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Cuando los recuerdos están en el corazón | MIGUEL ANGEL ARRITOLA | Marzo 2020

Por: Miguel Angel Arritola
Fotografía: Martín Fuentes


Cuando los recuerdos están en el corazón


Guadalupe Treviño, Francisco De Luna y Carlos Fernández, ofrecieron un magnífico y pulcro trabajo que estrujó el alma en “Madrugada en Svalbard”, de Daniel Serrano Moreno bajo la dirección de Luis Martin que se presentó a la prensa la noche del miércoles en Casa Musa


¿Dónde demonios quedan esas islas de Svalbard? pregunta con angustia Amanda a Pablo, temerosa de viajar hasta ese lugar donde el frío es tan intenso y cruel como su misma enfermedad, esa enfermedad que poco a poco amenaza con robarle su pasado y la castiga sin poder disfrutar el presente.


Amanda , (Guada lupe Treviño) es una prestigiada escritora de 80 años de edad, con algunos best seller en su haber; ella está anclada a una vida fracturada por situaciones que la han llevado a vivir entre el olvido y el no me acuerdo, entre el pasado y el presente, entre miedos y anhelos, entre recuperar la lucidez que tuvo en sus años mozos o vivir por comodidad sin acordarse de nada ni de nadie.

Amanda resiente poco a poco la perdida de su memoria y lucha por conservarla, aunque a veces lo ve como un descanso a su vivir.

Pablo, (Francisco de Luna) es su ex marido, el que grita a los cuatro vientos su actual vida de divorciado, el que alardea ser un hombre que puede extender sus alas y volar a la hora que se le pegue la gana a cualquier cielo y si es preciso, llegar hasta las mismas islas de Svalbard, pero sin ella, sin la mujer que alguna vez fue el amor de su vida.

Y en esta familia disfuncional aparece Gabriel (Carlos Fernández), hijo de ambos, un joven que tiene que equilibrar las emociones de una madre enferma, pero también tiene que enfrentar la feroz amargura y resentimiento de su padre, que no disimula el dolor de cargar a cuestas un divorcio después de 50 años de unión matrimonial.


El noble texto de Serrano permite que en “Madrugada en Svalbard”, los actores entreguen un trabajo limpio y puro, alejado de lo exagerado y dramático para acercarse a un desempeño tan emotivo como natural.


Todo en “Madrugada en Svalbard” es cautivador e intimista, desde la mesa donde Pablo y Gabriel debaten sobre el futuro de Amada hasta el pequeño sofa en el que la protagonista de la obra es un torbellino de sobresaltos que la conducen a buscar ese proceso de transferencia que la podría llevar a devolverle la lucidez.

Tanto la dirección de Luis Martin como el texto de Daniel Serrano son tan gentiles que otorgan el derecho para que Treviño, Fernández y De Luna brillen con intensidad y con esa fuerza que cada uno le imprime a su personaje.

Treviño es intensa e imponente en escena, sabe matizar a la perfección y toma de la mano a Amanda para llevarla a momentos de gran gozo y de situaciones dramáticas donde se luce al por mayor como actriz.

De Luna trabajó de tal manera a Pablo que en las partes cumbres de la obra eleva todo lo que da ese potencial de actor que corre por sus venas. De Luna y Treviño llenan el escenario.

Fernández estuvo a la altura de sus compañeros y en todo momento su trabajo lució a tono con el personaje. Su desempeño fue por demás destacable.

Tener al autor de la obra, al director y a todos los periodistas regiomontanos a centimetros del escenario escudriñando sus actuaciónes, era para que cualquier actor y actriz sucumbiera a los nervios, pero lejos de ello, Guadalupe Treviño, Francisco de Luna y Carlos Fernández sacaron la casta e hicieron de “Madrugada en Svalbard” un exquisito trabajo pleno de paralizantes emociones que cautivó a la prensa e invitados especiales.

“Madrugada en Svalbard”, de Daniel Serrano Moreno, ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda en 2016, bajo la dirección de Luis Martin seguirá en cartelera todos los viernes a las 21:00 horas en Casa Musa.