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Editorial: Las nuevas formas de comunicación | ROBERTO GARZA | Septiembre 2019


Las nuevas formas de comunicación

Las conversaciones que ahora ocurren a través de los diferentes medios digitales, ocasionan que la gente no sólo salga cada vez menos de sus casas, sino que desarrolle apatía o introversión en la forma en que se relaciona.

El tema de la comunicación en nuestros días ha sido quizás uno de los procesos que más se ha desarrollado y transformado en los últimos años. Por medio de la tecnología, ahora es posible comunicarse a cualquier distancia en tiempo real y a muy bajo costo. Adicionalmente, las barreras culturales, sociales e intelectuales cada vez son menores, permitiendo que los canales de comunicación fluyan de una manera más natural y satisfactoria.

Desafortunadamente, todos estos avances tecnológicos que agilizan y multiplican nuestra comunicación, también modifican la esencia de cómo se realiza ésta, afectándola de una manera “negativa”. Es común que las conversaciones que ocurren a través de medios digitales, carezcan de contenido para ser interpretadas de forma correcta, causando continuamente malos entendidos y suposiciones.

Ahora bien, la comunicación como un proceso sociocultural, todavía hasta hace unos años se nutría de conversaciones “cara a cara”, al igual que de interacciones telefónicas, sin embargo, éstas las hemos ido supliendo cada vez más, por mecanismos “online” como lo son las aplicaciones de Facebook, Instagram, Snapchat y WhatsApp, que ciertamente cumplen con acercarnos a la gente, pero sin dejar de hacerlo de una manera virtual.

Por otra parte, las conversaciones que ahora se realizan digitalmente a través de las diferentes opciones que tenemos, están ocasionando que la gente no sólo salga cada vez menos de sus casas, sino que desarrolle una especie de apatía o introversión en la forma en que se relaciona. Existen inclusive comunidades virtuales como la llamada Second Life, que de alguna manera garantizan el contacto virtual, pero también inhiben fuertemente el desarrollo de las habilidades sociales de las personas en la vida real.

Cabe destacar que el comunicarnos “cara a cara” nos ofrece una serie de beneficios importantes, como lo son el acceso a la comunicación no verbal o lenguaje corporal, el bienestar emocional que se origina del mismo contacto físico, el concentrar nuestra atención a las necesidades de la otra persona, el fortalecimiento de nuestros vínculos afectivos y el desarrollo de nuestras habilidades cognitivas.

En lo que respecta al contenido mismo de las comunicaciones, es triste ver también cómo las generaciones que nacieron con estas nuevas formas de comunicación, se están acostumbrando a consumir contenido de “forma” y no de “fondo”. Es común que sigan inclusive a “líderes imaginarios” o “influencers” que no tienen nada que ofrecer, excepto valores inexistentes o superficiales, que abonan sólo al conformismo e ignorancia de la persona.

Probablemente no podamos cambiar la forma en cómo la tecnología está modificando a nuestras comunicaciones, pero sí podremos balancear la manera de como la incorporamos en nuestra vida diaria, tratando de conservar los beneficios que esta última ofrece, pero sin perder el contacto de las interacciones tradicionales. Ante esto me pregunto, ¿Por qué no invitar un café al amigo con el que conversamos en el WhatsApp?

robgarza@att.net.mx