Por: Edui Tijerina Chapa
Fotografía: Cortesía Rossy Lima
ROSSY LIMA
Haz lo que tu quieras, pero hazlo bien
Recientemente tuve la oportunidad de
participar en el Festival de Cine Latinoamericano 2024, en su versión con
sede en Corpus Christi, Texas. En este
evento, conocí a quien fungió como
moderadora de uno de los conversatorios y que, como a todos los asistentes,
me dejó gratamente sorprendido por
su enorme sensibilidad, capacidad de
entrevistadora y sentido del ritmo para
llevar el encuentro de ponentes y público.
Ella es originaria de Tuxpan, Veracruz, radicada en Texas,
Estados Unidos. Se trata de una destacada escritora, académica
y traductora, con un historial sobresaliente de logros en sus respectivos campos. Entre sus publicaciones están tres colecciones
de poesía y dos libros infantiles. Ha obtenido reconocimiento y
aclamación internacional, con participaciones en prestigiosas
publicaciones académicas, revistas y antologías en más de una
docena de países, en varios idiomas. También es la fundadora
de Jade Publishing y Directora Ejecutiva de Latino Book Review.
Su impresionante lista de reconocimientos incluye premios
como Corpus Christi Under 40 por Young Professionals of the
Coastal Bend (Corpus Christi, TX, 2023), el Spirit of MLK Exemplary Award otorgado por la Islander Cultural Alliance por su
trabajo en equidad, diversidad e inclusión (Texas A&M UniversityCorpus Christi, 2023), el Poet of the Year Award otorgado por el
The Americas Poetry Festival of New York (NY, 2018), el Premio
Internazionale di Poesia La Finestra Eterea (Milán, Italia, 2017),
el International Latino Book Award (EE. UU., 2016), el Premio
Orgullo Fronterizo Mexicano otorgado por el Instituto de Mexicanos en el Exterior por su destacada carrera como escritora
y académica (EE. UU., 2016), el Premio Internazionale di Poesia
Altino (Venecia, Italia, 2015) y el Premio Gabriela Mistral otorgado
por la Sociedad Nacional Honoraria Hispánica por su trabajo con
la comunidad hispana (EE. UU., 2010), entre otros.
Se trata de la Doctora Rossy Evelin Lima (PhD)
¿Te parece, Rossy, si comenzamos platicando sobre tu
infancia y el origen de tu afán por contar historias?
Mi infancia estuvo marcada por un ambiente familiar que
fomentaba la imaginación. Recuerdo que mis primos y yo nos
despertábamos muy animados para ir a despertar a mi abuelo,
quien fue una fuente viva de historias. Esas historias fueron
columna vertebral en mi ímpetu creativo. Mi abuelo Manuel,
padre de mi madre, pescador y lanchero, nos entretenía por
horas contándonos sobre el diablo del mar, el cheneque, el perro
negro. Con estas historias mi espíritu siempre encontró una
casa en donde se podía soñar.
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Mostrando algunos de sus libros. |
¿De dónde viene tu orientación hacia la poesía?
Quien me enseñó sobre la poesía y la literatura fue mi madre, probablemente heredando esa vena de mi abuelo. Con ella recuerdo
estar sentada en el desayunador mientras ella cocinaba. Entre
nuestras pláticas me recitaba poemas aprendidos de memoria. Yo
conocí a Becker y a Lorca de los labios de mi madre. “Mira esta
calabacita, verde que te quiero verde…” y empezaba a recitar el
poema. Mi madre viste la cotidianidad con telas de poesía, y es
de esperarse ya que su oficio por muchos años fue la costura.
Yo llegué a la poesía como alguien que creció comiendo con ella,
con una familiaridad humilde, usándola para nutrir mi sustento.
Sin duda, la mejor guía, el mejor cimiento. ¿Cómo
recuerdas la casa de tu niñez?
Mi casa no fue una llena de libros, quizá porque el valor que
han tenido las letras viene de la oralidad. Mis primeras lecturas
fueron de una libreta que tenía mi mamá, en donde escribía
poemas e historias que se encontraba en revistas o lugares de
paso. De la pluma de mi mamá leí mi primer poema de Salvador Diaz Mirón, “A Gloria”, y el poema de Amado Nervo, “Si una
espina me hiere”.
¿Qué edad tenías entonces?
Tenía yo ocho años, y dedicaba mis tardes a memorizar estos
poemas para “corresponder” a las conversaciones de mi mamá.
