Por: Ma. Teresa Vázquez Hernández
Fotografía: Cortesía
“Necesito operarme”
Ma. Teresa Vázquez Hernández habla después de haber sido
operada de cáncer de mama.
Después de dos años de haber
sido operada de cáncer de
mama contaré cómo ha
sido mi vida.
Cualquiera diría que estoy bien y
sí lo estoy físicamente hablando, pero
psicológicamente no estoy al cien, no
he logrado superar del todo el trágico
suceso y digo trágico porque para mí
así ha sido.
No es fácil para mí pararme frente al
espejo y ver una gran cicatriz que nace
en medio de mi pecho y se pierde bajo
mi brazo, donde había un seno, hoy hay
un vacío, un hundimiento.
Algunas personas me han dicho: “tú
estás bien es sólo un cuerpo, es sólo un
seno” más yo les digo que no sólo es
un cuerpo, se trata de “Mi cuerpo” el
cual he cuidado con ejercicios y buena
alimentación y no sólo es un seno, era
“Mi seno”; mi cuerpo era perfecto y
no me refiero a las medidas perfectas
sino más bien a que nada le faltaba; hoy
no puedo decir lo mismo, mi cuerpo
imperfecto me grita cada día y a toda
hora que le ponga atención, que haga
algo al respecto.
Ya me había resignado a quedarme
así porque cada vez que tocaba el tema
en familia me desanimaban, me decían
que no era necesario que lo importante
es que estaba bien de salud.
Psicológicamente no he estado bien,
cada día tengo que rescatarme del desánimo de mi callada tristeza, he hecho
de todo para sentirme mejor, hasta me
compré una prótesis mamaria externa;
me siento muy bien cuando me la pongo,
pero me hace sudar mucho porque está
hecha de silicón.
Aunque estoy muy bien de salud y
disfruto de la vida, de mis hijos y de la
gente que quiero y que me quiere, no
puedo evitar caer en la depresión, me
atacan los demonios internos del desánimo y termino llorando con infinita
tristeza; algunas veces mis hijos me
descubren en amargo llanto, alarmados
me preguntan que qué tengo a lo que
les respondo: “estoy bien sólo quiero
llorar, necesito llorar, déjenme llorar."
He buscado ayuda para operarme
sin resultado alguno, en mi clínica me
dicen que esas operaciones no las hacen
porque son estéticas, más yo digo que
son necesarias y deberían de ser por
salud mental.
Finalmente hubo alguien que me
entendió y me animó a que me operara,
me dijo que yo no estaba bien porque
no me aceptaba, que lo mejor era que
me operara para estar bien conmigo
misma.
Bendita la persona que me alentó a
operarme era todo, lo que necesitaba,
que alguien me dijera sí opérate.
Hablé con el cirujano sobre mi
inquietud y me dijo que era una
buena decisión la que había tomado de
retirarme el seno que me queda para
reconstruir los dos, que lo hiciera más
que por estética por salud porque no
es garantía que el cáncer no regrese
y al retirar el seno se eliminan los
riesgos de cáncer; también me dijo
que ellos nos entendían a las mujeres
que hemos sido operadas por cáncer, sus palabras fueron: “nosotros
las entendemos porque viven con el
temor de que vuelva el cáncer, ustedes
quedan afectadas psicológicamente,
quedan marcadas y sus vidas no vuelven a ser las mismas”; así que hoy con
mayor razón y a la brevedad posible
me quiero operar.
Me siento muy animada y aunque
no tengo los recursos para dicha operación sé que con tu ayuda y la de mi
familia y amistades lograremos reunir
la cantidad necesaria.
Hace dos años te llamé para decirte
que tenía cáncer, fuiste el primero que
se enteró de mi condición, siempre estuviste al pendiente de mi salud; hoy te
digo que necesito operarme no sólo
para reconstruir mis senos sino también
para reconstruir mi vida, mis ánimos
y recuperar la confianza en mí; sé que
con esa operación me voy a rescatar de
la penumbra en la que vivo, de mi llanto
silencioso y de mi doloroso sentir, cada
vez que me veo en el espejo veo un adefesio y no me quiero morir así.
Siempre has estado a mi lado en
las buenas, en las malas y en las peores, cuando te hablé para decirte mis
necesidades me dijiste “si tú te quieres
operar…te vas a operar, conseguiremos
el dinero y te operas porque te operas”;
tus palabras me dieron la fuerza y la
tranquilidad que tanta falta me hacen
en estos momentos de incertidumbre
por la falta de recursos para dicha
intervención y no es que este atenida
a ti sino que tu seguridad me contagia
y me orientas hacia donde ir y tocar
puertas o las posibles actividades que
podemos hacer para recaudar el dinero
necesario.
Quién iba a pensar que yo que apoyé
tantas causas y necesidades de distintas personas, que cuidaba enfermos de
manera gratuita y apoyaba con camas
de hospital y sillas de ruedas hoy me
tocaría estar del otro lado necesitando
el apoyo de los demás.
Gracias por escucharme Miguel, me
ayudó mucho el hecho de sacar todo
lo que había callado por dos años, tú
sí me entiendes porque si hay alguien
que me conoce…eres tú.
Gracias por ser, estar y permanecer
en mi vida.
Ma. Teresa Vázquez Hernández.