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HELIÓPOLIS: DE AQUELLA FAVELA QUE SOÑABA A UNA CIUDAD CON EDITORIAL E IMPRENTA | ISAAC MORALES | Junio 2025
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Por: Isaac Morales Fernández
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Paulo César Marciano |
HELIÓPOLIS: DE AQUELLA FAVELA QUE SOÑABA A UNA CIUDAD CON EDITORIAL E IMPRENTA
Entrevista con Paulo César Marciano, de la Editorial Imprenta Heliópolis
¿Qué es Heliópolis, dónde queda, cómo es, cómo es la vida en esa favela, en ese barrio de Heliópolis?
PCM: El nombre de nuestro proyecto es Editorial Imprenta Heliópolis. Vamos a separar esos nombres. Nosotros nos empeñamos en colocar la palabra Imprenta porque de hecho nosotros comenzamos como una imprenta, pero luego cuando quisimos mantener la palabra Imprenta fue para hacer llegar a la parte cognitiva de la gente que nos busca, que el problema de la imprenta ya va estar solucionado. Porque siempre que vas a editar un libro, la imprenta es un gran problema. Entonces cuando nosotros decimos “Editorial Imprenta”, la persona ya se siente acogida y dice “que bueno, ese problema no lo voy a tener”. Ahora, sobre Heliópolis, y ahí entramos en tu pregunta, es exactamente el territorio donde estamos insertos. Somos un Colectivo, y la mayoría de las personas que lo integran, nacieron o se criaron en Heliópolis.
En mi caso, yo estoy aquí desde que nací. Entonces, ¿qué es Heliópolis? Es una favela, que hoy tiene un otorgamiento de barrio, pero para nosotros continúa siendo una favela. Una favela dentro de la ciudad de Sao Paulo, capital del Estado Sao Paulo, y capital financiera del país. Una de las capitales más grandes de América Latina. Heliópolis tiene más o menos un millón de metros cuadrados, para 250.000 habitantes. O sea, es una favela que tiene una cantidad de personas mayor que muchas ciudades.Hay ciudades del interior que tiene setenta mil u ochenta mil. Entonces, tienes allí una densidad demográfica muy grande. Es una casa encima de la otra, y cada vez está creciendo más.
Es la cara de Latinoamérica…
PCM: Exactamente. En Heliópolis están todas esas personas. Yo no las conozco todas, no hay manera. Es mucha gente. Pero he visto inmigrantes aquí del Oriente, chinos, coreanos, japoneses. Ahora, está la ola de los inmigrantes de África, y he visto gente de Nigeria, de Angola hasta a causa del idioma que los ayuda… Conozco personas de varios países de América Latina, como argentinos, chilenos, venezolanos, incluso hay uno que suele venir al CEU (Centros Educacionales Unificados, de la Prefectura) de aquí, que es un lugar público donde la gente se encuentra, donde hay cultura, deporte, esparcimiento, educación… Y hay un compatriota tuyo allá. Aquí hay de todo, todo tipo de personas, de todos los estados de Brasil, así que Heliópolis acoge mucho a la gente.
Heliópolis era un lugar muy violento. Pasó por todos los tipos de violencia que puedas imaginar, y es preciso contextualizar eso. Porque hoy Heliópolis es un lugar muy tranquilo donde vivir. Y hoy, todo lo que puedas imaginar, lo hay en Heliópolis. Hay hospitales, varias UPAs (Unidad de Pronta Atención), guarderías… Hoy aquí un niño puede entrar en la guardería del CEU con seis meses, y salir de veinte y tantos años graduado de la universidad, todo en el mismo lugar…
Heliópolis hoy es ese tipo de lugar. Fue una lucha fuerte de los habitantes para que se transformara en este lugar, y siempre basándose la educación. Y la cultura vino muy fuerte, como herramienta de educación. Hoy Heliópolis tiene orquesta, teatro, colectivo de cine, editorial. Falta de acceso no tiene. No fue una cosa dada y eso tenemos que dejarlo claro. Es lógico que hay un Poder Público, porque esas cosas necesitan del Poder Público, de políticas públicas, pero no fue que miraron para acá y dijeron “pobrecitos, vamos allá”. No fue eso. Fue una verdadera lucha popular. ¿Sabes? Cuando una población se une, los líderes se unen y dejan sus egos de lado, se logran las cosas. Fueron muchas las personas que visualizaron la Heliópolis de hoy, cincuenta años atrás.