Pero no fue hasta que emigré a Estados Unidos, alrededor de los
trece años, que comprendí el valor de la poesía como vehículo
de la esperanza.
Llegaste muy joven a los Estados Unidos. ¿Cómo
enfrentaste el choque cultural?
Llegué a este país con el corazón lleno de nostalgia, una melancolía
agria que me aisló de mi entorno. Todo me dolía, la ausencia
de los míos, la frialdad del nuevo idioma, sentir que nadie sabía
por lo que estaba pasando. Como ya era costumbre escribir, lo
seguí haciendo.
¿Te sirvió como desahogo, como catarsis?
Sí. Mi mamá me ha contado que ella leía mis poemas con preocupación, y que lo único que la calmaba era la confianza de saber
que por lo menos podía expresar cómo me sentía. No fue hasta
que rompí mi propia burbuja y compartí mis “escritos” con mi
mejor amiga, que supe lo que era sanar y conectar a través de
la poesía. Desde entonces, es para mí una necesidad continuar
escribiendo y una responsabilidad compartirlo con otros.
Entiendo, entonces, que tuviste el apoyo de tu familia para
seguir este camino. ¿Cierto?
Soy tremendamente afortunada de que mi mamá, una mujer
inmigrante y trabajadora, no respondiera al cliché de “Estudia
algo que te deje dinero”. Su lema siempre ha sido, “Haz lo que
tú quieras hacer, pero hazlo bien, sé la mejor haciéndolo”.
“Mi infancia estuvo
marcada
por un ambiente familiar que
fomentaba
la imaginación”
¿Qué tanto te ha apoyado y guiado ese consejo?
Con este constante recordatorio he guiado mi carrera, tanto en
la poesía como en lo académico y profesional.
Habrás sorteado muchos obstáculos teniendo ese lema en
tu memoria.
A los dieciocho años, cuando compartí mis poemas por primera
vez en un congreso de escritura creativa y un escritor veterano
me dio una crítica dura y aguda, mi mamá sujetó mis manos
mientras lloraba y me dijo, “¿Qué sabe esa gente? El próximo
año irás a ese congreso de nuevo y le mostrarás a todos lo buena
que eres”. Así fue, al siguiente año, me sobrepuse a mis inseguridades y volví a asistir. Tomó otros dos años para que este
escritor veterano elogiara públicamente mi poesía, y lo comparto
no porque sea importante tener la validación de otras personas,
sino porque para mí, el mayor obstáculo fue tener la seguridad
para seguir adelante con mi voz.
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Rossy Lima durante una de sus ponencias |
Cuéntame de tu formación académica.
Empecé mi carrera enfocada en la literatura latinoamericana y
la psicología. Inicié mi maestría con este enfoque también, sin
embargo, tuve la suerte de tomar una clase de políticas del lenguaje con el Dr. Glenn Martínez la cual cambió mi rumbo. En esta
clase descubrí que las realidades que la comunidad inmigrante
y de ascendencia inmigrante son fenómenos cuantificables y
que, con nuestro estudio, podemos traer luz a soluciones que
tendrán un impacto positivo en éstas.
Para mí, la lingüística es un campo emocionante, y fue por esto
por lo que decidí hacer el doctorado en lingüística, una decisión
que me ha llenado de satisfacciones. El estudio del lenguaje también me abrió las puertas a la traducción. Podría parecer que mi
carrera poética y mi carrera académica son equidistantes, pero
para mí son complementarias. En la lingüística encuentro la poesía
del movimiento social por la justicia del lenguaje en este país.
¿Cómo te sientes con la responsabilidad social que tienes
como autora?
Trato de siempre estar consciente de mi responsabilidad social,
no busco separar mi poesía de esta realidad. Me identifico como
una escritora inmigrante y lo que esto implica es ser un canal
para elucidar la experiencia multifacética y calidoscópica que
vivimos. Temas como el acento extranjero al hablar inglés, o
como todas las formas en las que los inmigrantes extrañamos
nuestro terruño, son piezas de valor histórico, son la bitácora
del viaje hacia nuestro propio encuentro.
Me siento honrada de poder sumar mi voz al coro de poetas
como Lucha Corpi, Alurista, Carlos Aguasaco, Kianny Antigua,
Mirian Maldonado y tantas voces más que viven en el espacio
liminal que Gloria Anzaldúa llamó Nepantla, el espacio en medio,
ni de aquí ni de allá.
A propósito, ¿Quiénes han sido tus principales mentores?
¿Qué consejos atesoras más?
Mi carrera ha estado llena de mentores, hasta el día de hoy.
