Por: Comunikanda, Japón
Fotografías: Especial
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Memes y caricaturas contra la máscara del primer ministro. |
LA PANDEMIA DESDE JAPÓN:
¿Vacunación o
terapia colectiva?
Hábitos o tradiciones: ¿Cómo
sobrevivir en
estos tiempos
en Japón o en
México?
Algunas investigaciones de
servicios financieros internacionales, como Bloomberg,
han concluido que la pandemia
por el Covid-19 es más fácil de
enfrentar en países como Finlandia y Japón. Mientras, por
el contrario, los países con
peores resultados son México,
Argentina, Perú, y otros más de
América Latina. El Ranking de
Resiliencia al Covid, elaborado
por este servicio financiero y
de información, consideró las
condiciones económicas, sanitarias y resultados numéricos
de 53 países.
Los resultados en la pandemia no son cuestión solamente
de cifras. Japón y México tienen
aproximadamente el mismo
número de habitantes (125
y 130 millones, respectivamente). Incluso, el territorio
japonés es casi 5 veces menor
al de México, por lo que en este
país asiático hay mayor concentración de personas.
Aunque hay factores económicos y sanitarios que cuentan, el comportamiento de
los habitantes de estos países
puede marcar una gran diferencia. Los factores culturales
y sociales son importantes.
Para inicios del 2021 México
contaba casi 1.5 millones de
personas contagiadas, con más
de 130 mil muertes. Mientras,
en Japón había alrededor de
260 mil contagios y 3 mil 700
fallecidos. Esto quiere decir
que hay alrededor de 6 veces
menos contagiados en Japón
y el número de muertos es 35
veces más pequeño.
HÁBITOS,
COSTUMBRES Y
DISTANCIA
En las circunstancias presentes, los hábitos japoneses
llaman la atención porque se
piensa que en parte han evitado contagios en la población.
Algunos puntos son ampliamente conocidos en el mundo:
los japoneses ya estaban acostumbrados a usar mascarillas,
hay una arraigada costumbre
de higiene con los alimentos,
los baños y lugares públicos,
así como tradición de limpieza
en las escuelas. Todo esto ha
sido parte de la vida cotidiana
del país, desde hace mucho
tiempo.
Siendo así ¿se pueden
exportar estos hábitos? ¿se
podrían adaptar a un país
tan similar en algunos aspectos, pero tan diferente, como
México?
Dafne Jasso es una estudiante de la Universidad
Nacional Autónoma de México
(UNAM), con experiencia de
vida en Japón comenta que sí
hay costumbres en la población
de este país que evitarían contagios: “No se saludan de beso
ni de mano y tienden a mantener distancia con otras personas, mientras que los latinos
siempre somos muy cercanos y
hasta tenemos contacto físico
con gente que no conocemos”.
Es conocida la cercanía
física, familiar y el ánimo festivo en el mundo latino, y ella
cree que esto también puede
afectar en la situación actual.
Aunque hay tales diferencias,
¿podría haber algunos patrones culturales que se pudieran
adaptar a sociedades como la
mexicana? “Creo que algunos
sí se pueden aplicar a México
como el de quitarse los zapatos
al entrar a la casa o saludar
con reverencia en vez de beso…
pero tomar distancia siempre
nos ha sido difícil”.
En el caso contrario, para
quien escribe esto, como estudiante japonesa con experiencia de vida en México, también
es notable la importancia de
tradiciones religiosas, fiestas
familiares y eventos históricos y culturales, que marcan
a la sociedad mexicana: el
Día de la Independencia, los
festivales culturales, el Día
de los Muertos, la Semana
Santa, las peregrinaciones
guadalupanas, la Navidad…
Sería una pena que se perdieran esas celebraciones o actos
especiales. Sin embargo, en
estos tiempos críticos, habrá
que buscar otras formas de
mantener viva, no solamente
la tradición, sino a la misma
sociedad mexicana.
