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Una vida de película | DIANA ELISA GONZÁLEZ | Marzo 2022

La exquisitez de ser nosotrxs

Una vida de película 

De niña fui muy tímida. Siendo la menor de una enorme familia, solía observar las aventuras de mis hermanas e imaginar historias.

Un día entendí que tenía dos opciones: ser la protagonista de la historia de mi vida o la espectadora de los logros de los demás. 

Y es que, que fácil es vivir vidas ajenas imaginándonos lo maravilloso que otros-otras lo pasan.

Seguramente usted ya sabe lo muy importantes que se han vuelto las redes sociales en nuestro día a día, pero permítame contarle un dato de interés:

¿Sabía que el 77.2% de la población mexicana son usuarios de redes sociales y que pasan aproximadamente 3 horas y media al día en sus redes? (Hootsuite, 2021)

¿Qué es lo que buscamos?

¿acaso nos creemos todo lo que vemos?

¿Y si todo lo que hemos creído fuese mentira?

Es que a veces, la vida nos demuestra que ciertas verdades solo existen en nuestra cabeza.

¿el éxito? ¿el amor? ¿la belleza? ¿la felicidad?

Permítame explicar: vivimos queriendo llenar expectativas que nos han sido marcadas y creemos que “así debe ser”.

Por ejemplo, el aprendizaje sobre las relaciones o el amor, se funda en un montón de mitos y creencias, y no falta quien da recetas para la felicidad marcando etapas y requisitos.

Pero… ¿quiénes han sido los maestros en el aprendizaje de nuestras relaciones?

¿la madre, que sigue la receta de la abuela? 

¿la telenovela de las 5?

¿el cine? 

¿ahora el internet?

Seguramente recordará esa maravillosa película de los 90´s llamada Trainspotting que puso esta reflexión existencial en nuestra cabeza:

¿reflexionamos nuestras decisiones y acciones lo suficiente? 

El gran teórico Román Gubern dice que el cine nos enseñó la forma de besar. Si esto es verdad, tendríamos que culpar también a las películas de Pedro Infante por enseñarnos que las penas con tequila y música exorcizan el mal de amores, a las divas del cine mexicano por enseñarnos a hacer drama en lo cotidiano, a Meg Ryan en “Cuando Harry conoció a Sally” por la forma de fingir el orgasmo, a Richard Gere en “Reto al destino” por como esperamos que sean las reconciliaciones mientras suena de fondo Up Where We Belong, o el final feliz haciéndonos viejitos en pareja como ocurre en “Up”.    

Ojalá todo fuera tan sencillo como estas películas y que mal hemos hecho en creerles esa educación sentimentaloide y llena de expectativas de lo que debería ser. Y es que las relaciones humanas son más complejas que seguir recetas porque todas, todas las historias son distintas.

¿De verdad la realidad está tan alejada de lo que nos muestra la ficción?

¿Es que acaso solemos auto-engañarnos a conveniencia?

Por favor no me pida una respuesta a estos cuestionamientos… mi cabeza sigue preguntándose mil cosas, y no puedo evitar elegir el fondo musical que vestirá mi día de mañana o esa cita ansiada.

Creo que los momentos especiales son una construcción en nuestra cabeza, y a partir de ello damos sentido a lo que nos ocurre y a las personas que nos rodean.

Es que en el fondo, se trata de ser personajes principales en nuestra propia historia más que espectadores de lo que ocurre a otros, solo hacer el mejor papel y llevarnos el Oscar.

Entonces dejemos de mirar instagram o facebook envidiando a los demás, mejor tomemos una hoja en blanco y empecemos a escribir nuestra historia. Y que suba el telón… 3, 2, 1.



Diana Elisa González Calderón 


Docente e investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de México.