Por: Altagracia Fuentes
y Priscila Fuentes González
Fotografía: Cortesía Altagracia Fuentes y Priscila Fuentes González
El valor
de la mujer
sin importar
su edad
Dos visiones sobre la
mujer y su edad, que
rompen paradigmas e
invitan a llevar una vida
llena de satisfacciones.
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Priscila Fuentes González |
PRISCILA FUENTES GONZÁLEZ
A lo largo de la historia, las mujeres encaran múltiples desafíos en cualquier índole
de su vida y estos se pueden presentar de
diversas dimensiones, siendo una de ellas
la edad, sin embargo…
¿De qué manera influye la edad de una mujer en
su vida?
La sociedad ha construido estereotipos de las mujeres
basados en su edad, que como consecuencia, generan condiciones desfavorables para ellas. Y cuando
menciono eso, no me refiero a un rango de edad en
específico, ya que actualmente cualquier edad en la
mujer puede influir en su desvalorización, invisibilización o minimización. Esto normalmente, es común
que suceda en su vida profesional, laboral y hasta
personal, como por ejemplo cuando se estigmatiza
a una mujer joven de ignorante o no preparada.
Si analizamos el otro extremo, se llega a establecer
que una mujer de mayor edad, carece de capacidades
o habilidades para realizar tareas, pero es aquí donde
nos preguntamos:
¿Existe una edad idónea para la mujer?
Creo que no precisamente, ya que las mujeres deben
ser reconocidas, valoradas y respetadas a cualquier
edad, al igual que deben de gozar de oportunidades
y tener garantizado el principio de igualdad.
En lo personal, me enfoco en aprender de todas
las mujeres. Una mujer siempre será sinónimo de
sabiduría, nobleza y amor, sin importar sus condiciones o las circunstancias en las que viva.
A través del tiempo, muchas mujeres has sido agentes
de cambios importantes sin importar su edad. Una
de ellas fue Marie Curie (1867-1934), la primera mujer
en el campo de la radiactividad y la única mujer en
ganar el Premio Nobel en dos disciplinas científicas
distintas: Física y Química. Ella no solo realizó importantes avances en la ciencia, sino que también abrió las
puertas para las mujeres en la investigación científica.
Tenemos también el caso de Frida Kahlo (1907-
1954), artista mexicana cuyas obras exploran temas
de identidad, poscolonialismo y feminidad. En vida
y trabajo ha sido una fuente de inspiración para el
feminismo y el movimiento LGBTQ+, convirtiéndola
en un ícono cultural.
Otra mujer de trascendencia es Simone de Beauvoir
(1908-1986), filósofa y escritora francesa conocida por
su obra “El Segundo Sexo”, donde analiza la condición
de la mujer y se convierte en una de las figuras más
influyentes del feminismo moderno. Su pensamiento
ha impactado profundamente en la teoría feminista
y en la lucha por la igualdad de género.
Ellas fueron solo algunas de las mujeres que han
sido agentes de cambio en sus respectivos campos,
desafiando normas y luchando por un mundo más
justo y equitativo. Sus legados continúan inspirando
a nuevas generaciones a abogar por la igualdad y el
progreso social.
Sin duda, cada mujer tiene una historia de vida
diferente y una lucha independiente, para crear cosas
maravillosas que promuevan un valor universal desde
su trinchera.
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Grace Fuentes |
ALTAGRACIA “GRACE” FUENTES
Quien se jacte de ser una mujer de más de 50 o 60
años, de las que se paralizan porque alguien les dijo
“viejas”, parecería que se niegan a disfrutar la vida.
Yo tengo 65 y he recibido algunas críticas de gente
que no es mi amiga y con quien no tengo nada en
común, porque estudio, trabajo, doy clases, investigo
de gastronomía norestense (me acaban de nombrar
cronista) y del tema de mi tesis de doctorado, atiendo
a mi familia y a mis dos nietas; con tanta actividad me
siento feliz, viva, plena, a pesar de una gran fractura
de columna que no me permite caminar con soltura.
Hace un año mis ex compañeros de doctorado me
bulleaban. Pocos creían cómo me trataban, pero qué
saben ellos de mis capacidades y de mi forma de ver la
vida. Tal vez la disfruto porque me siento más preparada
y mis temas de conversación son más amenos e incluso
profundos, comparados con los que ellos plantean.
