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La historia detrás del héroe

Isidora Ovalle

Como mujer tamaulipeca, quisiera hacer un espacio para hablar sobre algunas de mis grandes coterráneas.

Muchas veces olvidamos que los sucesos grandes son una serie de eventos pequeños con diferentes protagonistas. Hay nombres que están inherentemente ligados a diferentes acontecimientos; por ejemplo: la Independencia de México (Miguel Hidalgo, “los héroes que nos dieron patria”), la Revolución (Francisco I. Madero tal vez). Sin embargo, es común que dejemos de fuera a otras personas que no tuvieron tan buen equipo de RRPP o que tal vez no cargaron estandartes, pero cuyas acciones permitieron que eso sucediera –especialmente, si las personas en cuestión eran mujeres o indígenas–.

Como mujer tamaulipeca, quisiera hacer un espacio para hablar sobre algunas de mis grandes coterráneas. Empecemos con Isidora Ovalle.

En diciembre de 1810, el ejército insurgente tomó las ciudades Tula y Palmillas en la Provincia del Nuevo Santander (dígase “Tamaulipas”). Isidora Ovalle estuvo muy involucrada en el movimiento independentista en esta zona. Fungió como mensajera del ejército insurgente, proveyó alimento, municiones y refugio para los mismos, algunos escondidos en la sierra tamaulipeca.

Abriera fuego o no, la participación de Ovalle es innegable. Fue una insurgente con todas sus letras, eso lo sabemos. El ejército insurgente pudo tomar armas contra los conservadores porque gente como ella se encargó de cubrir otras necesidades. Al final, recibió el mismo castigo que el resto de los rebeldes: murió fusilada en Villa de Aguayo (Ciudad Victoria). Luego fue decapitada y su cabeza fue enviada a Santa Bárbara (Ocampo) para exhibir a la población el escarnio y así desalentar la disidencia.

Aun así, habría sido fácil que su existencia fuera pasada por alto de no ser por algunos escritos de la época que la mencionan. Se desconoce su lugar y fecha de nacimiento precisos, nombre exacto (algunos reportes la nombran Valle en vez de Ovalle, algunos como Isadora o Isidora), así como detalles de su vida más allá de sus inclinaciones políticas. 

¿Cuántos personajes habrán quedado sepultados fuera de los reflectores? Las y los facilitadores, digamos. Como decía, los grandes sucesos son trazados por una serie de pequeños eventos. Para poder ganar batallas, los militares requerían armas, comida e información. 

Supongo que con todo lo que hizo, Isidora Ovalle nos demostró una cosa: al final del día, eres lo que hiciste, no el nombre al que volteabas. No obstante, pienso que sería bueno que recordáramos su nombre.


Andrea Díaz 

Nacida en Victoria, Tamaulipas y Licenciada en Letras por la Universidad de Monterrey. Se ha desarrollado principalmente en los ámbitos de las causas sociales, la violencia de género y la filosofía del lenguaje.