Sin audiencia
no hay medios
Críticos vs
opinadores
Ni lo bueno, ni lo malo…
sino todo lo contrario
Siempre lo hemos comentado: cada vez hay
más formas expresivas y opciones para que
los generadores de contenido compartan sus
ideas, propuestas, emociones u ocurrencias.
Con todo esto, también hemos visto cómo se
van modificando las relaciones entre creadores y receptores. Más aún entre creadores y los
críticos de sus trabajos (entendiendo “críticos”
como analistas cualitativos, no a los tan comunes “destructores gratuitos de los trabajos de
los demás”)
Ahora que las nuevas generaciones de artistas
e influencers (así, por separado, porque no necesariamente los unos encajan en los otros) se
apoyan en recursos tecnológicos para la difusión
de su quehacer, encuentran en las redes sociales
críticos espontáneos que elevan generosamente
(a veces a ciegas) o llevan a las profundidades
con lujo de sadismo (también a veces a ciegas) lo que comparten con la audiencia. Ahí
comienzan los conflictos.
¿Será que en estos tiempos estamos más negados a recibir y aceptar la crítica? ¿O es que como
ya todo el que opina se cree crítico -porque no
es lo mismo opinar que analizar a fondo-?
En las redes sociales, la mayoría de los opinantes
se mueven sobre la “verdad” que más les convenza y no se mueven de ahí, aunque esa verdad no sea tal. Esto hace que el intercambio de
apreciaciones y juicios de valor sobre un trabajo
en particular pierda la tan necesaria bidireccionalidad y se vea afectado significativamente.
De las distintas vetas expresivas, el cine es de
las que más se comenta y escribe. Tal vez, en
parte, por el auge de las grandes plataformas y,
antes, de la internet, que, en conjunto, han facilitado que los “críticos” construyan sus propios
códigos y patrones, sin importar que éstos se
apeguen o no a los estándares de cada área
o disciplina.
Afortunadamente, hay grupos que mantienen
la consciencia sobre la responsabilidad de la
crítica real y de fondo, y se apegan a los lenguajes de los nuevos espacios sin perder de vista
las variantes a revisar en cada obra, tanto en
la parte de fondo como en la de forma y su
vínculo con el receptor.
No hay expresión artística que no se relacione
con un interés social. Tampoco hay expresión
artística que se salve del cuestionamiento eterno
de si lo bueno gusta o de si porque gusta es
bueno. También aquí se ha referido en varias
ocasiones que “no todo lo bueno es del gusto
de la gente y no todo lo que le gusta a la gente
es bueno”. Por esto mismo es tan importante la
labor del crítico, que tiene la responsabilidad de
ver las fortalezas y debilidades de cada obra
artística para una mejor apreciación, independientemente de si es o no de nuestro agrado.
Debemos, como audiencias, buscar, detectar y
seguir a críticos que de verdad revisen, hagan
análisis, construyan su valoración y sean puntuales en lo que nos comparten. Críticos que nos
acompañen en nuestra constante formación
como público, como observadores. Dar con ellos
es cada vez más difícil, especialmente porque
ahora ya “todo mundo es crítico” y se erigen
como tal tras el sólo hecho de dar una opinión
sobre una novela, una película, una pieza teatral,
una obra pictórica o escultórica, en fin.
Todos tenemos opiniones, y son válidas y respetables. Pero de eso, que se basa en el gusto particular, a contar con verdadera preparación para
escudriñar todos los valores o falta de ellos, en
aquello que se critica, hay un mar de diferencia. No confundamos ser opinadores con hacer
reseña, ni hacer reseña con criticar.
Por último, también hay que poner atención a
la orientación de la crítica. Puede hacerse destacando lo positivo de la obra. O puede que
se destaque lo negativo. En ambos casos, la
idea, más que destrozar, es hacer un llamado
a prestar atención a lo rescatable y, a la vez, a
prestar atención a lo que se puede mejorar en
futuras propuestas. Particularmente, considero
que una crítica de peso es la que se mueve a lo
integral, es decir, que combina referencias tan-to
de los aciertos como de las áreas de oportunidad, con su debida argumentación -que es lo
que pone en evidencia el conocimiento y experiencia del crítico- para que los receptores,
además de aprender, podamos formar y dar
vida a nuestros propios juicios de valoración.
edui_tijerina@yahoo.com.mx
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Somos invisibles” y “Jesús de Nazaret”.