Sin audiencia no hay medios
Cine bueno
y malo
Entre ver,
apreciar y
evaluar
No todo lo bueno es
popular; no todo lo
popular es bueno
¿Cuántas veces han basado su decisión por ver
una película, en notas de prensa o en Internet; o
en comentarios por radio o televisión? Seguro,
más de una.
La mayoría llama “críticas” a todas esas notas,
sin que necesariamente lo sean.
No es lo mismo un comentario promocional
que un artículo informativo, reseña, ensayo o
crítica en forma. Cada uno tiene un objetivo
específico. Al saber eso, podremos dirigir mejor
nuestra atención hacia las opciones que nos
presentan.
Hablar de “crítica”, es referir al “análisis concienzudo” de las películas, y no a una referencia
básica limitada a la ficha técnica, argumento
y elenco, más un pretencioso “vaya o no vaya
a verla”.
La labor de un crítico es revisar a detalle, bajo
criterios establecidos, y compartir si los valores
se aplicaron adecuada o inadecuadamente
para que, así, bien informados, haciendo uso
de su particular derecho, cada quién decida
si la ve o no.
Una crítica debe ser orientadora, informativa,
no una orden sobre cuándo o no pagar por un
boleto, renta, compra, descarga o visionado.
Las que más circulan son las críticas Académicas y Periodísticas. Las primeras van firmadas
por estudiosos de la teoría y práctica de producción cinematográfica; las segundas se trabajan
en forma ligera, para hacerlas accesibles a la
generalidad. Ambas son valiosas, pero hay que
enfatizar sus diferencias y, esencialmente, las
circunstancias que rodean y afectan su construcción.
Un crítico académico conoce de procesos y
teorías de comunicación; se adentra en el discurso audiovisual para comprender por qué
una película funciona o no, según sus objetivos,
y lo que ésta mueve en el espectador. Para esto,
además de que puede abordar cualquier cinta y
no sólo novedades o estrenos, la ve tantas veces
como sea necesario, hasta lograr radiografías
del producto y alejarse de la “primera impresión”.
Los periodísticos se concentran en hacer reseñas de los estrenos. Por lo general ven el filme
apenas una o dos veces antes de externar sus
opiniones, que suelen estar subjetivadas por el
gusto particular.
Para bien o para mal, estas críticas representan un (potencial) mayor impacto en el éxito o fracaso
de una cinta en taquilla. Hay variables como la
promoción, el marketing, la difusión “de boca en
boca” y hasta el escándalo en el que algún filme
(o los involucrados) pudiera verse envuelto, pero
siguen siendo muchos los que deciden a partir
de comentarios de supuestos “conocedores” –
así, entre comillas- o, peor aún, por “estrellitas”,
“deditos arriba o abajo” y demás etiquetas.
Como saben que las críticas positivas llevan
público a taquilla, los encargados de promoción
no dudan en atraer y bien-tratar a los “críticos”
quienes, ante regalos, souvenirs, viajes para
asistir a presentaciones especiales, sesiones
de entrevistas con directores y elenco, y demás
artilugios, se ven tentados –cuando no obligados- a dar buenos comentarios, aunque la película no los merezca.
Algo importante es que el autor separe su gusto
porque, a fin de cuentas, le puede encantar una
mala película o disgustar una que sea una obra
maestra. No se trata de gustos, sino de verdadero análisis que aporte a la formación de
cinéfilos con criterios propios; basados en el
conocimiento y parámetros de construcción
audiovisual, no sólo en la víscera y en el superficial “si me gustó / no me gustó”.
Finalmente, Ustedes, el público cinéfilo de calidad
activa y participativa es el que tiene la última
palabra.
edui_tijerina@yahoo.com
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”