Recuerdo, por ejemplo, al Dr. Héctor Romero, profesor y escritor
cubano del exilio, que me decía que era mucho más fácil encontrar
diferencias que similitudes, pero que eran las similitudes las que
nos hacían crecer. Cuando el Dr. Romero me estaba asesorando
sobre un ensayo de escritura inmigrante y de exilio me dijo “Las
similitudes te harán más grande, porque te conectan, te unen
a espacios en donde no estabas antes.”
Otra querida mentora para mí es la escritora dominicana
María Palitachi. Atesoro el recuerdo de estar sentadas viendo el
atardecer frente a su mar, entre nuestra plática me dijo, “Ahora
yo vivo por esto [mirando al sol despidiéndose]. Hay que vivir
así, hay que luchar por vivir así.”
Me gusta mucho aprender de las personas, aprender sobre
cómo llegaron al lugar en donde están, sobre lo que los llena,
disfruto aprender sobre sus motivaciones y experiencias. De
esta forma, cada persona para mí es un mapa, algunos de
nuestros caminos se cruzan, algunos muestran ríos de posibilidades. En cualquiera de los casos, cada “mapa” informa
mi propio camino.
¿Qué consejos les das a tus colegas y/o discípulos?
Los consejos que puedo dar cambian dependiendo del momento
en el que me encuentre. Por ejemplo, en este momento de mi
vida mi consejo es encontrar la manera de servir a los demás.
Al encontrar la manera de servir a los demás descubrimos una
forma auténtica de amar lo que somos. He descubierto que
vivir al servicio de otros crea un vínculo incorruptible con el
que puedes ser totalmente tú.
¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional?
Mi mayor reto profesional ha sido encontrar un balance entre mi
carrera como escritora y mi carrera como académica. Encontrar un balance también en mis múltiples proyectos. Al ser una
persona neurodiversa/neurodivergente, diagnosticada con TDA,
me cuesta mucho trabajo darles continuidad a los proyectos.
¿Qué has hecho para sobrellevar eso?
He tenido que crear muchos “sistemas” para poder tener el éxito
que deseo en cada ámbito. Mi cerebro siempre corre de regreso
hacia la poesía. Cuando tenía que escribir mi disertación doctoral, por ejemplo, brotaban poemas a borbotones cada que mi
mente buscaba enfocarse en el análisis de datos, no porque los
datos no fueran importantes, sino porque al haberlos recogido
yo misma, mi mente no encontraba novedad en ello.
Dentro de las estrategias que utilizo para hacer esto posible
es tener tiempos delimitados para llevar a cabo tareas, y que
estos tiempos sean cortos. Después de cada tarea repetitiva,
agrego un espacio de “novedad” que funciona como mi recompensa. Estos espacios de novedad pueden ser tan simples como
leer por placer, observar la naturaleza, o aprenderme un nuevo
poema o canción. También he creado dos herramientas de apoyo
para personas neurodiversas que me han ayudado mucho y he
compartido con esta comunidad, la agenda Dr. Lima’s Planner
for Neurodiverse People.
“El mayor
obstáculo
fue tener la
seguridad
para seguir
adelante
con mi voz”
¿De esas herramientas estableces las bases de tu proceso
creativo? ¿O cuáles son tus detonantes?
La observación y la espiritualidad son la base de mi proceso
creativo. Vivo muy intensamente todo lo que observo. Las personas allegadas a mí saben que, si veo una planta, una textura,
y patrón de luz reflejado en el asfalto, me voy a detener en seco
y voy a tratar de grabarlo en mi mente. Así surge mi poesía,
mi mente viaja a visitar esos instantes convertidos en imágenes
y regresa con frases que yo tejo para convertir en un poema.
En el poema “Aguacamino”, la imagen que dio génesis al poema
fue “que la casa abandonada en el sur nunca apague su antorcha, desde esta nueva tierra puedo ver el humo de la nostalgia,
el aguacamino…”
La espiritualidad forma parte de este proceso desde mis prácticas panteístas. Nuestra madre cósmica está en todo, y nosotros
somos parte de ese todo. Esta visión me permite no solo una
observación “consumidora”, sino una búsqueda contemplativa
de mi lugar en la tierra. Es por medio de esta contemplación
y cuestionamiento que mi proceso creativo tiene como piedra
angular la memoria. Así se mezcla el momento en el que sentí
en mis brazos extendidos la sombra de un ave volando a las dos
de la tarde en “Que los cilindros que se alzan como una llaga
en la frontera/ sean la zampoña que alaba al cóndor/ y si se ha
olvidado al cóndor/ que mis alas sean la sombra que acaricia
las dos patrias.”