Es muy importante eso porque lo primero que debemos sacar de la mente del lector es ese “estigma de la favela” como una cosa sin desarrollo. Y no, es una ciudad dentro de otra ciudad. Todo lo que relatas es muy importante para entender cómo funciona la sociedad ahí adentro. Ahora, dentro de todo ese contexto de Heliópolis, cuándo y cómo nace la Editorial - Imprenta, y por qué? ¿Cómo fue que ustedes soñaron eso? ¿Cómo lo pensaron? ¿Cuál fue el concepto? ¿Cómo ustedes pensaron “por qué Heliópolis necesita tener una Editorial - Imprenta”? ¿Cómo surgió esa idea y cuándo?
PCM: Quiero hacer un complemento aquí: en Heliópolis hoy es muy común que, al caminar, veas edificios. Ella continúa creciendo y comenzó a verticalizarse. Entonces cuando dices que es una ciudad dentro de otra ciudad, es justo eso mismo. Heliópolis funciona como una ciudad. Tienes una economía circular. Ganas tu dinero dentro de Heliópolis y gastas tu dinero dentro de Heliópolis. Hoy puedes hacer dinero, tener trabajo, emprender, ser empleado de alguna empresa porque hay un montón de cosas aquí. Un montón de empresas, grandes y de emprendedores locales…
Y uno de esos emprendimientos es la Editorial…
PCM: Sobre la Editorial, la cosa es más o menos así: yo no puedo darte una fecha, porque ella no se dio así. Tiene fecha de fundación y todo, pero la Editorial no fue una idea concebida de un solo golpe, tipo “¡Espérate! ¡Tenemos una idea! ¡Vamos a ponerla en práctica!” Lo que sucede es esto: yo estoy inserto aquí desde que nací, y estoy inserto en las artes como un todo desde unos seis o siete años de edad. A los seis años fue cuando mi padre me dio mi primera guitarra acústica. Después pasé por la música, por el teatro, y creo mucho en la cultura y en el arte como una herramienta de transformación. Mi vida fue transformada por el arte y yo creo en eso.
Dentro de eso hay dos contextos que van paralelos. Mis asuntos con la comunidad y sus problemas sociales… las calles sin asfalto, niños sin guardería, educación desactualizada, pocas escuelas, poco empleo, prejuicios, discriminación… Entonces, mi vida anda por ese lado. Y mi vida anda también por el lado del arte y la cultura dentro de Heliópolis. Nacieron grupos de hip-hop, el hip-hop es muy fuerte, capoeira, a pesar de que no participaba porque no podía, estaba inserto en esas actividades, articulando con ese gentío para ver lo que podíamos hacer. Entonces está eso en paralelo y las dos cosas son una. Ellas se juntan. Existen intersecciones entre ellas.
Paralelamente a eso, yo tenía mis añoranzas personales. Tenía ganas de hacer una película. De producirla. Producir mi propia obra de teatro. Y mi propio libro también, ¿no? Yo escribí mi libro. Estuve como dos años con una idea en mi cabeza, muy romántica y fuera de la realidad, pero era una ilusión mía. Yo creía que iba a llevarlo a una editorial y a la editorial le iba a gustar y la iba a publicar. Y ahí cuando dieron dos años, tres años que la mandaba, que invertía mi tiempo en eso, y no tenía buenas respuestas…
Paulo, ¿cuándo fue eso?
PCM: En 2008 o 2009 más o menos. Y en esa época también tuve un problema, que fue una unificación de los países de habla portuguesa, cuando acabaron con la diéresis sobre la u, vino el PALOP (Países Africanos de Língua Oficial Portuguesa), que creo que son ocho países… Entonces hicieron una unificación de la lengua portuguesa. Y todos los libros tuvieron que pasar por ese proceso. Como una corrección. Cambiaron acentos y algunas cosas. Y todo empeoró. Un día, yo estaba conversando con una profesora. Yo estudiaba Letras en la universidad. A esa profesora le gustaban mucho mis textos. Había habido recientemente un concurso de cuentos que incluyó a tres universidades, y yo lo gané. Y era para hacer como un fanfic, un cuento de cuatro páginas a partir de La Metamorfosis de Kafka, pero hacerlo del punto de vista de alguno de los personajes del libro. Yo escogí a la hermana y lo hice.