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Saludos a distancia, estilo japonés. |
RETOS PARA LA
SOCIEDAD JAPONESA
ANTE EL COVID:VIVIR
DE OTRA FORMA…
PERO VIVIR
El año 2020 fue extraño para
todo el mundo. Japón es un
país que llama la atención
porque, a pesar de su cercanía
con China, donde se originó
el coronavirus, y de tener la
mayor población envejecida
del planeta, registra uno de
los menores índices de contagios y muertes por Covid. Sin
embargo, la sociedad japonesa
también enfrenta sus propios
retos: la obediencia a ciertas
instrucciones, el problema de
los suicidios y la pérdida de
pasión en los estudios.
El lado positivo de Japón
en crisis como la que hemos
vivido en el último año se basa
en muchos factores. Por una
parte, las normas higiénicas
no sorprenden a una sociedad
ya acostumbrada a quitarse los
zapatos al entrar al hogar, o
a la limpieza en los espacios
públicos. Además, mucha gente
colabora con las campañas
oficiales de distanciamiento y
limpieza, que incluso se vuelven parte de la cultura popular.
Según la editorial Jiy Kokumin
Shinsha, entre las frases más
usadas por los japoneses en
el 2020 sobresalen las relacionadas con la pandemia.
Entre ellas, la más popular se
ha vuelto una verdadera “regla
de tres” en la vida cotidiana:
“san-mitsu”, que equivale a
las tres C, propuestas por la
Organización Mundial de la
Salud, para evitar contagios.
LAS FRASES MÁS
POPULARES
Aunque se podría traducir de
diferentes formas, en general “san mitsu” se refiere
a evitar espacios cerrados,
conglomerados o con corta
distancia entre las personas.
El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar promovió esta
frase desde el inicio de la pandemia como una norma social
para evitar reuniones en esas
circunstancias y tratar de evitar la dispersión del virus. La
popularidad se unió a la tradición y el ideograma central
de esta frase fue elegido el
“kanji del 2020” y dibujado en
una obra caligráfica especial
en el famoso templo Kiyomizudera de Kioto.
Con la llegada de la tercera ola de contagios, Tokio
registra el mayor número de
casos de Covid. Consciente
de que es difícil dispersar a
la gente en la metrópoli más
poblada del mundo, la Gobernadora Yuriko Koike también
propuso “los 5 ko”. Su idea se
refiere a hábitos más personales, pequeños esfuerzos que
pueden hacer una gran diferencia en la población, en caso
de reuniones: pocas personas,
pocas horas, voz baja, platos
pequeños e individuales, así
como la minuciosa desinfección de manos y ventilación
del local.
RESTAURANTES: MÁS
QUE COMIDA
En Japón, los negocios más
afectados por en esta crisis
han sido los restaurantes.
Igual que las cafeterías o los
bares tradicionales “izakaya”,
solían ser espacios concurridos, frecuentemente más
para socializar que para
comer. Kounosuke Nikura,
chef de un restaurante en la
zona metropolitana, comenta
sobre lo dureza de esta etapa y
la necesidad de buscar alternativas para subsistir.
Sometidos a nuevas reglas
de higiene y horarios, muchos
negocios siguen reinventando
sus formas de vender comida,
pero con medidas especiales
para “desincentivar” la socialización: música baja, para que
los comensales no tengan que
elevar la voz y dispersar saliva.
O, por el contrario, música más
alta, para evitar conversaciones.
LA OTRA CARA DE
ESTA SOCIEDAD
Con estos grandes y pequeños esfuerzos, que se vuelven
populares y que involucran
a toda la sociedad, Japón ha
podido frenar de alguna forma
los contagios y muertes por
coronavirus. Pero, lamentablemente, quedan problemas
por resolver, que se han vuelto
más graves en esta crisis.
Este país enfrenta desde
hace muchos años altas tasas
de suicidios (18.5 por cada
100,000 personas, casi el
doble del promedio mundial).
Aunque desde 2012 y hasta el
2020 el número de casos había
empezado a bajar, la pandemia
volvió a disparar el problema.