¿Cuáles son las principales variables que consideras al prepararte para iniciar una nueva obra poética / literaria?
Cada nueva obra poética trae su propio encanto. Yo trato de
adaptarme a lo que la obra necesita. En muchos casos esta preparación no aparece en la creación inicial al escribir los poemas.
Para los tres poemarios que he publicado hasta hoy el proceso
fue de selección y edición, los poemas ya estaban ahí. La revisión implica asegurarme de que la voz narrativa sea uniforme
a lo largo del poemario y organizar los poemas para que haya
una continuidad. Después de tener el manuscrito, busco a una
editora o editor que revisen cuestiones de corrección de estilo
y pido retroalimentación de escritoras amigas allegadas.
En el caso del manuscrito que he terminado recientemente, el
proceso fue distinto ya que es un poemario a mi abuelo, fallecido
en la distancia. Este poemario sigue un proceso de duelo y de
dialogo al que no me había enfrentado antes. Los poemas también
estaban ahí, pero rezagados bajo la tristeza de las palabras no
dichas. Tuve que sacar cada poema con mucho cuidado para que
no se desquebrajara mi corazón ya cuarteado por la realización
de una ausencia definitiva.
¿Crees que existe la inspiración o es un tema de talento
combinado con disciplina?
Creo que la inspiración es un ejercicio diario, un estado mental que debe de buscarse y cultivarse. La inspiración para mí
sí existe, y es lo que el Tao llama Wu Wei, es vivir el presente
con alevosía y suavidad. Creo que el talento es la capacidad de
reflexionar sobre tu arte, la objetividad para decidir si, en mi
caso, un poema fue escrito para compartir o para guardarlo.
El talento para mí también es la disciplina, no existe uno sin
el otro. Si lo pensamos en términos de una persona que corta
madera, el corte más preciso lo dará quien haya pasado su vida
practicando cómo hacerlo. Ahora, es cierto, también, que a veces
la “inspiración” llega de golpe y sin avisar.
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Rossy Lima participando en el Black History Kickoff. |
¿Cómo es eso de que “la inspiración llega de golpe y sin
avisar”?
En estos casos la inspiración es la euforia que nos mueve hacia
la acción, sea escribir, pintar, crear. En estos casos debemos de
obedecer, abandonarlo todo por seguir este hálito. Este tipo
de inspiración es una energía similar a la magia de todos los
comienzos.
¿Cuál es tu tema preferido, el consentido?
Mi tema preferido para leer y para escribir es la naturaleza.
Siento que todo puede explorarse a través de ésta. Considero
que el aspecto telúrico de mi poesía permite una apreciación
atemporal y orgánica con la que puedo abordar temas como la
experiencia inmigrante con imágenes vivas y punzantes. Por
ejemplo, en el poema “La Frontera”, “No nos has ofrecido agua
desde que llegamos/ vamos sobreviviendo como plantas mudas,
desérticas/ aprendimos a quitarnos la sed/ con el rocío de la
esperanza.”
¿Y el género que más se te dificulta? ¿Por qué?
No me he aventurado al género de la novela o la dramaturgia.
Me imagino que son géneros que se me dificultarían porque
necesitan un estudio minucioso de personajes, y una construcción de espacios y atmosferas. Escribir una novela está dentro
de mis proyectos a futuro.
De tus proyectos, ¿hay alguno que te arrepientas de haber
hecho?
Tengo la fortuna de no haberme arrepentido de los proyectos que
he llevado a cabo, ya sea creativos, académicos o comunitarios.
Pero sí me arrepiento mucho de lo que no hice por creer que
todavía tenía tiempo. El ritmo acelerado de la vida estadounidense, enfocado en la producción, me hizo creer que en un futuro
cercano tendría tiempo de crear algo con mi abuelo, compositor
de corridos y la fuerza creativa que nutrió mis aspiraciones.
Mi abuelo falleció y lo único que me quedó fue un lacrimoso
recuento de las conversaciones que no tuvimos.
“La inspiración es
un ejercicio diario,
un estado
mental que
debe de
buscarse y
cultivarse”
¿Y el que te hace sentir más orgullosa?
El proyecto que me hace sentir más orgullosa es mi editorial
Jade Publishing, en la que publicamos libros a escritores inmigrantes, caribeños y de las naciones originarias. Estos libros son
bilingües, muchos de ellos en español y una lengua originaria.
