La exquisitez
de ser nosotrxs
#Se metieron
con la
generación
equivocada
Hace unos días, me topé con un video de adolescentes peruanos que en twitter, expresaban su
opinión política contra un presidente impuesto
que posteriormente fue destituido. Su mensaje
repudiaba la corrupción y la falta de democracia.
Más allá de cualquier reflexión de buen o mal
gobierno (que no es mi intención hacer), quiero
destacar la fascinación que me causó descubrir
esas miradas frontales y palabras seguras, ocupadas y preocupadas por la realidad de su país.
Este video tiene especial resonancia cuando lo
pienso en nuestro contexto mexicano. En las
últimas semanas, la cantidad de niñas, niños y
adolescentes asesinados es alarmante. Seguramente usted recordará muchas de esas historias que en los noticieros reseñan cada vez con
más frecuencia. Nadie se lo merecía. Son niñas,
niños y adolescentes en entornos vulnerables
con una ausencia de políticas de protección
desde los gobiernos, la sociedad, así como de
la misma familia.
¿Cree que exagero? Déjeme contarle:
Que diariamente mueren entre 3 y 4 niñas, niños
y adolescentes a consecuencia de la violencia.
Que diariamente desaparecen 4 y asesinan a
3.5 niños, niñas y adolescentes.
Que 1 de cada 10 feminicidios en el país ocurre
a una niña o adolescente.
Que cada día, 34 niñas de 10 a 14 años son
embarazadas. La principal causa es el abuso
sexual.
Que 8 de cada 10 mujeres que sufrieron violación
en la infancia, reconocieron que fue cometido
por un familiar.
Que 8 de cada 10 niñas o niños indígenas viven
en pobreza extrema.
Que solo en 2019, un total de 50 mil 621 menores
migrantes acompañados y no acompañados
ingresaron en estaciones migratorias.
Que aproximadamente 30 mil, han sido vinculados a grupos delictivos (Fuente: REDIM).
Usted se preguntará ¿Qué tiene que ver lo de
Perú con los datos señalados?
Mucho. Estos terribles casos de niñez y adolescencia en México son historias que deberían ser
tomadas en cuenta en la agenda pública, en
las acciones u omisiones que les están afectando y que por tradición histórica, nadie les ha
preguntado lo que piensan, o lo que les pasa, o
el qué harían. Como sociedad deberíamos reflexionar en la responsabilidad directa o indirecta.
Desde las acciones de gobierno, hay palpables
ausencias conceptuales. No nombrar, es no
visibilizar. No nombrar es no reconocer sus derechos. De ahí la importancia de generar
acciones concretas.
#semetieronconlageneraciónequivocada es el
hashtag del video peruano. Me gusta la frase
porque es entender el momento histórico, ponerse
en primer plano, en acción y disposición. Finalmente
ya lo dijo hace tiempo el presidente chileno
Salvador Allende: “ser joven y no ser revolucionario,
es una contradicción hasta biológica”.
Ojalá que en México entendamos el error. Nulificar
sus voces, sentires, necesidades y derechos
construye un mal presente y abona a un mal futuro.
Ningún cambio será posible sin la consideración de
infancias y juventudes en los grandes problemas
que nos aquejan: violencia, migración, equidad,
pobreza, salud, desarrollo, presupuestos.
#semetieronconlageneraciónequivocada es
una frase que exige respeto y se sabe cambio, por
lo que pienso en la importancia de empoderar a
infancias, juventudes y fortalecer su participación
en los grandes cambios que necesitamos como
país. Pero el empoderamiento empieza desde
la propia casa, en el respeto a su voz y desde el
fortalecimiento formativo a sus capacidades;
y continúa en la sociedad desde las políticas
públicas generadas para ello.
Dicen que no hay nada más rebelde que pensar
y el movimiento del 68 en México nos dejó
muchas enseñanzas. Nos mostró la importancia
de los movimientos sociales y juveniles. Ojalá
que la lección no la olvidemos.
Diana Elisa González Calderón Docente
e investigadora en la Universidad Autónoma
del Estado de México.