablo por viejo que por diablo. No por algo llevo 30 años haciendo lo que hago. Ya perdí la cuenta, pero llevó más de 28 telenovelas, no sé cuántas series, películas, obras de teatro. He tenido mucho tiempo para experimentar, para meter la pata, para equivocarme y para aprender a corregir, para descubrir exactamente en qué soy bueno y entonces, enfocarme por ahí, para identificar también cuáles son mis debilidades, qué es lo que no me sale para evitar transitar por ese lado. La experiencia, la experiencia, es lo único bueno de hacerse viejo”.    

Ya has probado el fracaso y el éxito, si lo ponemos en una balanza, ¿qué te han dejado ambas experiencias? 

“Digamos que de donde más aprendo es de los fracasos. Donde no me funcionó algo, descubro por qué no me funcionó y valoro mucho eso, claro que duele, te complica, sobre todo si es una gran apuesta de una televisora, porque acarrea una gran cantidad de problemas para esa empresa, a lo mejor por eso mismo, los fracasos me han dolido menos a mí que a comparación a mi jefe, porque yo los veo como una oportunidad para aprender, porque he tenido grandes y sonados fracasos a lo largo de mi vida, ahí es donde uno aprende. 

Del éxito uno no aprende mucho porque el éxito no es muy desafiante, el éxito te hace sentir que llegaste a donde tenías que llegar y entonces cundo uno llega a la zona de confort deja de crecer, por lo tanto, una de las cosas que me ha enseñado el éxito, digamos, es a no creer en el éxito, a que lo celebras, sí, y ya, no pasó nada. El éxito no deja huella en mí, en cambio, el fracaso sí deja huella en mí”.

¿Te ha llegado a marear el éxito ahora que “Donde hubo fuego” es un éxito global en Netflix? 

“Noooo, primero que todo, yo no tengo ego de escritor y nunca lo he tenido. Yo tengo super claro que el texto no es el ser humano. Entonces, desde el momento en que tú tienes claro eso, que el texto que tú generas no eres tú, no te importa que te lo critiquen o que me lo destrocen, a mí no me importa eso, de hecho, a mí me encanta la crítica porque la uso a manera de aprendizaje también.

Yo empecé muy joven, a los 19 años, que fue cuando escribí mi primera telenovela que fue un exitazo enorme en Chile y a raíz de ese boom que fue esa telenovela, yo recibí una oferta de Televisa y a los 20 años me fui a vivir a México contratado por Televisa para escribir telenovelas para el monstruo de las telenovelas del mundo. Por lo tanto, si en ese momento no se me subieron los humos a la cabeza, a los 20 cuando eres tonto, inconsciente y no tienes ningún tipo de experiencia en la vida, créeme que ahora ya no se me subieron los humos a la cabeza”.

¿Qué tanta complicidad hay entre el director y el escritor? 

“Toda, toda la complicidad. O sea, por ejemplo, con Leche Ruiz que fue el director de “¿Quién mató a Sara?”, yo hablaba con él más que con mi propio marido durante el tiempo de la producción. Y llega un momento en que sí haces un “click” con tú director, llega un momento en que tú adivinas lo que el director va hacer y tú empiezas a escribir para que el director se luzca haciendo eso que tú sabes que él va hacer y es muy difícil leer guiones, no todo el mundo sabe leer un guión, porque tú en el guión solamente puedes poner las acciones de los personajes, pero no es su texto. Muchas veces yo tengo a los personajes hablando sobre el clima de que, si está nublado, pero están hablando de algo que pareciera es intrascendente, pero lo importante es que la audiencia entienda lo que están sintiendo los personajes mientras están hablando de esas intrascendencias, pero eso no tengo cómo ponerlo en el guión porque eso es un subtexto. Pero si tienes un buen director, este de inmediato va a captar ese subtexto y lo va a poner. 

Entonces cuando estás viendo un producto, el que sea, una telenovela, una serie o una película y sientes que tanto el fondo como la forma de ese proyecto audiovisual que estás viendo cuajó y se siente uno, es porque el escritor y el director o era la misma persona o hicieron una mancuerna de lujo”.

¿Te ha pasado un divorcio con un director? 

“Sí, muchas veces”.

¿Y qué sucede ahí? 

“Eso me pasó años atrás, donde no era productor ejecutivo de mis productos, por lo tanto, no me quedó más que llorar amargamente en mi casa y sufrir viendo en pantalla algo que no se parecía a lo que yo quería hacer”.

¿Y qué pasó? 

“Sentía una frustración terrible, porque detrás de un producto audiovisual, de cualquiera, hay una cantidad de trabajo bestial, pero bestial. Y en el caso particular mío, yo soy un obsesivo, súper obsesivo, trabajo 24 horas los 7 días de la semana y siempre estoy pensando y pensando y pensando, tratando de aportar, tratando de armar, tratando de cuajar. Entonces, es muy frustrante cuando por una mala comunicación, un ego desmedido o por una falta de interés o lo que sea, el director de cualquier proyecto decide no involucrar al escritor en el proceso y eso nunca termina bien”.

Pero en la serie “Donde hubo fuego” si te involucraste al 100 al ser el productor ejecutivo. 

“Súper al 100, como bien dices, soy el productor ejecutivo”.


Pero a veces, aun siendo productor ejecutivo, el director puede relegarte, ¿te ha pasado? 

“Bueno, durante mi estancia en Netflix no, no me ha pasado. Netflix tiene una manera muy particular de trabajar y no solamente conmigo, sino con todos sus proyectos y es que Netflix pone al centro del proyecto al creador, por lo tanto, es el creador de alguna manera el que va diciendo “pa allá vamos” y si hay una duda, el que la contesta es el creador, porque quién mejor que el creador de un proyecto sabe cómo son los personajes o saben cómo hablan los personajes o saben cómo hablan los personajes, cómo viven, cómo se visten o qué autos tienen”.

¿Qué tanto te limitas como escritor a la hora de crear una historia o un personaje? 

“A ver, yo no tengo oído musical. Soy incapaz de cantar. Yo toco el timbre de una casa y sale desafinado. Pero tengo un oído parecido al de un compositor musical. Entonces, cuando estoy escribiendo, es algo difícil de explicar, pero voy a ser lo más claro posible, cuando estoy escribiendo, estoy sintiendo la melodía y la intensidad de lo que estoy escribiendo. 

Entonces, de repente estoy sintiendo que me estoy poniendo muy grave y es cuando busco de alguna manera hacer subir esa intensidad, hacerla más ligera y darle notas más agudas y más armónicas a esas notas graves y sombrías que estaba tocando, entonces, yo no tengo una capacidad de planificar cómo voy a ir mezclando las historias y los géneros y los tonos adentro de un capítulo, eso es algo que me va saliendo orgánicamente mientras lo estoy haciendo, porque es como si fuera escuchando la música del capítulo y cuando siento que me quedó un capítulo muy sombrío en términos de intensidad, rápidamente me las ingenio para que el siguiente capítulo sea mucho más luminoso, entonces es ir compensando de esa manera, pero eso es algo que no puedo hacer de antes, es algo que hago sobre la marcha, por eso me cuesta a veces mucho trabajar en equipo, por eso cuando logro encontrar colaboradores y escritores que trabajen conmigo y hacemos buena mancuerna, no los suelto, porque de alguna manera comparto con ellos esta melodía que estamos creando y que cuando nos ponemos todos a tocarla funciona perfecto “.