Por: Irma Idalia Cerda
Fotografía: Especial
Es agotador
Ver, escuchar o leer noticias cada vez es
más estresante, agotador y hasta cierto
punto inútil. Desde hace tiempo que dejé
de ver las noticias por la televisión abierta,
pero entonces tenía las páginas de diferentes medios de comunicación y en automático me
aparecían por Facebook, y regularmente publicaban
asesinatos, feminicidios, suicidios y rara vez salía una
nota que no fuera de color rojo.
Por salud mental dejé de seguir esos medios por
las redes sociales, pero de alguna manera me termino enterando porque mis contactos comparten
esas noticias en las que hay uno o varios afectados por
diferentes motivos y aunque no los conozca, empalizo
con su situación, pero no puedo hacer nada por ellos.
Y, por otro lado, está el tema de la política, ya sea a
nivel local, nacional e internacional, y se supone que
lo que se genera en este rubro es “serio”, “formal”,
“interesante” e “importante”, pero no, desde hace
mucho que dejó de tener esas características.
Lo que tenemos en cambio es una conferencia diaria
protagonizada por el presidente de la República que
más bien parece una rutina de comedia mal lograda,
en la que hay ciertos personajes que se autonombran
“periodistas”.
Y a veces no doy crédito a lo que veo, escucho o leo;
hay cosas tan inverosímiles que me parece que estoy
en una realidad alternativa. Y aunque yo soy reportera,
se supone que debo “empaparme” de noticias, de estar
no solo al día, sino al minuto informada de TODO.
Pero ¿de qué me sirve información poco creíble?
prefiero permanecer ignorante, y dedicarme a trabajar únicamente a lo que yo tengo alcance dentro
de la fuente cultural que la verdad sea dicha, es el
oasis de cualquier periodista, y más en estos tiempos
convulsos.
Tal vez algunos opinen que no podemos aislar los
ámbitos, ya que todo funciona como un rompecabezas en el que las piezas finalmente encajan, y sí,
estoy de acuerdo, pero si en este caso, los organismos
que promueven el arte y la cultura tienen su propio
esquema, que siga funcionando así.
Cierto que es inevitable que alguna vez suceda que
lo cultural tenga un guiño político y que el deporte
se tiña de rojo, como los hechos lamentables que
ocurrieron el pasado 5 de marzo en el Estadio La
Corregidora de Querétaro, una tragedia que dejará
una mancha muy oscura en las páginas del futbol,
pese a los esfuerzos que hagan por limpiar la sangre
que corrió ese sábado.
A eso también le sumamos el conflicto bélico entre
Rusia y Ucrania, y, por si fuera poco, el estrés que
tenemos encima con dos años de pandemia y todo
lo que ello implica; tengo amigos y colegas que han
decidido dejar de usar el Facebook porque hubo una
temporada en que todos los días había un compañero
o ser querido muerto a consecuencia del COVID-19
y de sus variantes. Es mucho dolor que no se puede
procesar de un día para otro.
Sinceramente yo también he querido cerrar mi
cuenta de Facebook, pero irónicamente no puedo por
cuestiones laborales. Entonces, decidí que lo mejor es
pasar el menor tiempo posible en este espacio virtual
en el que la mayoría tenemos una cantidad exagerada de “amigos” y una constante lluvia de imágenes
desde triviales hasta repulsivas, que a la larga termina
deprimiéndonos y agotándonos.
irma_idalia@hotmail.com