Esta editorial ha publicado libros que de otra manera no habrían
llegado a las manos de nuestros lectores. Somos una editorial
pequeña, pero creo fielmente que la publicación de estos libros
ha dejado una huella viva en este país.
De no ser autora, ¿qué serías? ¿En qué otras áreas te
desempeñas?
Disfruto enormemente el ser traductora, que para mí también
tiene un aspecto altamente creativo. Me considero una académica interdisciplinaria, y dentro de este trabajo, uno los estudios lingüísticos con la traducción, la pedagogía y la escritura
creativa. De no haber tenido la oportunidad de ser escritora o
académica, me hubiera gustado ser botánica para trabajar en la
documentación de plantas. Ataría este estudio a la documentación de cómo las culturas han usado las plantas para obtener
diversos beneficios.
¿Cómo es el espacio de trabajo /atmósfera ideal para
quien hace poesía? ¿O es indistinto y se trabaja donde sea?
Creo que el espacio ideal no existe para mí, pero el momento
ideal sí. Me gusta escribir entre el bullicio de una cafetería o
el silencio absoluto de mi hogar a la una de la mañana. Igual
escribo en el estacionamiento antes de ir a comprar comida
que frente al mar. Pero no me gusta desperdiciar momentos.
Éstos nunca vuelven.
¿La poesía te encuentra a ti o tú encuentras la poesía?
Considero que es una danza. En ocasiones hay poemas que se
asoman, que van construyendo sus castillos en mi mente hasta
que los escribo. Otras veces busco el poema como quien jala
el hilo de un telar. Me gusta pensar que hay reciprocidad, nos
encontramos.
¿Qué perfiles de lectores son tus objetivos?
A lo largo de mis veintidós años de carrera como escritora he
encontrado a lectores de todas las edades y trasfondos culturales, así que no tengo a un lector objetivo. ¡Y qué suerte! Me
causaría algo de estrés tener en mente a mi “lector” al momento
de escribir, conociéndome, personificaría a este lector imaginario y pensaría en su reacción cada que escribiera un poema,
censurándome o escribiendo sobre un tema pensando en que le
gustaría al “lector”. Con solo pensarlo me imagino a mi “lector”
como un Augusto Pérez en la novela de “Niebla” de Unamuno,
cuestionándome su papel dentro de mi obra. Pero dejando a un
lado mi imaginación, creo que la perspectiva de no tener un perfil
o perfiles de lectores en mente viene de ver a la poesía como un
instrumento de conexión orgánica; la poesía que escribo no es
mía ni de un lector, simplemente es, y está ahí para quien desee
encontrarse en ella.
Sobre tus libros infantiles, ¿qué temas abordas y con qué
fines?
En la escritura infantil abordo temas de identidad cultural.
En Estados Unidos hay una fuerte necesidad de literatura
auténtica, historias que reflejen las realidades culturales y generacionales. El fin de abordar estos temas es llenar ese vacío.
Con la literatura infantil vamos arando la tierra para sembrar
la semilla de un futuro lector. Si los niños y niñas no se ven
reflejados en las historias, crearan una visión aislada de su identidad. Si no se encuentran en los libros, los libros serán siempre
un objeto foráneo. Los inmigrantes muchas veces llegamos con
un objetivo claro, aprovechar las oportunidades, trabajar duro y
sacar adelante a nuestra familia. En muchos casos este trabajo
duro significa que otras cosas se pondrán en pausa, como buscar literatura que responda a la realidad cultural de ese núcleo
familiar, y esto causa que las nuevas generaciones enfrenten una
desconexión con sus raíces y una pérdida de identidad cultural
en su desarrollo.
Hablemos de tus talleres, conferencias y charlas. ¿En
qué consisten, cuáles son los objetivos, a quiénes van
dirigidas?
He impartido talleres desde el 2010, como un esfuerzo por mostrarle a mi comunidad que la escritura creativa puede empoderarlos.
Me gusta mucho ver cómo las y los participantes utilizan sus
experiencias para crear obras llenas de sentimiento y valor. La
poesía tiene un espacio privilegiado en el imaginario colectivo,
y muchas veces este espacio crea una barrera de inseguridad.
Me gusta tener a personas en mi taller que digan “Yo no puedo
escribir poesía” para mostrarles que sí pueden y ver sus rostros
de sorpresa ante su obra, recién nacida.