En la última parte del año se
dio a conocer que en un solo
mes se habían registrado más
suicidios (2,153) que las muertes por Covid en todo el año. La
mayoría de estos casos son del
género femenino. Lamentablemente, según especialistas, las
mujeres han sentido mayor
peso de sus responsabilidades durante la pandemia, al
mismo tiempo que sufren las
presiones económicas y falta
de libertad.
LOS SUEÑOS DE LOS
JÓVENES
¿Qué pasa con la juventud
japonesa, que están dejando de
soñar? Según una investigación de la Fundación Nippon
realizada en 18 países del
mundo, y que se dio a conocer
al inicio de 2020, 40 por ciento
de los jóvenes en este país no
tenía sueños.
La encuesta internacional
incluía preguntas sobre la
fortaleza de los jóvenes para
hablar de los problemas o
actuar para solucionarlos,
la sensación de ser adultos y
considerarse miembros responsables de la sociedad. Los
resultados en Japón reflejaban
que muchos jóvenes japoneses
no estaban muy conscientes o
interesados en actuar por los
problemas del país.
Un año después, aunque
algunos estudiantes manifiestan desánimo por las clases en línea o la cancelación de
proyectos y viajes de estudio,
también se registran iniciativas de jóvenes tratando de ayudar a personas con problemas
depresivos. Como ejemplo, el
universitario Koki Ozora creó
una línea telefónica de ayuda
voluntaria, llamada “Anata no
iibasho” (Un lugar para ti), para
atender durante 24 horas a las
personas en problemas. Como
éste, existen otros grupos en
las universidades que tratan de
animar a los estudiantes para
que no renuncien a sus sueños,
aun en tiempos difíciles para
el mundo.
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Negocios de comida en Japón. |
MASCARILLAS: SALUD,
MODA
Y DIVERSIÓN
En el año 2020 el mundo entero
aprendió a llevar mascarillas. La gente empezó a verse
y sentirse diferente con una
costumbre que era prácticamente desconocida fuera de
los hospitales o laboratorios.
Sin embargo, en Japón las mascarillas no son nuevas. Mucha
gente que visitaba el país se
sorprendía del gran número
de personas que usaban esta
protección… ¿por obligación,
por costumbre o moda?
Cubrirse la boca ha sido
una costumbre de siglos, pues
hay registros de que desde el
periodo Edo (1603-1868) había
personas que luchaban contra
el mal aliento tapando el rostro
con algunas plantas. A finales
del siglo XIX, se extendió su
uso entre trabajadores expuestos a la contaminación, como
los mineros. Al inicio del siglo
XX, la llamada gripe española
en la que se contagió casi el
40 por ciento de la población
japonesa, extendió el uso, que
se ha quedado desde entonces
en la vida cotidiana de los nipones, por propia voluntad y no
por dictado de las autoridades.
La máscara o mascarilla,
cubrebocas, tapabocas, barbijo o nasobuco, se conoce
en japonés con el nombre
derivado del inglés “mask”, y
desde el inicio del siglo XXI,
se consolidó como un objeto
común, especialmente en la
temporada invernal, o al inicio de la primavera, en que
aumentan las alergias, por el
polen. Los registros industriales dicen que en este país
ya se consumían alrededor de
6 millones de mascarillas en
los años anteriores al 2020 y
la mayoría eran para uso de
particulares.
Además del punto de vista
higiénico, los jóvenes se ponen
mascarillas para tratar de que
sus rostros se vean más pequeños, ya que esto es una señal
de belleza en el país. Además,
como dice, Rina Misawa, estudiante universitaria: “se puede
salir a la calle sin maquillaje”.
Por supuesto que el miedo
a los contagios o la prevención
siguen siendo los motivos principales del uso, pero también se
sabe que hay quienes se cubren
la cara por la presión social.
Aunque el común de la gente
sigue voluntariamente estas
indicaciones, cuando se ven
ciudadanos sin cubrebocas, se
han llegado a presentar altercados entre la población. Llevar
la mascarilla es una forma de
respetar los modales para vivir
en paz.