Es un ejercicio que se hace en los talleres de narrativa…
PCM: Eso. Bueno yo al final gané. Y aquella profesora ya había comprado algunos textos míos y estaba encima de mí, y un día me llamó aparte y me dijo: “quiero leer todo lo que tienes” y yo agarré y le di un montón de textos para que ella los leyera. Y ella “No, pero yo quiero textos más grandes”. Es otro nivel, ¿no?
¿Cuál era el nombre de esa profesora?
PCM: Suely Bechara. Ella me dijo: “yo quiero todo lo que tengas ahí”. Yo le mandé un montón textos, pero no le mandé mi libro. Entonces un amigo mío -siempre hay uno que habla más que una boca- le dijo: “Profesora, él está escondiendo oro ahí. Él tiene un libro, una novela que él escribió”. Ella dijo: “¡Estás bromeando!”. Y yo dije: “¡Ah!, no le preste atención a él”. Ella dijo: “Yo quiero ver eso”. Pero yo dije: “No le voy mandar eso”. Y cometí la burrada de decir: “ese libro es muy malo”. Y ella dijo: “Pero todos los textos que tú me das, a mí me gustan. ¿Es justo el libro lo que no me va a gustar, que es lo que quiero ver? Yo quiero ver un texto largo. ¿Todos son buenos y justo ese es malo?” Entonces respondí: “Es malo, profesora, porque yo lo mandé para…” No recuerdo ahora, pero yo sabía exactamente a cuántas editoriales lo había mandado, 36, 47, no sé, y ninguna respondió. Y aquella mujer, una señora ya, así de pocos movimientos, introvertida, estilo viejita, se volvió un demonio, creció y todo (risas) me dijo un montón de cosas, acabó con mi vida, me insultó, lo que le faltó fue decirme groserías, pero de resto, acabó conmigo. Y eso fue muy importante. Ella me regañaba, en serio, de verdad…
Yo recuerdo cuando contaste eso en aquella charla a la que yo fui… Fue muy gracioso… A veces a uno le hace falta ese jalón de oreja…
PCM: Sí. Fue muy bueno haber oído eso. Hace falta. Ella me trajo a la realidad y me señaló una cuestión: cuando yo digo que tenía una idea romántica, era por eso mismo, porque yo no conocía la realidad. Tenía una fantasía en mi cabeza, ¿entiendes? Yo pensaba “Yo creo que escribo bien, las personas van a leer y les va gustar… Dentro de poco estaré dando una entrevista a los periódicos”... Y es eso, uno se hace una idea romántica, caes en una ilusión. Entonces, ella me contó un montón de cosas que yo no sabía, no tenía idea. Ella me pidió que le contara el argumento del libro y se lo conté. Y ella me dijo: “tu libro tiene como protagonista una mujer. ¿Tú has visto algún libro con una mujer como protagonista? Si no lo has visto, no es porque nadie lo quiso escribir, es porque las editoriales no lo quisieron publicar”. Ella me dió un baño de realidad. A partir de ahí, cambiaron las cosas. Lógicamente, quedé mal por un tiempo, con ganas de meter la cabeza en un hueco como un avestruz, uno pasa por varios procesos de cura, y cuando pasas una semana en ese proceso, vuelves y lo intentas. Pero esta vez comencé haciendo una investigación. Quise saber sobre los autores publicados, escritores de favela o de Heliópolis que habían publicado, quién publicó y cómo fue su experiencia. Logré hallar en un primer momento bastantes escritores. Había varios perfiles. Unos escribían por escribir, sabiendo que no iban a publicar. Escribían sólo para sacar la idea de la cabeza pero no pensaban en buscar editorial ni autopublicación. Otros escribían hasta la mitad, medios libros, y estando a mitad del proceso, ya buscaban cómo iban a publicar. Cuando entendían que era difícil publicar, se paraban. Abandonaban. Nosotros hemos publicado un montón de esos libros. Cuando montamos la editora, buscamos a esas personas que ya habíamos mapeado. Los incentivamos a terminar sus libros. Les dijimos “Ahora aquí tenemos una editorial. Si lo terminas, lo publicamos”.