Mi objetivo en estos talleres de escritura es crear herramientas pedagógicas para que las y los participantes se enfoquen
en qué quieren decir más que en cómo van a decirlo. Un tema
recurrente en mis talleres es la poesía en Náhuatl.
Al estudiar la poesía en Náhuatl encontré muchas estrategias
que pueden ser aplicadas para crear nuevas obras, y temas con
los que los participantes conectan de inmediato. Tal es el caso
del Yaocuicatl, canto del guerrero, con el que los participantes en
mis talleres encuentran las herramientas literarias para hablar
de sus batallas.
En mis entrenamientos abordo el uso de recursos/materiales
auténticos para el avance de los principios de diversidad, equidad
e inclusión. En las conferencias, en su mayoría académicas,
presento mis investigaciones en torno a la justicia del lenguaje,
el uso de la escritura creativa para la enseñanza del español
como lengua de herencia, entre otros.
Cada una de estas presentaciones tienen públicos distintos,
desde mi comunidad local, invitaciones como oradora principal
en universidades, hasta círculos académicos.
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Latino Book Reviews. |
Profundicemos un poco en Jade Publishing...
Jade Publishing es una editorial independiente que tiene como
enfoque la publicación de libros por escritores latinoamericanos y
de las naciones originarias. Empezamos este proyecto en el 2015,
como una respuesta a la falta de libros para niños que reflejara
la diversidad de identidades. Este proyecto creció para incluir
libros para jóvenes adultos y para adultos que buscan literatura
en español, inglés y lenguas originarias.
“Vivir con
miedo no es
un ejercicio
sustentable,
así que he
construido
espacios en
donde puedo sentirme
segura”
¿Y qué es Latino Book Review?
Latino Book Review es una plataforma multimedios que da visibilidad a los escritores latinoamericanos en Estados Unidos, principalmente. Esta plataforma fue fundada por mi esposo, Gerald
Padilla, y ahora nuestro equipo comprende a seis personas y más
de diez reseñadores de libros que comparten nuestro objetivo.
Algo que empezó en el 2016 con solamente una página de
internet en donde reseñábamos libros escritos en inglés o en
español, ha evolucionado a una revista impresa interdisciplinaria
y un podcast con cuatro temporadas.
Hemos entrevistado a escritores como Isabel Allende, Sandra
Cisneros y Julia Álvarez, a la par de escritores que están empezando su carrera.
Nuestra plataforma en línea ahora cuenta con bases de datos y
artículos sobre temas históricos y de temas académicos. Además,
universidades como MIT, Harvard y John Hopkins entre otras,
han adquirido subscripciones institucionales, lo que significa que
nuestra revista se encuentra de forma gratuita para estudiantes
y profesorado en estas instituciones.
¿Te ha representado algún problema moverte como autora
y docente, siendo migrante?
El principio de mi carrera como escritora se vio marcada por
la falta de movilidad debido a mi realidad como inmigrante
indocumentada. Vivir en una ciudad fronteriza significó el no
poder viajar más de 70 millas hacia el norte debido a los retenes de seguridad instalados en el área. Si bien esto constituyó
una barrera que parecía insuperable, me abrió la oportunidad
de organizar un festival internacional por tres años, FEIPOL
(Festival Internacional de Poesía Latinoamericana), con el cual
pude traer a escritores que quería conocer como Lucha Corpi,
Saul Ibargoyen, Cristina Rivera Garza, Jorge Miguel Cocom Pech,
Antonieta Villamil, Jorge Galán, entre muchos otros.
¿Cuáles han sido tus mayores aprendizajes, retos y logros
como escritora indocumentada?
Uno de los mayores retos de haber sido una escritora indocumentada por la mayor parte de mi carrera fue el no poder sentirme
como parte de una comunidad. El no poder viajar a festivales de
poesía, o presentar mis libros en lugares a donde me invitaban,
me causaba un enorme dolor.
Esta realidad me enseñó a tener paciencia y a crear
espacios similares a los que yo ansiaba pertenecer.
He aprendido que vivir con miedo no es un ejercicio sustentable,
así que he construido espacios en donde puedo sentirme segura,
teniendo confianza en mis capacidades y enfocándome en lo que
sí puedo controlar. Tras haber recibido DACA (Differed Action
for Childhood Arrivals- Acción diferida para los llegados en la
infancia), tuve la oportunidad de conocer a un sinnúmero de
individuos DACA que están haciendo grandes cosas por nuestro país, como Cindy Nava, la primera DACA en recibir un nombramiento en el gabinete de la Casa Blanca.
