Por:
Miguel Ángel ArritolaFotografía: Cortesía José Ignacio Valenzuela
JOSÉ IGNACIO VALENZUELA
“Me gustaría ir más allá del género”
Después del tremendo éxito de “Donde hubo fuego”, el
escritor y guionista chileno está pensando en escribir
sobre todo lo que se está descubriendo hoy en día en
torno al género, a las personas trans y a las personas
no binarias.
José Ignacio Valenzuela, mejor conocido como
“El Chascas”, es un escritor chileno que una vez
más vuelve a abrazar el éxito gracias a “Donde
hubo fuego”, serie que, a nivel global, es número
uno en la plataforma de Netflix.
“Donde hubo fuego”, es la primera apuesta de
Netflix para crear una telenovela de 39 capítulos en
la que figuras como Eduardo Capetillo, Itatí Cantoral, Iván Amozurrutia y Esmeralda Pimentel son
los protagonistas, arropados por otros estuopendos
talentos como Polo Morin, Oka Gine, Antonio Sotillo,
la regiomontana Lucero Cardoza, .Mauricio Henao,
Plutarco Haza y Manuel Alcaraz.
“Donde hubo fuego” es un homenaje muy emotivo para todos los bomberos de Latinoamérica, esos
héroes silenciosos que se juegan sus propias vidas
enfrentando al fuego para rescatar otras vidas.
Y sobre esta trama, aderezada de alto grado de
sensualidad, buena dosis de drama y pasión, con tintes
de venganza, es que desde Florida, donde actualmente vive, “El Chascas” habla en exclusiva para los
lectores de “ajá!”
José Ignacio Valenzuela es franco al hablar, no
gusta de rodeos y lo que piensa lo dice sin “maquillar
palabras”.
De entrada, habla de cómo ha recibido el éxito
global en Netflix de esta serie que salió de su puño
y letra.
Y es que, como escritor, “El Chascas” es amo y
señor del oficio.
¿Cómo recibes el éxito de “Donde hubo fuego”?
“De la misma manera que he recibido los fracasos y los
éxitos. Con la sensación de que hice lo mejor que pude,
con la certeza de que trabajé dos incansablemente en
este caso particular y con la satisfacción de saber que
pude, digamos, tocar ciertos botones en la audiencia que
hicieron que se sintieran bien identificados o entretenidos o sacudidos o lo que sea por la serie y eso me dan
más ganas de empezar a explorar con un nuevo tema,
un tema distinto, con nuevo personaje en el futuro”.
¿Qué te llevó a tocar el tema de los bomberos?
“Nadie habla de ellos, son héroes invisibles, además, es
un tema en el que venía pensando desde hace mucho
tiempo, diría yo alrededor de 15 años. Desde ese tiempo
tenía ganas de hacerlo, hasta había presentado un
proyecto de bomberos en Chile hace años atrás y no
me lo habían aceptado porque era muy caro de hacer,
porque obviamente no puedes hacer una serie de
bomberos si no tienes incendios, si no tienes fuego,
si no tienes explosiones y todo eso es muy caro de
hacer, por lo tanto, llevaba mucho tiempo con esta
espinita dándome vuelta en la cabeza. Siento que los
bomberos, además de merecer todo nuestro respeto,
apoyo y agradecimiento, son tal vez la única institución que va quedando en la sociedad latinoamericana que
no está en tela de juicio.
Los latinoamericanos estamos siempre enojados,
siempre estamos evaluando a nuestros gobernantes,
a nuestros legisladores, a la iglesia, a los empresarios,
a los patrones, en fin, a todo el mundo y la única
institución que queda siempre lejos de corrupción
o de juicios, son los bomberos. Me parecía que sería
interesante meterse en ese mundo”.
¿Cómo se logró reunir a tanto talento para darle
voz y vida a esos personajes que tú creaste?
“Una de las cosas más importantes para mí como
escritor y como creador es tener claro que yo necesitaba que todos los personajes en algún un momento
de la historia se lucieran. Eso es muy importante. Yo
siempre he visto una historia como una suerte de
coro donde están todos los personajes cantando al
mismo tiempo, pero siempre, al menos en mis historias, hay un momento donde cada uno se convierte
en solista, paso adelante, donde cada personaje tiene
un momento de brillo, de espectáculo, donde se luce
él o ella, pero solo.
