Por: Gabriela Arenas
Fotografía: Cortesía entrevistados
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Libro Muerte a la deriva. |
JAVIER VILLANUEVA Y SAMUEL RODRÍGUEZ
Muerte a la deriva
Muerte a la Deriva es un encuentro entre
dos generaciones, dos autores que
nos transmiten su pasión y apego a
la vida. Sin duda, un libro de amor,
muerte, revolución y rebeldía, que
nos adentra al abismo que se vive actualmente en
nuestra América Latina.
¿Cómo nace en ustedes el gusto por las letras?
Samuel R: “En mi caso siempre hubo una biblioteca
muy completa, pero era una biblioteca teológica,
porque mis padres se dedicaron siempre a los temas
de la religión. Cuando empieza a llegar la literatura
de otro tipo, fue como descubrir otro mundo. Para mí
la literatura llega como un descubrimiento de lo otro,
fue un rompimiento, me llega como oleadas y a nivel
clandestino; me llega Borges, Cortázar, un poco de
Oscar Wilde y me doy cuenta que existe otro mundo
por descubrir. La literatura me llega por sorpresa,
pero como resistencia. Obviamente las cosas no las
asimilé así en ese momento”.
Javier V: “Mis abuelos maternos eran agricultores y
por el lado paterno eran obreros de ferrocarriles, sin
embargo y aunque extraño, siempre había libros en
esas casas. Amado Nervo en Casa de mi tía gringa, era
la literatura obligada antes de dormir la siesta y un
tremendo libro de gramática en la casa de mi abuela
El habla de mi tierra, con el que inicié lo que forma
parte de mi vida en este momento, la didáctica de la
enseñanza del idioma español. Comencé a leer lo que
se llamarían clásicos, como Rubén Darío, Gabriela
Mistral, siempre autores latinoamericanos. Cuando
descubrí a Jack London me cautivó por completo”.
“Jamás pensé en escribir, pero de a poco lo fui
haciendo, no en la adolescencia, ni en la juventud,
que la tuve muy ocupada con la militancia política y
revolucionaria, tareas muy urgentes que daban mucho
tiempo para la lectura, ahí fue que me metí de cabeza
en Cortázar, Borges, Bioy Casares. Cuando llegué
a Brasil tuve no solo tiempo para leer, sino también
comencé a escribir”.
¿Qué escritor o libro han influido en sus trabajos
como autores?
Samuel R: “Indudablemente la oleada sudamericana
ha sido muy potente en mi vida, todo lo que influya
del Río Bravo a la Patagonia; no porque las otras
literaturas desmerezcan, sino porque es necesaria
para encender fuegos. Nombrar a los de siempre
es reavivar el fuego, a mí no me aburre nombrar
nuevamente a Borges, Cortázar, Bioy Casares, Rulfo,
Pizarnik, no me parece repetitivo, me parece tirar
más combustible al fuego de la civilización. Estos
autores son rebeldía pura, a veces muy estética como
la de Borges, dolorosa como la de Rulfo e incluso
el dulce García Márquez nos regala momentos de
mucha fuerza. Para mí la literatura latinoamericana
es un incendio, se mete en la sangre, en los dedos y
no intentas más que colaborar con este incendio”.
“Creo se inicia por el fuego que se tiene más cerca
y en mi caso es Latinoamérica”.
Javier V: “Creo que el caso del famoso boom latinoamericano, que los que estamos metidos en la literatura
sabemos que es mucho más un boom catalán, aunque
no deja de ser una gran influencia para todos nosotros,
no hay forma de escaparse. No hay nada que escriba
que no me recuerde aquella frase famosa que cuenta
Pablo Neruda en Confieso que he vivido, que le decía
a Federico García Lorca ‘no me leas nada que me
influencias’ creo que a veces nos pasa igual. El trabajo
que hice con Samuel a pesar de que podría ser mi hijo,
es un trabajo muy productivo, el trabajo a 4 manos es
muy interesante, tirar el ego a la basura y decir me
abro para trabajar con otras interferencias, diferente
a Neruda y Gracia Lorca. Yo quiero que me influyan
los hispanoamericanos, los latinos, incluyendo a Brasil,
también Kafka. Es muy difícil escribir 4 líneas sin
que se aparezcan algunas de esas ideas robadas,
incluso nombres enteros de repente se aparecen en
la memoria”.