ABENOMASUKU
(ABE NO MASK)
Ahora hay muchos tipos de
mascarillas y ya se consideran
parte de la vestimenta. Uno de
los más famosos en el 2020 fue
el que usaba el primer ministro Shinzo Abe, con un diseño
aparentemente insuficiente y
no muy atractivo. Se popularizó precisamente porque el
gobierno decidió enviar dos
piezas a cada hogar, para paliar
la escasez por el alto consumo
de mascarillas al inicio de la
pandemia.
La “Abenomasuku” (un
juego de palabras asociado
a la “Abenomics”, es decir, la
política económica del entonces primer ministro) fue popular, justamente por impopular.
Solamente un 4 por ciento de
los japoneses llegó a usarla.
Aunque la sociedad japonesa
suele ser seria y respetuosa con
sus autoridades, la mascarilla
originó burlas e incluso memes
en las redes sociales. Uno de los
más famosos fue una imagen
de Sazae San, personaje de una
famosa historieta animada,
que aparecía compartiendo sus
dos pequeñas “Abenomasuku”
con 8 miembros de la familia,
incluyendo la mascota.
A manera de diversión,
estudiantes de preparatoria
empezaron a pintar y pegar
“stickers” en estas máscaras y a lucirlas así en eventos
escolares o en las redes sociales, haciendo más popular la
“impopular” mascarilla del
gobernante.
Por otra parte, para reivindicar el uso de mascarillas
como un objeto de moda, en
noviembre los premios Best
Masknist Award en Tokio,
reconocieron en una pasarela
a los más famosos “influencers” como modelos, actores y
deportistas, luciendo máscaras
coloridas y vistosas. Así, Japón
mantiene de alguna forma a la
población protegida de mayores contagios, al mismo tiempo
que se mantiene la moda y la
tradición de muchos años en
cada mascarilla.
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Vuelven a verse los aros olímpicos |
LOS OLÍMPICOS: UNA
META CADA VEZ MÁS
LEJANA
El año 2021 volvieron a iluminarse los aros olímpicos, volvieron las esperanzas y algunos
sitios de Tokio volvían a mostrar
un conteo optimista que mostraba, en fecha reciente, que
faltaban 200 días para el inicio
de las Olimpiadas de Tokio (programadas para el 23 de julio).
¿Está el mundo listo para
la gran competencia deportiva? La propia sede, Tokio,
enfrenta varios problemas: el
desconcierto de los deportistas, el altísimo costo que ha
tenido organizar y aplazar el
evento y el cambio en el ánimo
de los japoneses: de un apoyo
casi total a los Olímpicos, la
opinión pública ha pasado al
temor y rechazo.
En diciembre, la cadena
nacional de radiodifusión NHK
divulgó los resultados de un
estudio de opinión: aunque
hace dos meses todavía la
mayoría de la población estaba
a favor, ahora 63 por ciento
de los japoneses cree que se
deberían suspender o posponer nuevamente los olímpicos.
La nueva cepa de coronavirus que ya está en el país,
una tercera ola de contagios,
así como la declaración una vez
más de un “estado de emergencia” en el área metropolitana de Tokio, han traído a la
población una atmósfera de
inseguridad.
Aun así, tanto el Comité
Olímpico Internacional como
el Gobierno japonés han insistido en el plan de llevar a cabo
los juegos en este año 2021,
aunque sea con adaptaciones, como reducir o eliminar
la presencia de espectadores.
Ya en meses previos se
abrieron los estadios y eventos deportivos en Japón, con
medidas especiales, para tratar
de probar algunas estrategias.
Con cámaras de alta definición
se han observado en detalle los
movimientos de los asistentes:
todos deben llevar mascarilla,
guardar distancia en las gradas y animar a sus equipos
con pancartas o grabaciones,
pero en silencio. En principio,
se había propuesto incluso evitar aplausos. ¿Serían capaces
atletas y público de todos los
países de cumplir rigurosamente todas estas normas?
¿Cuánto costaría implementar
la seguridad?