Paulo, me gustaría que hablaras un poco de esa línea editorial que ustedes desarrollaron. ¿Cuál es el tipo de autor que ustedes publican, cuál es el público - objetivo, para el que ustedes publican?
PCM: Nosotros entendimos que teníamos varios perfiles. Dentro de todo ese gentío, sólo tres habían publicado. Yo les hice la misma pregunta a los tres: “si tuvieran que pasar por todo eso de nuevo, ¿ustedes lo harían?” Los tres dijeron que no. Se habían arrepentido de publicar. Yo dije que eso no podía volverse una pesadilla. Hay que crear una herramienta para que la persona que tiene ese sueño, ese deseo, tenga accesibilidad sin que se vuelva una pesadilla. Y por eso fue que creamos la Editora Gráfica Heliópolis, a la que le dimos “start” en 2018. Entonces fue un proceso, ¿entiendes? Desde que yo escribí mi libro, hasta que hicimos la fundación en 2018. Fuimos entendiendo la situación, madurando, estudiando políticas públicas para ver cómo podíamos hacer un proyecto viable. Entonces no hay una fecha de inicio como tal. Fue una construcción que inauguramos en 2018. En 2017 escribí el proyecto, fuimos aprobados en una ley, y comenzamos en diciembre de 2018.
Dentro de la línea editorial, nosotros publicamos libros artísticos. Tienen que ser artísticos. Dentro de lo que es artístico, hay una infinidad. Si una persona quiere publicar una obra de teatro, vale, es artístico. Si alguien quiere publicar cuento, novela, poesía, que sea un lenguaje artístico, ficcional, está bien. No publicamos libros de autoayuda, libros técnicos, autobiografía, biografía, esas cosas no las publicamos.
Público - objetivo: yo no sé si puedo usar esa palabra, si es ético o no, pero sé que existe una minoría, que para mí es mayoría. Yo quedo como en conflicto al usar esa palabra “minoría”. En fin, son esas personas, poblaciones, grupos creo que es el término más correcto, grupos que van a sufrir para publicar en las editoriales tradicionales. Ese es el público que me interesa. Mujeres, personas negras, jóvenes, personas de la tercera edad, personas trans. Nosotros publicamos, por ejemplo, una persona que estaba en situación de calle. Hoy ya no está en la calle, mas en aquel momento estaba. Esa persona jamás iba a tener acceso a una editorial tradicional. No iban ni a mirarle la cara. Ese es el público que nos interesa. Las personas de la favela.
Hoy hemos mejorado un poco la calidad de nuestros libros. No me refiero a calidad del armado, sino que, por ejemplo, sólo hacíamos dos formatos, tuvimos que crear un patrón para que el dinero alcanzara, entonces eran sólo dos formatos, un papel blanco, no le poníamos papel creamy, no le poníamos solapas, en fin, debíamos tener un modelo, que era bueno, pero el modelo tenía que ser barato para nosotros porque si no, no lo lograríamos. Y en el primer año publicamos 56 títulos. Es difícil que ese dinero alcance para todos esos libros, ¿entiendes? Así que teníamos ese patrón. Entonces vino un tipo aquella vez, que lo respeto bastante, y dijo: “mi libro tiene que tener solapa, yo soñé con él mi vida entera, tiene que ser tapa dura, papel de no sé qué más…” Yo le dije: “Bueno, amigo, no puedo, no tengo dinero para eso”. Entonces él me dijo, sin arrogancia, conversando normal, sobre sus sueños y deseos, “amigo, hoy, gracias a mi trabajo, yo tengo una condición financiera cómoda, y yo lo pago, ya que el patrón de la editorial no quiere hacer eso por cosas de costo, yo puedo subsidiar eso.” Entonces estimé un valor, hice un cálculo para arriba, y le pregunté si él podía pagar eso, y él me dijo “Sí puedo.” Así que le dije: “Entonces nuestra conversación va a cambiar. Si usted tiene condiciones para pagar eso, entonces no es con nosotros que vas a publicar. Yo voy a ayudarte a conseguir una buena