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Samuel Rodríguez Medina. |
“Yo creo que la vida
real es un rincón de la
imaginación”
“Es muy difícil
escaparse de las
convicciones, que
terminan en una
convergencia con la
producción artística
literaria”
Samuel Rodríguez Medina
¿Cómo superan el miedo a la hoja en blanco?
Samuel R: “Yo creo que no existe, es decir, esto es
una enfermedad, todo el tiempo la trae uno adentro y cuando llegas a una hoja ya está poblada, claro, luego
hay que joderse para rellenarla, pero la hoja ya está
llena de geografía, orografía, hay un panteón, hay
una guerra. Claro, después hay que pelearse cuerpo
a cuerpo con las ideas, yo creo que el que en verdad
escribe no tiene este problema”.
Javier V: “Yo me inspiro con imágenes oníricas, las
cosas que me contó mi mamá y mi abuelo, tengo un
librito que se llama Me lo contó mi abuelo, donde junto
una cantidad de experiencias en el noreste argentino.
Uno no tiene nada en blanco, ya viene con una cantidad
de cosas, no existe el hombre hecho a sí mismo, claro,
luego el problema es como lo escribo, esto da trabajo,
pero la idea ya está adentro”.
¿Cómo surge la idea de este libro entre un
mexicano viviendo en EUA y un argentino
viviendo en Brasil?
Samuel R: “El exilio te hace abrir caminos donde
no hay. Con Javier llevo una amistad de años, pero
nos conocemos desde hace poco. Fue una relación
automática, de conectarte inmediatamente en los
temas, las primeras veces que hablábamos los temas
no paraban, como siempre es con Javier. Hay una
cantidad de vínculos emocionales, espirituales,
intelectuales que dan para muchos temas, a mí me
gusta la gente así. La idea del libro estaba ahí plantada
y en algún momento se fue desarrollando de una
manera muy natural, orgánica, de alguna manera
ambos estamos comprometidos con la literatura. Mi
exilio y no sé si el de Javier también nos ha hecho
tomar los barcos que antes no tomábamos”.
Javier V: “Hay un libro muy interesante que trata de todo aquello que son los exilios, las migraciones, los
destierros, da una imagen clara a partir de ejemplos
concretos en diversas épocas de la vida; trata del gran
exilio argentino del 76 al 83, donde yo tuve la suerte
y la desgracia de haber pasado 3 años y medio de los
7 de la dictadura argentina. Es evidente que el exilio,
el destierro, te pone en una perspectiva diferente,
puedo ver mejor a mi país y la América Latina desde
acá, al mismo tiempo puedo hacer lo contrario con
Brasil, siendo un extranjero a pesar de tener 4 décadas
viviendo aquí. Creo que la literatura y el desarraigo
tienen mucho que ver porque te permiten crear ópticas
diferentes”.
“El exilio te hace
abrir caminos donde
no hay”
“Me inspiro con
imágenes oníricas, las
cosas que me contó mi
mamá y mi abuelo”
Javier Villanueva
¿Por qué un libro de cuentos? ¿qué relevancia
tienen los cuentos?
Samuel R: “Me van a odiar los novelistas. El cuento es
un relámpago, es un mecanismo mucho más complejo,
se mueve una cosa y se mueve todo lo demás, mientras
que la novela es una larga sucesión de cuentos, el
cuento es la semilla maldita, un disparo en medio
la noche, es un ejercicio eyaculatorio, es una forma
de asfixiar, de ahogar el instante, de exprimirlo para
que saque lo que tenga que sacar y no hay tiempo. El
cuento nos da la posibilidad relampagueante de más
o menos iluminar algunos aspectos de la realidad y
por lo tanto es mucho más humilde que una novela,
que intenta sacar una gran lumbrera para iluminar
grandes espacios de la realidad, lo cual me parece
una labor romántica, pero imposible”.
Javier V: “Anoche estaba leyendo a mi amigo Mempo
Giardinelli. Él tiene un libro llamado Como escribir un
cuento. El cuento es un disparo que puede ocurrir en cualquier momento, es algo que sale inevitablemente,
por ejemplo, Mempo critica a los que dicen que van a
trabajar exclusivamente sobre la inspiración; si uno
no tiene inspiración no hay transpiración que te haga
escribir algo y si uno tiene inspiración, badajee de
vida y trabajo técnico, va a tener una base sobre la
cual se pueda trabajar”.