Considero que mi mayor logro como escritora indocumentada
fue ser galardonada como poeta del año por el Americas Poetry
Festival. Este galardón incluye un ladrillo con mi nombre en
el jardín del poeta en la casa del escritor estadounidense Walt
Whitman, que ahora sirve como un museo. Este premio significa mucho para mí debido a que mi futuro en ese momento era
totalmente incierto, y al recibirlo pensé, “si me voy, quizá nadie
se dé cuenta de que ya no estoy, pero por lo menos este ladrillo
dará testimonio de que estuve aquí”.
¿Cómo puedes, desde tu trinchera, luchar contra los
estereotipos sobre los migrantes latinos?
Luchar en contra de los estereotipos me ha llevado a hablar públicamente sobre mi realidad como escritora indocumentada en la plataforma TedX y en el documental Waking Dream, por Ination
Media. Mi historia y mi lucha apareció en cadena nacional a
través del canal PBS. Abordo esta misión de la misma forma en
la que abordo la escritura creativa, desde un lugar de honestidad y humildad. Lucho en contra de los estereotipos hacia los
inmigrantes presentando mi historia como una narrativa de
primera mano.
¿Y contra estereotipos de género?
Una pensaría que teniendo un doctorado, publicaciones y premios
evitaría o disminuiría los estereotipos de género y generacionales,
pero lamentablemente no ha sido así. Lo que trato de hacer
es mantenerme al día en cuanto a mi preparación profesional,
lo que me ayuda a enfrentar estos estereotipos con seguridad,
pero los estereotipos no responden a valores externos. Lo que
espero que sí funcione es la formación que imparto en mis clases.
Dentro de mi práctica docente y mis entrenamientos sobre
diversidad, equidad e inclusión, hablo sobre los estereotipos y
cómo podemos “deshacernos” del impacto negativo que tienen
en la sociedad. No espero que mis estudiantes erradiquen los
estereotipos, incluso aquellos que ellos puedan tener, sino que
puedan identificarlos desde un punto de vista informado para
que sus decisiones tengan una base analítica y objetiva. También
los preparo para que puedan abordar una situación en donde se
enfrenten con un estereotipo, lo que muchas veces es difícil si
no tenemos las herramientas retóricas para hacerlo.
¿Cómo le dices a alguien que su comentario perpetúa un
estereotipo negativo sobre una persona o comunidad?
Abriendo caminos para el diálogo, invitando a la reflexión,
haciendo preguntas sobre los valores que son importantes
para esa persona, por ejemplo.
Pasemos a tu tarea de informar y formar, de llamar a la toma
de conciencia y buscar que quienes se dedican al terreno de las
letras, en particular, y todos nosotros, en general, podamos vivir
libres de actos discriminatorios…
Debemos de invertir en la educación, una que esté enfocada en
el pensamiento crítico y no en la memorización de datos o normas.
Pasar de decir, la discriminación es un acto negativo, a establecer un paradigma que nos permita reflexionar sobre nuestra visión
de lo que es discriminatorio. En mis entrenamientos, lo más
común es encontrar personas con buenas intenciones que ya
están llevando a cabo acciones en contra de la discriminación,
pero que no piensan que la falta de representación (género, raza,
generación) revela un sesgo que también es discriminatorio.
Hay muchos motores de discriminación: por raza, por
género, preferencia sexual, religión, situación económica,
nacionalidad, en fin. ¿Cuál o cuáles son las que más nos
afectan a los latinoamericanos que vivimos en Estados
Unidos?
En mi opinión, dentro de la comunidad latinoamericana en
Estados Unidos debemos de trabajar para erradicar los actos
discriminatorios basados en género y preferencia sexual principalmente.
Venimos arrastrando una conciencia contextualizada desde el
“machismo” que encontró su par en este nuevo país que también
perpetúa prácticas machistas. Esto nos afecta internamente y
no nos permite avanzar como sociedad.
Por otro lado, como latinoamericanos, recibimos todo tipo
de discriminación, en la que yo me enfoco es la discriminación
lingüística. Muchos inmigrantes creemos que este tipo de discriminación es normal, que llegar a un nuevo país significa tener
que aprender el idioma nacional y que el gobierno no tiene la
responsabilidad de ofrecer información importante en nuestro
idioma. El primer punto es cierto, es importante aprender el
idioma nacional para poder disfrutar de movilidad social. El
segundo punto es falso, el artículo sexto constitucional señala
que ninguna persona debe de ser discriminada en base a su
género, religión, orientación sexual o nacionalidad. El aspecto
de nacionalidad cubre el lenguaje.
