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La exquisitez
de ser nosotrxs
Una vida
de película
De niña fui muy tímida. Siendo la menor de una
enorme familia, solía observar las aventuras de
mis hermanas e imaginar historias.
Un día entendí que tenía dos opciones: ser
la protagonista de la historia de mi vida o la
espectadora de los logros de los demás.
Y es que, que fácil es vivir vidas ajenas
imaginándonos lo maravilloso que otros-otras
lo pasan.
Seguramente usted ya sabe lo muy importantes
que se han vuelto las redes sociales en nuestro
día a día, pero permítame contarle un dato de
interés:
¿Sabía que el 77.2% de la población mexicana
son usuarios de redes sociales y que pasan
aproximadamente 3 horas y media al día en
sus redes? (Hootsuite, 2021)
¿Qué es lo que buscamos?
¿acaso nos creemos todo lo que vemos?
¿Y si todo lo que hemos creído fuese mentira?
Es que a veces, la vida nos demuestra que ciertas
verdades solo existen en nuestra cabeza.
¿el éxito? ¿el amor? ¿la belleza? ¿la felicidad?
Permítame explicar: vivimos queriendo llenar
expectativas que nos han sido marcadas y
creemos que “así debe ser”.
Por ejemplo, el aprendizaje sobre las relaciones
o el amor, se funda en un montón de mitos y
creencias, y no falta quien da recetas para la
felicidad marcando etapas y requisitos.
Pero… ¿quiénes han sido los maestros en el
aprendizaje de nuestras relaciones?
¿la madre, que sigue la receta de la abuela?
¿la telenovela de las 5?
¿el cine?
¿ahora el internet?
Seguramente recordará esa maravillosa
película de los 90´s llamada Trainspotting que
puso esta reflexión existencial en nuestra cabeza:
¿reflexionamos nuestras decisiones y acciones
lo suficiente?
El gran teórico Román Gubern dice que el cine
nos enseñó la forma de besar. Si esto es verdad,
tendríamos que culpar también a las películas
de Pedro Infante por enseñarnos que las penas
con tequila y música exorcizan el mal de amores,
a las divas del cine mexicano por enseñarnos
a hacer drama en lo cotidiano, a Meg Ryan en
“Cuando Harry conoció a Sally” por la forma
de fingir el orgasmo, a Richard Gere en “Reto
al destino” por como esperamos que sean las
reconciliaciones mientras suena de fondo Up
Where We Belong, o el final feliz haciéndonos
viejitos en pareja como ocurre en “Up”.
Ojalá todo fuera tan sencillo como estas
películas y que mal hemos hecho en creerles
esa educación sentimentaloide y llena de
expectativas de lo que debería ser. Y es que las
relaciones humanas son más complejas que
seguir recetas porque todas, todas las historias
son distintas.
¿De verdad la realidad está tan alejada de lo
que nos muestra la ficción?
¿Es que acaso solemos auto-engañarnos a
conveniencia?
Por favor no me pida una respuesta a
estos cuestionamientos… mi cabeza sigue
preguntándose mil cosas, y no puedo evitar
elegir el fondo musical que vestirá mi día de
mañana o esa cita ansiada.
Creo que los momentos especiales son una
construcción en nuestra cabeza, y a partir de
ello damos sentido a lo que nos ocurre y a las
personas que nos rodean.
Es que en el fondo, se trata de ser personajes
principales en nuestra propia historia más que
espectadores de lo que ocurre a otros, solo hacer
el mejor papel y llevarnos el Oscar.
Entonces dejemos de mirar instagram o facebook
envidiando a los demás, mejor tomemos una
hoja en blanco y empecemos a escribir nuestra
historia. Y que suba el telón… 3, 2, 1.
Docente e
investigadora en la Universidad Autónoma
del Estado de México.
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