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A la antigua | IRMA IDALIA CERDA | Marzo 2023

Por: Irma Idalia Cerda
Fotografía: Especial


A la antigua

La tecnología sigue invadiendo nuestras vidas y nosotros tratando de seguirle el paso, porque estamos inmersos en esta realidad vertiginosa en la que ni siquiera nos detenemos a pensar en los beneficios o perjuicios que pueda traer consigo un nuevo aparato, casi siempre un smartphone o una computadora, pero también pueden ser electrodomésticos como los robots de cocina que actualmente están muy de moda.

Aunque veces, es bonito recordar las herramientas que usábamos antes, por ejemplo, las máquinas de escribir, que ahora son prácticamente piezas de museo. Tuve la oportunidad de asistir a una convocatoria especial: el pasado 14 de febrero en la Casa de la Cultura se instalaron cuatro escritorios públicos para retomar una actividad que era muy común el siglo pasado.

La gente solía acudir con un escribiente para que le redactara cartas, estas podían ser para el ser amado, el mejor amigo o algún familiar; entonces, estas cartas generalmente se guardaban y eran parte de la historia personal de quien las recibía y también de quien las enviaba.

Actualmente existe el correo electrónico, pero creo que no se puede comparar, porque la computadora es un artefacto multifuncional y un gran invento, si, indiscutiblemente, pero carece de esa calidez, de ese inigualable sonido que emitían cuando uno mecanografiaba, hasta recuerdo una frase muy del argot periodístico: “aporreando la Olivetti”.

Pues para que vean que no soy la única nostálgica, en ese evento organizado por Conarte, en el Día del Amor y la Amistad, asistieron cerca de 100 personas para que les redactaran una carta que luego podían personalizar con algún dibujo, ya que había otra mesa disponible con lápices de colores para quien quisiera decorar el papel.

Esto fue posible gracias a que Arnulfo Cadena, un coleccionista de máquinas de escribir, prestó algunas para llevar a cabo el proyecto “Cartas desde la estación”, al que sorpresivamente atrajo a muchas personas, entre ellos, jóvenes y niños, quienes se mostraron muy interesados en escribir una carta a la antigua.

El señor Cadena dice que tiene 37 máquinas de escribir que empezó a adquirir hace 15 años, de las cuales, llevó al evento, una Remington Letter Riter, de 1952 color verde olivo, y una Olympia sg3, entre otras. 

Cuando empecé a trabajar en la Redacción de un periódico, a mediados de los 80s, usé esas máquinas, y los reporteros teníamos que hacer una copia para dejarla al editor o editora, y para ello necesitábamos usar papel carbón, y por esa razón, casi siempre teníamos los dedos manchados de negro. Aunque es mucho más fácil escribir en la computadora, creo que las máquinas mecánicas tenían su encanto.

La prueba está que en pleno 2023, los jóvenes fueron seducidos por ellas y no se resistieron a regalar una carta personalizada para su pareja sentimental o un ser querido, así que ojalá haya más actividades como esta, y si alguien puede conseguir una Olivetti en alguna tienda de antigüedades, podrá imaginar cómo los autores del siglo XX hacían música al estar escribiendo su novela, cuento o poemas.

irma_idalia@hotmail.com