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Sebastião Salgado: el lente que humanizó al mundo | GABRIELA ARENAS | Junio 2025

Por: Gabriela Arenas
Fotografía: Cortesía

Sebastião Salgado.

Sebastião Salgado: el lente que humanizó al mundo

Partió el hombre, quedó Cortesía su mirada: profunda, compasiva, eterna.

Escribo esto en honor al fotógrafo Sebastião Salgado. Porque su mirada me tocó. Porque su forma de ver al mundo, dolorosa, hermosa, humana, me enseñó más de lo que las palabras pueden decir.

Sebastião Salgado (Aimorés, Brasil, 1944 – 2025) fue mucho más que un fotógrafo: fue un testigo incansable de la dignidad humana y la fragilidad de nuestro planeta. Estudió Economía, pero abandonó su carrera en los años 70’s para dedicarse por completo a la fotografía, impulsado por una profunda necesidad de documentar las realidades sociales que lo conmovían. Desde entonces, su cámara se convirtió en una herramienta de denuncia, empatía y transformación.

Su obra se caracterizó por el uso del blanco y negro que evoca lo atemporal, y por una sensibilidad poética que trasciende el fotoperiodismo tradicional. Recorrió más de 100 países, enfocándose en temáticas como el trabajo manual, las migraciones masivas, los conflictos armados, la pobreza y la relación entre humanidad y naturaleza. Series como “Trabajadores” (1993), “Éxodos” (2000) y “Génesis” (2013) son testimonio de su incansable búsqueda por mostrar la grandeza y el dolor que coexisten en el mundo.


“Trabajadores” dignificó el esfuerzo humano retratando oficios en vías de desaparición. “Éxodos” visibilizó el drama de millones de personas desplazadas por guerras, hambre o crisis climáticas. “Génesis”, en cambio, fue un canto de esperanza: un homenaje a la naturaleza intacta y a comunidades que aún viven en equilibrio con su entorno, marcando también su compromiso ambiental más profundo.

Junto a su esposa y compañera de vida, Lélia Wanick Salgado, fundó el Instituto Terra, una organización dedicada a la reforestación del Bosque Atlántico en Brasil. Gracias a su trabajo incansable, más de dos millones de árboles fueron plantados en tierras antes degradadas. Su activismo ecológico se volvió inseparable de su visión artística: ambas nacieron del amor a la vida.

Salgado recibió innumerables premios y distinciones a lo largo de su carrera, pero su legado más importante fue su mirada, que abrazó al ser humano en su dolor y en su resistencia, y que nos invitó a contemplar la Tierra como un hogar compartido.

Hoy, con su partida, el mundo pierde una voz visual profundamente humana, pero sus imágenes, intensas, silenciosas, poderosas, seguirán hablándonos y recordándonos que aún en el sufrimiento puede haber belleza, y en la belleza, una posibilidad de redención.

“Partió el hombre, quedó su mirada: profunda, compasiva, eterna”

“Nos enseñó que mirar también es un acto de amor”.