El costo original de los Juegos Olímpicos de Tokio sería
de aproximadamente 12,600
millones de dólares, pero
posponerlos y ahora tratar de
reprogramarlos con medidas
especiales contra el Covid,
eleva el costo en 1,644 millones
de yenes (alrededor de 15,400
millones de dólares). Es decir,
que esos 2,800 millones de
dólares que se aumentan al
costo, tienen que ser asumidos por Japón.
La pandemia ha afectado así
notablemente el presupuesto
de este país y ha frustrado
las inversiones de negocios y servicios relacionados con
los juegos olímpicos. Además,
empieza un sentido de frustración entre los mismos atletas
o personal que estaba involucrado en la celebración del
evento. Personal del Centro de
Voluntariado de la Universidad
de Estudios Internacionales de
Kanda, había preparado a un
importante número de estudiantes como voluntarios para
ser intérpretes en varios idiomas. Ahora, según expresan,
lo más importante es el estado
anímico de todos estos jóvenes, para que se reanimen y
estén conscientes de que sus
habilidades podrán ser usadas
de alguna forma en el futuro.
Así, tanto para el mundo
que está pendiente de este
importante evento, como para
los mismos japoneses, los juegos olímpicos generan gastos,
dudas, temores, pero al mismo
tiempo se mantiene una esperanza de que el mundo pueda
mejorar con las vacunas contra
el coronavirus, y que se lleven
a cabo las competencias, siempre y cuando haya una colaboración de todos.
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Netlix, saturado en Japón. |
JAPÓN: SUBSIDIOS
Y VIAJES ¿CÓMO
RECUPERAR LA
ECONOMÍA?
Si alguna vez escuchó, en plena
pandemia, que Japón estaba
ofreciendo viajes gratuitos a
los turistas o que toda la población recibiría sin reservas una
ayuda de casi 1 mil dólares, es
porque este tipo de estímulos
son reales y se reparten eficientemente en el país.
El golpe económico que
el mundo ha recibido con
esta pandemia es grave. Sin
embargo, tan confusos como
los números de contagios,
recuperaciones, e índices letales por Covid-19 en el planeta,
son las cifras de caídas, pérdidas, estímulos y crecimiento.
Japón, la tercera economía
más grande del planeta con
un PIB anual superior a los 5
billones de dólares, ha enfrentado el costo de la organización y reprogramación de los
Juegos Olímpicos, así como
la quiebra de un importante
número de negocios al interior,
y el aumento del desempleo, en
plena pandemia.
Tempranamente, el gobierno japonés empezó a implementar medias especiales
para tratar de mantener la
economía a flote, incentivando
el consumo con: importantes
apoyos para viajes, así como la
distribución eficiente y generalizada de subsidios económicos.
El 20 de abril de 2020, el
Gobierno de Japón decidió
otorgar un subsidio 100 mil
yenes (alrededor de 930 dólares) a todos los residentes.
Aunque en otros países ha
habido algunas medidas del
mismo tipo, llama la atención
la rapidez y eficiencia de la distribución en este país, y la generalización del apoyo a toda
la población, sin importar su
nacionalidad de origen.
El 53.7 por ciento de los japoneses ha utilizado esos recursos para adquirir artículos de
primera necesidad, mientras
que el 19.65 por ciento lo ha
invertido en pasatiempos y el
equipamiento tecnológico que
esta era “en línea” requiere.
Además de este subsidio
universal, las autoridades han
apoyado a ciertas categorías
de negocios con una llamado
“Subsidio duradero estatal”.
Por otro lado, existen subsidios para cuidados de enfermería, para aseguramiento
de vivienda (alquiler), para
familias con niños pequeños
y otros más.
Yuzo Kanno, presidente de
una empresa que se ocupa del
servicio de atención personal
a ancianos, comenta que ha
solicitado y recibido varios
de estos apoyos, con lo que
ha podido adquirir los instrumentos de conexión a redes y
artículos de higiene.