editorial, veamos esto como una asesoría, no tienes que darme un centavo por esto. Voy ayudarte a encontrar una editora bien buena, que no tenga interés sólo en tu dinero, y si puedes pagar ese valor” -yo había estipulado unos veinte mil reales- “Vas a invertir eso en una editorial que esté preparada para atender al público que tú pretendes llegar. Porque yo estoy preparado para otro público. Para un tipo que llega aquí sin un centavo, que a veces uno hasta comparte con él parte de la cuenta para que él vuelva. Mi público es ese. Usted forma parte de otro público del cual en este momento, para nuestra editorial, no cuenta. Yo no voy a ser útil para usted, y usted no va a sumar para nosotros. Yo voy a recomendarte”. Y fue excelente. Él entendió. Así que nuestro público - objetivo hoy es el público que no puede pagar o que no va a poder hacer otra publicación o que no va a tener chance de dialogar con una editorial tradicional. Yo estoy hablando de esas editoriales tradicionales que van a invertir en tu carrera. Esas editoriales son excluyentes. No es bienvenido un joven, no es bienvenido un inmigrante, un negro… Nosotros tenemos un autor que su primer libro se lo publicamos cuando él tenía 81 años. Y el segundo cuando tenía 85. Imagínate una persona, sumamente letrada, lúcida, con 81 años… ¿Cómo es posible que se pierda un contenido así, Isaac? ¿Cómo voy a decirle a una persona así que no puede ser publicada? ¿Comprendes? Ese es nuestro público.
Muy bien. Vamos a suponer que yo soy un autor que forma parte de esos grupos de los excluidos. ¿Cómo yo llego, a dónde yo voy, cómo yo contacto a la Editorial Imprenta Heliópolis para publicar un libro mío?
PCM: Hoy es así, Isaac: Lamentablemente, yo dependo mucho de apoyo, sea con patrocinadores, sea con convocatorias del gobierno, en fin, yo necesito eso porque, para la editorial, creamos un plan que es como para cualquier negocio salir fallido (risas) ¡Sólo nosotros para lograr hacer eso! ¡Cuando tú montas un negocio, haces planes para tener lucro, nosotros hicimos un plan para salir perjudicados! (risas) Porque, ¿qué es lo pasa, Isaac? Cuando yo piense en tener lucro, voy a estar alejándome de la sensibilidad del escritor. Y la Editorial Imprenta Heliópolis existe hoy para dar accesibilidad para ese escritor excluido, ¿entiendes? Así que, para hacer que la rueda gire, yo dependo de apoyo, porque al negocio no le va bien, o sea, al negocio como negocio, no le va bien. Yo ni la llamo “empresa”. Yo la llamo Proyecto. La Editorial Imprenta Heliópolis no es una empresa. Es un Proyecto Social. Dentro de poco, hasta va a volverse una ONG (risas). Porque es totalmente social. Lo que sucede es que dependo de convocatorias del gobierno. Así, cada convocatoria en que yo me meto, son montos diferentes, reglas diferentes, entonces todo depende mucho de la convocatoria que esté vigente. Voy a hacerte un “spoiler” aquí: Nos metimos en una convocatoria recientemente, que es la convocatoria más grande en cuanto a los montos ofrecidos, entonces, aquel escritor que va a publicar con nosotros -vamos a publicar veinte autores dentro de esa convocatoria, pero eso va a ser para 2026-, ese escritor, como logramos obtener una cantidad más grande de dinero, vamos a poder publicarle su libro con una calidad mejor, vamos a cambiar el formato de los libros, vamos a invertir un poco más en eso, ellos van a tener más libros como contraprestación, porque nosotros les damos libros a ellos para que ellos comiencen, nosotros les enseñamos, a que sean emprendedores con sus propios libros. Van a recibir cursos de emprendimiento en esa área de vender libros, vender su propio trabajo…
Ese es un punto importante allí: ¿dónde se pueden comprar los libros de la Editorial Imprenta Heliópolis?