“Modestamente, cuando decidimos escribir el libro,
fue fantástico porque ya nos conocíamos desde hace
muchísimos años, pero nos encontramos recién ahora.
El resultado, lo mínimo que se puede decir es bonito,
cuanto éxito tenga un libro, nunca nadie lo sabe”.
Lo esencial de un cuento es la brevedad y la
capacidad de síntesis ¿Cómo se logra crear
todo un universo en tan pocas páginas?
Samuel R: “Tendríamos que volver a Borges, era un
gran estilista, por eso a veces ejercitaba en el haiku.
Creo que el tenía esa obsesión por la brevedad. El
cuentista si algo te enseña en su parte didáctica,
es a estar alerta, para así poder abrir muchísimos
infiernos de cualquier tipo, dependiendo de la mirada
del escritor. El cuento es estar alerta”.
Javier V: “Yo fui desarrollando a lo largo de los
últimos 15 o 20 años una técnica, que consiste en
confiar en mis sueños, sobre todo aquellos recurrentes.
Fellini tenía un cuaderno a lado de su mesa de luz y
cuando se despertaba con alguna idea o sueño loco,
inmediatamente lo escribía y lo dibujaba. Yo no llego a
esa exageración, pero tengo una memoria de elefante
para las cosas que me interesan”.
“El cuento es un flash, algo rápido y una acción
guerrillera, porque en realidad se ataca de manera
informal, de manera poco convencional. Para mí el
concepto de novela es un concepto difícil, por eso
respeto muchísimo a quienes la realizan”.
¿De dónde salen los temas de inspiración, de la
vida real o de los rincones de la imaginación?
Samuel R: “Yo creo que la vida real es un rincón de
la imaginación, soy muy fiel a la observación, en mi
caso, de este norte de México donde me toca vivir y en
donde cualquier cosa que uno escribe va a ser superada
inmediatamente por la realidad. A final de cuentas,
lo que nos da la calle, la historia, la conversación del
amigo, el dolor de la tierra que nos nutre. En mi caso,
ni siquiera tengo que hacer una gran investigación,
es un golpe de realidad que pasa por mi mirada o de
mi mirada que pasa por la realidad. Sin embargo,
al final es una relación que uno tiene con la realidad
que te disuelve, que te va licuando todos los días”.
Javier V: “En mi caso, en este libro como en otros,
trato siempre como base de una experiencia real, que
evidentemente fue una experiencia muy fuerte, como
la que viví entre mis 17-18 años, la experiencia de la
militancia revolucionaria. La llamo revolucionaria,
porque teníamos claramente la intensión de suprimir
no solamente al poder político, si no los estilos de vida
de esa sociedad, que me sigue pareciendo opresiva
para la gran mayoría. Fue un periodo muy fuerte a
pesar de haber sido corto, diez años y medio, termina
en 3 años y medio de clandestinidad y de esquivarse.
Esto significa estar a la defensiva, significando que
los sueños acumulados son probablemente la peor
memoria en el sentido de los malos recuerdos, el
miedo se podía convertir en terror de cosas que no
ocurrieron. Lógicamente, todo esto inspira, porque
son memorias muy fuertes. Al mismo tiempo trato
que no parezcan mías, trato que no sean trágicas, sino
también busco el lado cómico. Creo hay pinceladas
de todo esto en lo que he escrito, esto es un poco el
combustible de lo que escribo”.
¿Cuál es el papel del escritor en la realidad
social que estamos viviendo?
Samuel R: “Darle un golpe fuerte contundente, pero
no es algo que se haga conscientemente, tomas una
idea y si la idea va a prosperar o no, tiene que ver
directamente con su potencia; creo hay momentos
en la historia en donde la operación de los artistas
es más decidida, al final de cuentas el entramado del
arte nos dice que al final tiene que haber un golpe
contundente, si no puede caer en una especie de
divertimento”.
Javier V: “Es muy difícil escaparse de las convicciones, que terminan en una convergencia con la producción artística literaria. Es muy difícil decir que uno
nada tiene que ver con eso. No veo ese mundo y me
evado a través de las letras, creo que es prácticamente
imposible”.
¿En este momento que están leyendo y
escribiendo?
