La historia detrás
del héroe
Mexicanos
y el Himno
Nacional
El Himno Nacional
Mexicano es uno de
nuestros tres símbolos
patrios, que aunque
conocido y usado desde
1854, se hizo oficial hasta
1943.
Todo mexicano lo ha oído alguna vez. Desde
la primaria, cada lunes; no sabías qué decía
la letra pero medio le atinabas al sonido. Un
poco más adelante los nombres Jaime Nunó
y Francisco González Bocanegra nos suenan
(para los que no, el primero compuso la música
y el segundo la letra). Y ni se diga el nudo en
la garganta cuando se escucha antes de los
partidos de futbol. ¿Pero qué dice o por qué
sentimos que nos representa?
Podemos empezar con que el himno fue escrito
a principios de 1854 y se presentó en público
por primera vez el 15 de septiembre de ese
mismo año. Aún así, con ires y venires, fue hasta
1943, poco menos de 100 años después, que se
proclama como oficial y se determina el uso.
¡Casi 90 años después! Para ese entonces ya
hasta la revolución había pasado. No puedo
evitar pensar, ¿qué palabras escritas por un
pueblo en pañales, con política más inestable
que el peso mexicano actualmente, con tanta
guerra y tanto enojo, podía aplicarse todavía?
¿cuánto se había ido agregando en el camino
con base en los acontecimientos, o rechazando
las partes que consideraban inadecuadas?
Aunado a ello, situémonos en México 1854. ¿Cuántas personas hablaban español? ¿cuántas
lo entendían? Ahora hagámonos la misma
pregunta actualmente. En 2004 se la Secretaría
de Gobernación permitió muy amablemente la
traducción del himno a las lenguas indígenas,
¡como si sólo los hispanohablantes fuéramos
mexicanos! En más aspectos de los que
imaginamos las “castas” siguen siendo tema
controvertido. En 2015, 161 años después de
su creación, el himno fue traducido al otomí.
Por otro lado, tomemos en cuenta a todos los
menonitas mexicanos de ascendencia alemana,
hasta hace poco pudieron traducirlo al alemán,
lengua materna de muchos de ellos. ¿Los hace
menos mexicanos? ¡Ma hai’i! ¡oh, Patria! ¿no
somos todos tus hijos?
Hasta ahora ha sido traducido al chinanteco,
otomí, mixteco, maya, náhuatl y huasteco y en
un módico (y seguramente burocrático proceso) puede solicitarse la autorización para traducirlo a alguna otra lengua indígena. Como si
no hubieran estado ellos antes, como si no les
hubieran arranco su idioma, ahora se les invita
a pedir permiso para traducir una canción que
los representa aunque no sepan cómo cantarla
o qué dicen sus letras.
Creo que a todos se nos enchina la piel cuando
vemos a alguien corriendo con la bandera en la
espalda mientras se escucha el himno de fondo.
O en un estadio, ¿no se pone de pie y canta
toda la gente que el resto del tiempo lo ignora?
Aunque sea obligatorio en primaria, ¿sabemos
de grandes qué es lo que dice?
Antes de transgredir, de pensar “el que no tranza
no avanza”, mejor pensemos en “un soldado en
cada hijo”. Sintiendo esto, ¿cómo es que vamos
a proceder?
Andrea Díaz
Nacida en Victoria, Tamaulipas y
Licenciada en Letras por la Universidad de Monterrey.
Se ha desarrollado principalmente en los ámbitos de
las causas sociales, teniendo dentro de sus áreas de
especialidad la violencia de género y la filosofía del
lenguaje.