Por: Miguel Ángel Arritola
Fotografía: Miguel Ángel Arritola
Los remedios para Leonora
Las actrices Vicky de la Piedra y Mónica Muruato ofrecen un
trabajo impecable en “Remedios para Leonora”, puesta en
escena dirigida por Luis Franco, con un texto de Estela Leñero,
se presenta todos los jueves a las 20:30 horas en Casa Musa.
Son dos almas gemelas.
Son dos artistas incomprendidas.
Son dos mujeres que amaron y sufrieron.
Son dos grandes artistas del surrealismo.
Una de ellas, Leonora Carrington,
está en el último suspiro.
La muerte
está a punto de llegar.
No hay mucho por hacer.
Y en ese agónico delirio entre la
cordura y locura, la pintora invoca a
Remedios Varo, su mejor amiga, para
invitarla a vivir un sueño en donde
ambas recordarán los momentos más
importantes y emotivos de sus tormentosas existencias: la guerra, el exilio, los
tantos y tantos hombres que amaron
y desde luego, el arte.
"Remedios para Leonora" es un ejercicio teatral que sacude, sofoca y enamora por el inquietante y audaz guión,
a cargo de la dramaturga Estela Leñero.
Todos los elementos que encierran esta
puesta en escena cumplen perfectamente su cometido.
Hay una excelente dirección a cargo
de Luis Franco y dos poderosas interpretaciones que recaen en Vicky de la
Piedra como Leonora Carrington y
Mónica Muruato en la piel de Remedios Varo.
"Remedios para Leonora" narra
desde la ficción, el encuentro de las
dos pintoras, desde otra dimensión,
desde la cordura, la razón y la locura.
Todo en "Remedios..." es un viaje
electrizante en el que ambas artistas,
entre arrebatos e iras, sueñan con
reparar sus existencias y en ese viaje,
recuerdan su exilio en México.
La puesta en escena es un constante
ir y venir de emociones encontradas,
donde De la Piedra y Muruato se desenvuelven como peces en el agua, entregando con mesura interpretaciones
memorables.
De la Piedra es una actriz de temple;
va de lo sutil a lo dulce y es entregada
e intensa cuando la acción lo requiere.
Muruato en cambio es un huracán
en escena. Su presencia es poderosa.
El escenario en el que se desarrolla
la obra es lo alto de una torre. Ahí, entre
llantos, risas, embrujos y una copa de vino,
la última en esta vida, ellas evocan viejas
luchas, viejos amores, viejas amistades,
viejas rencillas y ese amor por el arte.
Son dos espíritus que en su intensidad de querer revivir el pasado traspasan los tiempos y vuelan hasta llegar a
momentos terribles de sus existencias.
La fortuna de "Remedios para Leonora" son la música y la escenografía: la
primera envuelve y atrapa y la segunda
es como un paisaje a las obras de Valero
como "El sastre de mujeres" y "Cinco
llaves", entre otros.
Hay momentos intensos y desafiantes entre Leonora y Remedios,
sobre todo cuando se remontan a su
niñez o aquellos momentos en que la
segunda queda atrapada por la Guerra Civil en su natal España o cuando
Leonora está emocionalmente afectada
porque padre la interna en un hospital
psiquiátrico.
"Remedios para Leonora" seguirá en
cartelera todos los jueves a las 20:30
horas en Casa Musa.