PCM: Hoy es sólo con nosotros mismos. Principalmente por Instagram. Teníamos una página de internet, pero tuvimos problemas financieros con el mantenimiento. Pero va a volver con él ahora. La convocatoria nos va ayudar con eso. Dependemos, pues, mucho del Poder Público, patrocinadores. No tenemos una verdadera regla tipo “cada fin de año tal cosa”... Tienes que estar pendientes siempre del Instagram de nosotros, que es @editoragraficaheliopolis , que nosotros vamos poniendo ahí los comunicados de cuando es que abre la convocatoria para nuevas publicaciones y esas cosas.
Ahora, ¿cómo es el proceso de escoger el libro? En verdad nosotros no escogemos “al” libro. Escogemos a la persona primero. Yo escojo el escritor. Nosotros no tenemos eso de “manda el original”. El escritor va a tener una entrevista conmigo o con alguien del Colectivo, para nosotros entender sus especificidades y esas cuestiones.
Nosotros no dejamos de lado la conversación cara a cara, no por el celular, es presencial. Necesitamos estar frente a la persona, para que podamos ver y saber un montón de cosas. Es obvio que también, antes de eso, para que la persona no pierda su tiempo, yo le explico qué cosas nosotros no hacemos. Yo le aviso ya que no vamos a tener distribución, no es que vas a ir encontrar tu libro en el centro comercial. Cosas que a veces son determinantes. Pregunto que tipo de libro escribe. Si dice poesía, bien. Si dice autoayuda le decimos que eso no lo publicamos. Es como ahora: estamos con una convocatoria y entonces abrimos inscripciones, rellenan un formulario de Google con varias preguntas, y si el formulario está bien, viene la entrevista.
Ya para terminar: ¿qué es lo que diferencia a la Editorial Imprenta Heliópolis de otras editoriales independientes que existen? Porque existen muchas editoriales independientes en Sao Paulo específicamente. Pero cuál es la diferencia específica de la Heliópolis?
PCM: Bueno, yo no las conozco todas. Sería difícil para mí hacer un balance cierto. Pero yo creo que lo que nos diferencia es principalmente eso que dije: el escuchar. Las personas saben que eso existe. La mayoría de las editoriales, sobre todo las independientes hoy, trabajan con el sistema home office, la persona trabaja en su casa, monta su oficina ahí, sea un colectivo o una cosa así, y no demuestran “interés”. Nosotros tenemos un montón de acciones, nosotros intentamos profesionalizar a ese artista. Nosotros entendemos que el escritor, y usamos bastante ese término, porque nosotros lo miramos como un profesional del arte, a pesar de que él aún no lo sea en un sentido de ser remunerado. Él es profesional en lo que él hace. Por eso intentamos profesionalizarlo en un lapso de unos seis meses. Por ejemplo tenemos una autora que vimos que era una excelente cuentacuentos, entonces ayudamos a ella, con su libro a montar una obra de teatro. Hay unos que son buenos enseñando, y les orientamos en el camino para que se convierta en tallerista. Otros son excelentes conferencistas. Nosotros abrazamos al artista. Los acogemos y les abrimos los caminos. Entonces, con ese nuevo proyecto que estamos inscritos ahora, con ese fomento que conseguimos cuadrar para la editorial, logramos, para un escritor que es toda una referencia en Sao Paulo, de una ciudad aquí de la región metropolitana llamada Suzano, que le llaman “Sacolinha” (Ademiro Alves de Sousa), que él dé clases -es consagradísimo, con más de veinte años de trayectoria- para escritores jóvenes sobre cómo vender sus propios libros para las escuelas, como probar con productos más grandes, como estar en esos lugares, como administrar el dinero de la venta de sus libros. Entonces, eso es lo que nos diferencia. Tomamos de la mano a la persona, y con esos que publicaron con nosotros, hacemos saraus (recitales con música en vivo), llevamos slams para los SESC (Servicio Social de Comercio), contratamos a esas personas para trabajar ahí y son remuneradas por eso. Creo que ese es nuestra gran diferencia. Todos somos de carne y hueso y no tenemos una relación fría. Las personas nos ven, están con nosotros, vienen a mi casa, a veces hasta firman el contrato en mi casa, ven que vivo aquí y no tengo para donde correr (risas). Eso es lo que nos diferencia. Tal vez otros hacen eso mejor que nosotros, no sé, pero yo no conozco otra.
Yo creo que el conocimiento tiene que ser compartido. Represado, el conocimiento pierde su función.
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