El hecho de haber trabajado durante 37 años en
un medio de comunicación, en donde conocí a mucha
gente (lo curioso y amiguero nunca se me ha quita),
no fue tan bien visto por ellos. Prácticamente, me
molestaban porque no me gusta quedarme con dudas,
soy muy preguntona.
Para mi fortuna, tuve que alejarme un año completo de mis estudios, pero mi reincorporación me
permitió llegar a un grupo valioso, en donde todos son
amables y se ven como iguales. Es probable que por
ser, en algunos casos, más mayores, en comparación
con mi otro grupo de compañeros, tengan valores
arraigados, de los que muchos carecen.
Porque todo es cuestión de valores, y yo los recibí
de una gran mujer, mi madre, quien me formó con
grandes principios; para empezar, me decía que todos
somos iguales y que siempre se debe saludar a la gente
sin importar su rango. Y esto mismo les enseñé a mis
hijos, quienes daban los buenos días, tardes y noches
por igual a la directora del colegio que al señor de
intendencia o al velador.
Es en el hogar en donde se educan los hijos, y nadie
mejor para hacerlo que la madre. A ella le toca el papel
de hacerle ver a los varones el respeto que deben
sentir por las mujeres y el gran valor que poseen.
Decir que eres toda una mujer no tiene nada qué
ver con la cantidad de amigas que te rodean; debes
formar, enseñar, ayudar a los demás a ser mejores
seres humanos y profesionistas. Por eso me gusta
dar clases, porque desde la cátedra vas moldeando
a las futuras generaciones.
No habrá que olvidar, además, que como mujeres somos personas con muchas facetas, tantas que
igualamos a los hombres y a veces los superamos,
sobre todo con nuestro trabajo, en donde muchas
logramos mejores resultados, esos que dejan de lado
la frase con la que tanto nos han caracterizado: “La
mujer, a su casa, que para eso se hizo”.
Esta visión en donde se nos encasilla ha llevado a
que la mujer, aún en esta época, sea ignorada. Nos
creen incapaces de tener obligaciones, que asumimos
con buena cara porque buscamos profesionalizarnos cada día más y ser multifacéticas. Ya no estamos
categorizada en el papel de “sólo sirves para la casa,
para coser ropa, pintar uñas y peinar”, actividades
femeninas tan típicas, pero no por ello degradantes.
Habrá quienes las disfruten, pero hay otras que
buscan trascender. Yo creo estar, precisamente, en este
último grupo, pero eso no me ha impedido aprenderlas.
Tal vez mis años y mi visión de vida me han ofrecido un amplio abanico de posibilidades para salir
adelante.
¿Que si soy mayor? La vejez es una actitud puramente mental, porque se puede ser vieja desde los 30
y 40, al llegar a tu punto de incompetencia porque te
desagrada lo que haces y por eso no creces.
Poner como excusa que eres una mujer con más
años para no avanzar suena caótico. Mejor pensar
en que ese trabajo que te negabas a aceptar, hoy te
da grandes satisfacciones que se convierten en propósitos de vida.
Científicos aseguran que a los 65 años empieza
la vejez. Yo digo que no es tan cierto, que esto sólo
pasa por la cabeza de aquellos que se asumen desde
esa perspectiva.
Muy por el contrario, me siento “chava”, pero no
ruca, sino una mujer moderna con suficientes años
para asegurar que aún me queda mucha cuerda.
Tal vez sea cierto lo que me dice una amiga: “Has
sido una bendecida, mira todo lo que has logrado”.
Y es cierto, nunca me quedo quieta, vivo una eterna
revolución interna que estoy segura me dará muchas
otras satisfacciones.
PRISCILA FUENTES GONZÁLEZ. Versada en seguridad
pública, criminología, prevención del delito, derechos
humanos, constitucionalidad, gobernabilidad,
impartición de justicia y políticas públicas
en materia de seguridad.
ALTAGRACIA “GRACE” FUENTES es egresada de las
licenciaturas en Derecho y Administración de Empresas.
Es periodista, editora gastronómica, foodie, apasionada
de los sabores norestenses y catedrática universitaria.
Fue editora de Buena Mesa en el periódico El Norte y
creadora del la APP del Recetario de Grupo Reforma