Y es eso de lo que me preocupo siempre de hacer,
pero para poder hacer eso, necesito crear personajes
interesantes, con carne, tridimensionales y sobre todo,
con muchas caras, con muchas capas, para cuando
ya nos estemos cansando de esa cara, el personaje de
un giro y descubramos otro aspecto que no teníamos
pensado. Eso es difícil de escribir, pero maravilloso
de ver en pantalla y exige también un casting muy
adecuado. No cualquier actor puede dar un personaje
que tenga tantas caras si no tiene los elementos”.
¿Cómo escritor qué te dejó este trabajo ya
cuando lo viste terminado y desde el punto de
vista critico?
“A ver, yo creo que una vez que pude sentarme como
espectador a verlo, porque tú comprenderás que,
desde el momento en que estoy involucrado en la
edición y en la musicalización, he visto, sin exagerar,
15 veces cada capítulo, pero a veces lo veo con ojos
de productor, otras con ojos de editor y después con
ojos de musicalizador, pero una vez que lo pude ver
como espectador, pude ratificar y comprobar que
tengo que hacerle caso a mi instinto siempre, porque
muchas veces parecía que estaba perfecto el capítulo y yo pedía un cambiecito más, una modificación
extra, con la intención de que eso iba a mejorar algo
o ayudar a simplificar y me quedé con la satisfacción
de haberlo hecho y con la misma tarea de seguir
haciéndolo cuando pueda y cuando me lo permita
la vida, porque creo que nadie mejor que el creador
para llevar las riendas de un producto”.
“Soy un obsesivo, súper obsesivo, trabajo 24
horas los 7 días de la semana y siempre estoy
pensando y pensando y pensando”
Pusiste a los bomberos en un escenario a nivel
mundial, les diste voz y presencia.
“Oye, pues gracias por decirlo. Digamos que mi
primera función y mi primera meta como creador era entretener, era generar una historia que
fuera lo suficientemente entretenida para que se
hiciera altiva, sobre todo, considerando que era un
formato largo, entonces necesitaba que la historia
fuera lo suficientemente seductora para que tú te
echaras 39 capítulos. Pero obviamente, al ser un
éxito y al ser el número uno en tantos países y haber
conquistado los rankings en Netflix a nivel global,
pues claro, pone a los bomberos como institución
en una posición privilegiada en sus respectivos países, porque de alguna manera los focos, las luces se
volvieron hacia ellos y eso no había pasado desde
hace muchísimo tiempo. En Latinoamérica no, era
muy difícil de hacer”
Vienes de un éxito tremendo, pregunto,
¿sientes un fuerte compromiso para tu próximo
proyecto?
“Es algo de lo que no me quiero hacer cargo”, expresa
en son de broma.
“Es algo de lo que ni siquiera quiera descubrirlo,
pero me imagino que la vara quedó alta, como me
quedó después de “¿Quién mató a Sara?”, así que,
vamos a ver. Yo no escribo para el éxito, no escribo
para eso, obviamente quiero que a mis historias les
vaya bien, porque quiero que los jefes que me contratan
para escribir queden satisfechos con mi trabajo y con
lo que hago. Pero lo que a mí me mueve a sentarme
a escribir no parte de “¿qué escribo ahora para que
sea un fenómeno global”, no.
Lo que gatilla en mí de una historia es algo que me
afecte, algo que me haga click, algo que me apasione
tanto que me voy a pasar los próximos dos o un año
frente a la computadora trabajando, el encontrar ese
tema, eso es lo exitoso para mí”.
Ya exploraste con los bomberos, ahora mismo,
¿qué tema o qué personaje te mueve para
escribir?
“Me gustaría ir más allá del género. Me seduce mucho
todo lo que se está descubriendo hoy en día en torno
al género, a las personas trans, a las personas no
binarias, a las personas de género fluido.
No solamente porque siento una profunda admiración por alguien que es capaz de enfrentar a la
sociedad desde un lugar tan crítico como está siendo
nuestra sociedad, cada día vez más restrictiva y cada
día más retrograda frente a temas como estos y hablo
particularmente de Estados Unidos y de Florida que
es donde yo vivo. Admiro muchísimo a alguien que
sea capaz de decir y enfrentar la vida con esa altura y
sabiendo a lo que se está exponiendo. Y son personajes
que no he explorado, entonces, quiero aprender y
quiero aprender mucho, por eso estoy leyendo permanente sobre el tema, quiero ver si en un momento
puedo ser capaz de plasmar en un buen personaje a
un ser humano que le de dignidad y al mismo tiempo
se convierta en una voz de tantas personas que no
tienen esa voz”.