Samuel R: “Yo estoy leyendo a Jack London y a Shakespeare, no son cosas que uno planea, simplemente
el libro me llega, estoy reacomodando mi librero y
ahí salieron estos 2 libros, los empecé a hojear y me
conquistaron de nuevo, el buen artista, cada vez que
lo revisitas te conquista de nuevo. London y su gran
amor por la clase obrera y Shakespeare con su gran
ironía”.
“Estoy escribiendo un nuevo libro de cuentos
sobre el norte de México, que se llama La marcha de
la muerte, es un reportero albino que nunca vamos
a saber si inventa sus reportajes o los investiga, en
eso he pasado este verano”.
Javier V: “Como siempre, pongo en el horno textos
con la intención de hacer una novela que nunca
termina, pero esta vez tengo la sospecha que cuento
con 4 mini novelas que quizás resulten en algo, 2 en
español y 2 en portugués, ya que me gusta escribir
alternando los idiomas. Estoy escribiendo sobre una
idea loca que surgió hace muchos años de mi hijo
mayor, sobre el término de la guerra de Arauco, la
guerra de los mapuches contra los españoles, que,
en lugar de terminar en armisticio, los mapuches
toman los barcos de los españoles e invaden España.
Memoria del subsuelo, es la historia de la militancia
argentina en el exilio inmediato entre finales del 75 y
el 77. En portugués, una es una distopía muy loca que
escribí hace muchísimos años que trata sobre lo que
pasaría, si existieran viajes intemporales a la guerra
civil española y cuando se están preparando para la
batalla del Ebro. La última la escribí al inicio de la
pandemia, y es justamente sobre una cuarentena y
una revolución social. La localizo en el año 2026 y
en medio de todo un romance”.
“Yo tengo una mesita de luz siempre con una pila
que mínimo tiene 10-12 libros, que voy leyendo un
pedazo todos los días. Entre ellos está uno de Sergio
Ramírez, que habla sobre la revolución sandinista, un
libro en portugués sobre las experiencias latinoamericanas. Hay otro llamado La conquista del Amazonas,
una novela histórica escrita por un inglés”.
¿Qué van a encontrar los lectores entre las
páginas de Muerte a la deriva?
Samuel R: “Van a encontrar dos visiones que aparentemente son distintas o lejanas, pero que se unen
en la necesidad de revisar la vida y la muerte en la
América Latina. Mis cuentos son visiones pesadas
sobre la existencia latinoamericana, donde no hay
necesariamente héroes y si los hay, andan desprovistos
de cualquier operación. En mis cuentos hay cierto
ludismo, donde se revisa un mundo que ya no puede
ser. En ellos trato de reflejar eso que se vive al norte
de México y que permea a toda América Latina. El
lector de Muerte a la deriva se va a encontrar quizá
con un abismo”.
Javier V: “El libro te pone al borde del acantilado,
yo cuento a pinceladas más o menos rápidas, para
no hacer trágicas las experiencias de una dictadura
feroz, como fue la argentina del 76 al 83 y que tuve
el dolor y la delicia de haberla vivido por la mitad.
Fuimos totalmente derrotados, no el pueblo, sino lo
que queríamos producir un cambio. Cuando uno
se asoma a ese abismo, ve que hay fuerzas enormes
que nos empujan hacia abajo, mientras al mismo
tiempo hacemos esfuerzos para no ser parte de
aquel continente de perdedores eternos pisoteados,
sojuzgados, como de hecho somos. Sin embargo, es
importante demostrar que se puede levantar la cabeza,
como lo están haciendo en Chile”.
Semblanza
Samuel Rodríguez Medina es mexicano,
nacido en Monterrey NL, profesor de Arte,
Cine y Estética en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con posgrado en Filosofía Contemporánea por la Universidad de
Granada. Ha tomado cursos de arte, cine
y filosofía en la Universidad de Buenos Aires,
la Universidad de Texas, la Universidad de
Pensilvania.
Javier Villanueva es argentino, residente
de São Paulo, Brasil desde hace 42 años. Arquitecto de profesión, profesor de idiomas,
editor y librero. Investigador autónomo de
historia y literaturas españolas e hispanoamericanas. Autor de dos libros editados
en Argentina: El Citroën Naranja y Otros
Cuentos (Dunken editorial 2013) y Muerte
a la Deriva (Alción Editora 2021). Ha escrito
también 68 libros didácticos y literatura de
apoyo escolar, 712 ensayos, cuentos, relatos
y cuatro novelas cortas, siempre en contextos históricos, con pinceladas de realismo fantástico.