Todas las instituciones que reciban fondos federales, por ley
deben de ofrecer sus servicios en un idioma que las personas
inmigrantes puedan entender. Este es nuestro derecho y pocas
personas lo saben. Esta es otra razón por la que debemos de
invertir en la educación, para poder tener recursos que nos permitan tener opiniones informadas y de esta manera contrarrestar
acciones discriminatorias.
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Rossy Lima en los Spirit of MLK Exemplary Awards |
¿Cómo se da, dónde está el foco y qué podemos hacer para
que esto deje de afectar tanto a nuestros talentos?
El español tiene una larga historia en este país, una batalla campal que ha creado leyes para erradicar el español de nuestras
comunidades. El primer día del término presidencial de Donald
Trump, la página oficial de la Casa Blanca deshabilitó la opción
“en español”. Esta lucha continuará porque el lenguaje es un
obstáculo para la asimilación. Movimientos estadounidenses
como English Only seguirán buscando cancelar espacios para
la institucionalización de un lenguaje hablado por más de 42
millones de personas en este país. ¿Cómo pueden florecer las
artes en español en una atmósfera anti-español? Lo único que
he visto funcionar es la creación y mantenimiento de espacios en
donde nuestra lengua se levante como un estandarte de unidad.
Fomentar el lenguaje como parte de nuestra identidad y usarlo
activamente en pro de nuestros valores.
Hay organizaciones que lo están haciendo de manera magistral, como la UNAM San Antonio, con la enfocada iniciativa de
Alfredo Ávalos, Seattle Escribe, fundado por María de Lourdes
Victoria, el Americas Film and Poetry Festival bajo la dirección
de Carlos Aguasaco, y otros espacios consolidados de promoción
del arte latinoamericano en español. El cambio se da mediante
la acción consciente y dedicada.
¿Qué responsabilidad tienen los medios en cuanto al tema
del punto anterior? ¿Y el Gobierno? ¿Y la gente, en general?
Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar
de manera equitativa y evitar reforzar estereotipos o prejuicios
relacionados con la discriminación lingüística, de género, raza,
orientación sexual, entre otros. Deben promover la diversidad y
la inclusión en sus contenidos para fomentar un entendimiento
más justo y respetuoso entre audiencias diversas.
El Gobierno tiene la responsabilidad de establecer políticas
públicas que protejan los derechos y promuevan la igualdad, así
como de garantizar que las leyes existentes contra la discriminación se cumplan de manera efectiva. También debe liderar
iniciativas educativas y de sensibilización para combatir la discriminación en todas sus formas.
La gente, en general, tiene la responsabilidad de ser consciente
de sus propios prejuicios y contribuir a un ambiente de respeto
y aceptación. Esto incluye cuestionar y rechazar actitudes discriminatorias, educarse sobre la diversidad y apoyar iniciativas
que promuevan la igualdad de derechos para todas las personas,
independientemente de su identidad o características.
En conjunto, medios, gobierno y sociedad deben trabajar de
manera colaborativa para construir un entorno donde la discriminación no tenga cabida y donde todos puedan vivir con
dignidad y pleno respeto a sus derechos fundamentales.
“¿Cómo
pueden florecer las artes en español en una
atmósfera
anti-español?”
¿En qué grupos activistas has participado?
He participado en grupos activistas como La Unión del Pueblo
Entero, el National Latina Institute for Reproductive Justice, las
Boinas Cafés, MECHA (Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán), World Peace Alliance, entre otros. Pienso que mi activismo
ha informado mi práctica docente y literaria.
Para finalizar: Como sociedad, ¿Qué tenemos que hacer?
¿Cuál es nuestra tarea pendiente?
Como sociedad debemos de conocernos. He encontrado que la
exploración de la identidad, la reflexión sobre la individualidad son un camino directo hacia la construcción del futuro colectivo.
Muchos de nosotros andamos por ahí, existiendo con un chip
que nosotros no elegimos y que sentimos la responsabilidad de
enforzar en otros.
¿Algo que nos quieras dejar como base de reflexión?
Cuestionar nuestras creencias fundamentales no es tarea
fácil, pero yo he podido ver el valor transformador que tiene
el cuestionarnos y tomar una decisión informada sobre quién
queremos ser, como individuo y como sociedad. Sin tratar de
hacer el comercial, ¡todo esto se puede hacer a través de la
poesía!
¡Muchas gracias, querida Rossy! Que sigan los pasos firmes
en este apasionante mundo de las letras y la poesía.