Tú eres voz de muchos personajes que has
creado y plasmado en historias, un ejemplo
está en “Donde hubo fuego”, creaste magia con
muchos actores.
“Muchas gracias. Yo respeto mucho a los actores,
tengo grandes amigos actores. Yo creo que una de
las vergüenzas más grandes que pudiera pasar en mi
vida es que un actor que está trabajando en algo mío
llegara con el libreto en la mano y me dijera “oye, qué
malo es mi personaje” o “qué plano es mi personaje”
o “que unidimensional es mi personaje”, me moriría
de vergüenza. Y como yo soy muy vergonzoso y muy
inseguro, invento personajes alambicados, complejos
y con muchas capas para que el actor se entretenga
haciéndolo por un lado y segundo, para que no sienta
que es aburrido y no me vaya a reclamar algo, entonces
el miedo me ha llevado a crear personajes intensos
y de tantas caras”.
Y ese es un buen punto, en “Donde hubo fuego”,
todos los actores y actrices son intensos y brillan
con luz propia.
“Bueno, es muy difícil lograrlo, pero recuerda que 13
más sabe el diablo por viejo que por diablo. No por
algo llevo 30 años haciendo lo que hago. Ya perdí
la cuenta, pero llevó más de 28 telenovelas, no sé
cuántas series, películas, obras de teatro. He tenido
mucho tiempo para experimentar, para meter la pata,
para equivocarme y para aprender a corregir, para
descubrir exactamente en qué soy bueno y entonces,
enfocarme por ahí, para identificar también cuáles son
mis debilidades, qué es lo que no me sale para evitar
transitar por ese lado. La experiencia, la experiencia,
es lo único bueno de hacerse viejo”.
Ya has probado el fracaso y el éxito, si lo
ponemos en una balanza, ¿qué te han dejado
ambas experiencias?
“Digamos que de donde más aprendo es de los fracasos. Donde no me funcionó algo, descubro por qué
no me funcionó y valoro mucho eso, claro que duele,
te complica, sobre todo si es una gran apuesta de
una televisora, porque acarrea una gran cantidad
de problemas para esa empresa, a lo mejor por eso
mismo, los fracasos me han dolido menos a mí que
a comparación a mi jefe, porque yo los veo como una
oportunidad para aprender, porque he tenido grandes y sonados fracasos a lo largo de mi vida, ahí es
donde uno aprende.
Del éxito uno no aprende mucho porque el éxito no
es muy desafiante, el éxito te hace sentir que llegaste
a donde tenías que llegar y entonces cundo uno llega
a la zona de confort deja de crecer, por lo tanto, una
de las cosas que me ha enseñado el éxito, digamos,
es a no creer en el éxito, a que lo celebras, sí, y ya, no
pasó nada. El éxito no deja huella en mí, en cambio,
el fracaso sí deja huella en mí”.
¿Te ha llegado a marear el éxito ahora que
“Donde hubo fuego” es un éxito global en Netflix?
“Noooo, primero que todo, yo no tengo ego de escritor
y nunca lo he tenido. Yo tengo super claro que el texto
no es el ser humano. Entonces, desde el momento en
que tú tienes claro eso, que el texto que tú generas
no eres tú, no te importa que te lo critiquen o que
me lo destrocen, a mí no me importa eso, de hecho,
a mí me encanta la crítica porque la uso a manera
de aprendizaje también.
Yo empecé muy joven, a los 19 años, que fue cuando
escribí mi primera telenovela que fue un exitazo
enorme en Chile y a raíz de ese boom que fue esa
telenovela, yo recibí una oferta de Televisa y a los 20
años me fui a vivir a México contratado por Televisa
para escribir telenovelas para el monstruo de las telenovelas del mundo. Por lo tanto, si en ese momento
no se me subieron los humos a la cabeza, a los 20
cuando eres tonto, inconsciente y no tienes ningún
tipo de experiencia en la vida, créeme que ahora ya
no se me subieron los humos a la cabeza”.
¿Qué tanta complicidad hay entre el director y el
escritor?