Entre las hay 793 empresas
que se reportaban en quiebra
hasta diciembre de 2020, se
contaban especialmente restaurantes y hoteles. Precisamente por ello, el gobierno
ha impulsado especialmente
una campaña para promover
el turismo, llamada “Go To
Travel”. De ahí que se ofrecieran subsidios, descuentos
de hasta 50 por ciento y otras
ofertas a los viajeros, aunque
originalmente se trata de una
campaña interna, pues todavía
no hay condiciones para abrir
las fronteras a los viajeros
internacionales.
Los apoyos habían funcionado bien. El problema es que,
paradójicamente, cada vez que
aumentan los contagios como
en la tercera ola de coronavirus
en el país, el mismo gobierno
tiene que solicitar a la gente
que evite viajar.
Así, se puede dimensionar
que una economía tan activa
como la japonesa, enfrenta
también grandes compromisos con sus empresas y con la
sociedad en general, pero no
hay ningún remedio milagroso
para recuperar la llamada
“normalidad”.
LA OTRA CARA DE
ESTA PANDEMIA:
DIVERSIÓN Y
GANANCIAS
En plena pandemia, el mundo
entero enfrenta dificultades
económicas. Sin embargo,
quedarse en casa ante el peligro de contagio por Covid-19,
ha generado nuevas formas
de vida y la demanda de ciertos servicios. Increíblemente,
el 2020 tiene otra cara para
empresas que han crecido
más que nunca en su historia.
En Japon, Netflix y Nintendo
tienen mucho que decir sobre
esto.
La política de quedarse en
casa (“Stay home”) o el trabajo
a distancia (“Remote-work”) ha
creado nuevas demandas. En
el mundo exterior, muchos
restaurantes han quebrado,
mientras la gente cocina más
en casa o acude a servicios de
comida a domicilio, como Ubereats y Demaekan.
Además de la cocina, ha
aumentado la compra en línea
de computadoras, altavoces,
cámaras, micrófonos y otros
aparatos para adaptarse a las
clases y el trabajo en casa.
Mientras, para el entretenimiento, los videojuegos como
Nintendo Switch o Play Station
5 (PS5), servicios de distribución por la red (video-streaming service) como Netflix,
Amazon Prime, Hulu y Disney
Plus, se han popularizado.
Entre los productos de éxito,
a Nintendo Switch le ha ido de
maravilla. Según el reporte
de Nintendo, se habían vendido más de 68 millones de
consolas Nintendo Switch
hasta finales de septiembre de
2020. El número de las ventas
de programas o software de
videojuegos de Nintendo Switch
también ha superado los 450
millones. Del software, “Animal
Crossing: New Horizons” se han
vendido más de 64 millones en
el mundo y entró en el ranking
japonés de productos de éxito
en 2020, hecho por el periódico
Nihon Keizai Shimbun. Con las
ventas de dicha consola de videojuego, la compañía Nintendo
ha obtenido los mayores beneficios de su historia, desde abril
hasta septiembre de 2020.
Por otra parte, según el diario Nihon Keizai Shimbun, el
número de afiliados en Japón
a Netflix había superado los 5
millones, para el 7 de septiembre en 2020. Es decir, que sumó
repentinamente 2 millones de
afiliados en sólo un año, por lo
que enfrenta cierta saturación
y la necesidad de crear contenidos originales para gente que
empieza a manifestar aburrimiento en el encierro.
Aunque estas nuevas formas
de vivir y consumir desde cada
hogar parecen antinaturales, productos como el videojuego “Animal Crossing: New
Horizons” han hecho sentir a
muchos usuarios cierto placer en la simulación de estar
pasando la vida en una isla
deshabitada, sólo con animales
y amigos. Y de alguna forma,
esta una forma de seguir en
conexión con el mundo, acudiendo a los sueños, aunque
parezcan solamente una realidad virtual.
Elaborado por alumnos de
español de la Universidad de
Estudios Internacionales de
Kanda (KUIS):
Rei Koike, Ayane Igarashi, Sakiko
Kurino, Natsu Ohki, Wataru
Okayama, Ayumi Arata y Silvia
Lidia González (profesora)