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| Única foto conocida de Malva Marina Trinidad Reyes, la única hija de Pablo
Neruda |
El lado oscuro de Neruda
Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como
Pablo Neruda, el renombrado poeta chileno, es recordado por
su magistral manejo de las palabras y su legado literario.
Sin embargo, su historia
personal está marcada
por un episodio doloroso
y poco conocido: el abandono de su única hija,
Malva Marina Trinidad Reyes,
nacida con hidrocefalia en 1934.
Malva Marina nació en Madrid,
de la relación entre Neruda y su primera esposa, la neerlandesa María
Antonieta Hagenaar Vogelzang.
Desde su nacimiento, la niña
presentó una condición neurológica
congénita: hidrocefalia, que causa
una acumulación anormal de líquido
en el cerebro, generando de-formaciones y problemas de desarrollo. En lugar de brindarle amor y
apoyo, Neruda pareció ver en ella
una carga.
En medio de la Guerra Civil Española, Neruda conoció a la artista
argentina Delia del Carril, quien se
convirtió en su amante y luego en
su segunda esposa. La relación con
María Antonieta se deterioró rápidamente y, finalmente, el poeta las
abandonó en 1936.
Desde entonces, la madre tuvo
que hacerse cargo de Malva Marina
sola y en condiciones difíciles.
María Antonieta y Malva Marina
pasaron la vida con muchas dificultades económicas y
soledad. Finalmente, la
niña falleció en 1943,
con apenas 8 años,
en Gouda, Países
Bajos. Su madre
la acompañó
hasta el último
momento, sin
recibir apoyo
de Neruda.
El poeta,
para entonces, ya había
construido una nueva vida
con Delia del
Carril y estaba
profundamente
involucrado en la
política y la literatura. Nunca mencionó
públicamente a su hija
fallecida ni mostró
señales de arrepentimiento por su
abandono. Pablo
Neruda sigue
siendo u na
figura fundamental de la literatura universal.
Su historia personal deja al descubierto una contradicción entre
su sensibilidad poética y su falta de
humanidad hacia su propia hija. Su
propia vida demuestra una terrible
incongruencia, mientras escribía
versos apasionados sobre la ternura
y la justicia, fue incapaz de mostrar
el más mínimo amor por su propia
hija, Malva Marina.
La despreció de una
manera cruel e inhumana. Se refería
a ella con términos monstruosos,
como “un ser perfectamente ridículo, una especie
de punto y coma,
vampiresa de 3
kilos”; reduciéndola a una anomalía indeseada en
su biografía.
¿Cómo es posible que
alguien que escribió sobre
la belleza de las cosas
simples y la compasión humana no
tuviera ninguna
piedad por su
propia sangre?
Este abandono f ue
físico, emocional y
simbólico. El
mismo
hombre que dedicó versos a sus
amantes y a su país, no tuvo ni una
línea de amor para su hija enferma.
Prefirió borrar su existencia antes
que enfrentarse a la realidad de
una niña frágil que no encajaba en
su mundo de metáforas y pasiones
grandiosas.
Los grandes genios pueden tener
sombras que oscurecen su legado.
Gabriela Kalifa Kaún Presidenta del
Consejo de Administración de Detona.
Mismo cargo que ocupa en Organización
Bikube, una de las principales
exportadoras de miel de abeja de
México.