“Toda, toda la complicidad. O sea, por ejemplo, con
Leche Ruiz que fue el director de “¿Quién mató a
Sara?”, yo hablaba con él más que con mi propio
marido durante el tiempo de la producción. Y llega
un momento en que sí haces un “click” con tú director, llega un momento en que tú adivinas lo que el
director va hacer y tú empiezas a escribir para que el
director se luzca haciendo eso que tú sabes que él va
hacer y es muy difícil leer guiones, no todo el mundo
sabe leer un guión, porque tú en el guión solamente
puedes poner las acciones de los personajes, pero no
es su texto. Muchas veces yo tengo a los personajes
hablando sobre el clima de que, si está nublado, pero
están hablando de algo que pareciera es intrascendente, pero lo importante es que la audiencia entienda
lo que están sintiendo los personajes mientras están
hablando de esas intrascendencias, pero eso no tengo
cómo ponerlo en el guión porque eso es un subtexto.
Pero si tienes un buen director, este de inmediato va
a captar ese subtexto y lo va a poner.
Entonces cuando estás viendo un producto, el que
sea, una telenovela, una serie o una película y sientes
que tanto el fondo como la forma de ese proyecto
audiovisual que estás viendo cuajó y se siente uno,
es porque el escritor y el director o era la misma
persona o hicieron una mancuerna de lujo”.
¿Te ha pasado un divorcio con un director?
“Sí, muchas veces”.
¿Y qué sucede ahí?
“Eso me pasó años atrás, donde no era productor
ejecutivo de mis productos, por lo tanto, no me quedó
más que llorar amargamente en mi casa y sufrir
viendo en pantalla algo que no se parecía a lo que
yo quería hacer”.
¿Y qué pasó?
“Sentía una frustración terrible, porque detrás de un
producto audiovisual, de cualquiera, hay una cantidad
de trabajo bestial, pero bestial. Y en el caso particular
mío, yo soy un obsesivo, súper obsesivo, trabajo 24 horas
los 7 días de la semana y siempre estoy pensando y
pensando y pensando, tratando de aportar, tratando
de armar, tratando de cuajar. Entonces, es muy frustrante cuando por una mala comunicación, un ego
desmedido o por una falta de interés o lo que sea, el
director de cualquier proyecto decide no involucrar
al escritor en el proceso y eso nunca termina bien”.
Pero en la serie “Donde hubo fuego” si te
involucraste al 100 al ser el productor ejecutivo.
“Súper al 100, como bien dices, soy el productor ejecutivo”.
Pero a veces, aun siendo productor ejecutivo, el
director puede relegarte, ¿te ha pasado?
“Bueno, durante mi estancia en Netflix no, no me ha
pasado. Netflix tiene una manera muy particular de
trabajar y no solamente conmigo, sino con todos sus
proyectos y es que Netflix pone al centro del proyecto al creador, por lo tanto, es el creador de alguna
manera el que va diciendo “pa allá vamos” y si hay una
duda, el que la contesta es el creador, porque quién
mejor que el creador de un proyecto sabe cómo son
los personajes o saben cómo hablan los personajes o
saben cómo hablan los personajes, cómo viven, cómo
se visten o qué autos tienen”.
¿Qué tanto te limitas como escritor a la hora de
crear una historia o un personaje?
“A ver, yo no tengo oído musical. Soy incapaz de cantar. Yo toco el timbre de una casa y sale desafinado.
Pero tengo un oído parecido al de un compositor
musical. Entonces, cuando estoy escribiendo, es algo
difícil de explicar, pero voy a ser lo más claro posible,
cuando estoy escribiendo, estoy sintiendo la melodía
y la intensidad de lo que estoy escribiendo.
Entonces, de repente estoy sintiendo que me estoy
poniendo muy grave y es cuando busco de alguna
manera hacer subir esa intensidad, hacerla más ligera
y darle notas más agudas y más armónicas a esas
notas graves y sombrías que estaba tocando, entonces, yo no tengo una capacidad de planificar cómo
voy a ir mezclando las historias y los géneros y los
tonos adentro de un capítulo, eso es algo que me va
saliendo orgánicamente mientras lo estoy haciendo,
porque es como si fuera escuchando la música del
capítulo y cuando siento que me quedó un capítulo
muy sombrío en términos de intensidad, rápidamente
me las ingenio para que el siguiente capítulo sea
mucho más luminoso, entonces es ir compensando
de esa manera, pero eso es algo que no puedo hacer
de antes, es algo que hago sobre la marcha, por eso
me cuesta a veces mucho trabajar en equipo, por eso
cuando logro encontrar colaboradores y escritores que
trabajen conmigo y hacemos buena mancuerna, no
los suelto, porque de alguna manera comparto con
ellos esta melodía que estamos creando y que cuando
nos ponemos todos a tocarla funciona perfecto “.