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Renovarse o morir : el gran reto de la TV | EDUI TIJERINA CHAPA | Julio 2020


Sin audiencia no hay medios

Renovarse o morir : el gran reto de la TV

La TV se está transformando y enfrentando un proceso evolutivo que debió darse desde mucho tiempo atrás, pero al que muchas cadenas se negaron y por el que ahora tienen que trabajar a marchas forzadas.

La capacidad de adaptación será la clave entre seguir o dejar de estar.

Cuando surgió internet, se especuló sobre el final de los medios tradicionales. Sin embargo, atestiguamos la confluencia de éstos, sobre una plataforma que abrió nuevos alcances a través de versiones “en línea”.

Ahora, con tantas innovaciones, dispositivos y vetas de explotación comercial, se dice que “La TV agoniza, con pérdidas en niveles de audiencia y, por tanto, ingresos”.

Urge atender géneros/formatos y adaptarse a dinámicas de exposición, necesidades e intereses y hasta de ritmos de vida que determinan tiempos de atención a pantallas del televisor, el móvil, la computadora de escritorio o la portátil. 

La situación de la TV abierta llama la atención, sobre todo porque sus canales van reduciendo peso y atractivo. La diversidad, segmentación y dispersión la tienen pendiendo de un hilo.

El fenómeno no es, propiamente, la expiración del concepto de “cadena televisiva” ni estamos cerca de lo que se espera sea “la era de contenidos abiertos, libres y completamente personalizados” en la que cada quién armará su propia programación desde un menú vastísimo e interactivo. Es una señal de alerta.

Si las televisoras se aferran a la fidelidad de sectores del público como los locales o los de mayor edad -que las siguen por costumbre más que por satisfacción- no llegarán a ningún otro lado, por mucho que busquen formatos, temas o directivos capaces de todo para ganar audiencia.

Está probado que el morbo o escándalos siempre llamarán la atención, pero hasta eso, si no se cultiva, termina hartando. Desgraciadamente, al recurrir a esos ingredientes, se diluye la capacidad de asombro del espectador, aumenta su exigencia en intensidad y crea un círculo vicioso que degrada juicios de valor y, aunque con rating, afecta la imagen de la televisora como “empresa seria y socialmente responsable”

La competencia es dura. Además de cuidar lo que se ofrece, hay que ver cómo se ofrece y qué ventajas representa su visionado, especialmente si se enfrenta tanto a monopolios multicanales como a plataformas de streaming, telefónicas que ofertan audiovisuales y redes sociales que producen contenidos originales.

Mientras las televisoras regulares producen sus propios programas, las ahora llamadas “hipercadenas”, facilitan herramientas para que los usuarios realicen y suban materiales, apropiándose de ellos y tomándolos como gancho para mantener y ganar seguidores. 

Retomando el punto: ¿Estamos ante la muerte de la TV? No. No lo estamos. 

Más bien, está en depuración. Se está transformando, enfrentando un proceso evolutivo que debió darse desde mucho antes, pero al que muchas cadenas se negaron y por el que ahora tienen que trabajar a marchas forzadas, so riesgo de quedar en el intento. 

Sólo las más creativas, con capacidad de adaptación y con proyección a las dinámicas de ventanas y público, seguirán en la jugada.


Edui Tijerina Chapa 

edui_tijerina@yahoo.com 
Twitter: @EduiTijerina 
Instagram: @eduitijerinachapa 
Escritor, dramaturgo, guionista, asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”, “Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”