Apuesta por el desarrollo
Es difícil pensar en un país que no apueste en el desarrollo
de su gente, ni en proporcionar mejores condiciones para
la prosperidad de sus ciudadanos.
Hace algunas semanas, recibí copia
del libro Empezar desde Abajo de mi
buen amigo el Productor, Director
de Cine y Escritor Carlos Morett, un
libro de narrativa fluida, interesante
y práctico, que demuestra que con
disciplina, actitud y determinación,
se pueden cumplir los sueños que
una persona se trace; un libro que no
dudé en recomendar tanto en mis
canales digitales, como de manera
personal con colaboradores y amigos.
Y efectivamente, una gran mayoría de los comentarios que recibí
de dicho libro fueron muy buenos,
ya que, sin duda, el hecho de que el
autor comparta su historia personal;
que va desde dormir en las calles
y comer de la basura, hasta llegar
a ser el CEO de una multinacional,
Conferencista y Director de Cine, se
convierte en un ejemplo que inspira a
salir adelante, aún en las condiciones
más adversas.
Sin embargo, ante mi sorpresa, hubo
algunos pocos comentarios, que
cuestionaban el hecho de inspirar a
la gente a cumplir sus sueños, basándose en la frustración que sentiría la
gente en caso de no lograrlos. ¿Por
qué empujar a alguien a cumplir un
sueño que no podrá lograr?, ¿Por qué hacerlo
creer que es posible cumplir sus sueños?, me
cuestionaban. Sin duda una línea de comunicación contraria al sentido común, ¿no creen?
Y es que, en lo personal, también estoy convencido qué con esfuerzo, trabajo y determinación,
es posible lograr lo que uno se propone, siendo
la cultura laboral japonesa un muy buen ejemplo de ello, al honrar el empezar desde abajo
y al formar a sus empleados a través de los
años. Es común que, en una empresa japonesa, un operador de línea de producción logre
convertirse en un gerente de planta y hasta en
un director de operaciones. ¿No es
eso precisamente cumplir un sueño?
Ciertamente, nuestro país cuenta con
un bajo índice de movilidad social,
término que se define como el cambio en la condición socioeconómica
de la persona en temas como la educación, ocupación, ingresos y salud.
Índice que también refleja la carencia
de políticas capaces de desarrollar y
motivar a la población a trascender
en cuestiones económicas y sociales,
atreviéndome inclusive a mencionar que es posible, que las políticas
actuales vayan más enfocadas a
crear conformismo y enaltecer la
pobreza. ¿Será eso posible?
Y es que es evidente que, en países
como Dinamarca o Suecia, que ocupan por cierto los primeros lugares en
la tabla de movilidad social, un niño
nacido en condiciones de pobreza,
tiene la misma probabilidad de obtener un buen ingreso en una edad
adulta, que la de uno nacido en una
familia rica. Esto gracias al acceso
generalizado a educación de alta calidad, buenas condiciones de trabajo
y sólida red de seguridad social.
Francamente, me es difícil pensar en
un país que no apueste en el desarrollo de su gente, ni en proporcionar mejores
condiciones para la prosperidad de sus ciudadanos. La verdad, me es difícil entender la
posibilidad de que el miedo al fracaso, pueda
ser más fuerte que la satisfacción de cumplir
un sueño.
robgarza@att.net.mx