Por: Redacción
Fotografía: Cortesía
GUILLERMO GARZA
Su lema:
ayudar
a la gente
GIMAU la única casa de subastas en el noreste
mexicano celebra su 20 aniversario, un
sueño que inició cuando Guillermo Garza
Fernández trabajaba para las fábricas de
joyas y diamantes donde se volvió un
experto valuador que encontraría su vocación en una
empresa que le apasiona: ayudar a las personas a que
obtengan el valor superior y justo por sus objetos
más apreciados.
Durante dos décadas Guillermo Garza ha tenido
como misión: “ayudar a la gente” para lo cual busca
caminos certeros e innovadores, practica la resiliencia y confía en su gran equipo de trabajo, pero sobre
gana la confianza de los clientes al garantizarles una
alta confidencialidad.
Para celebrar su 20 aniversario GIMAU Casa de
Subasta realizó la Subasta Especial “Joyas, Arte y Más”
el pasado jueves 8 de diciembre en el Hotel Quinta
Real. Una subasta que incluyó joyas de alto valor,
arte de grandes artistas como Sofia Bassi, Rodolfo
Morales y Diego Rivera.
Guillermo Garza destaca de esta subasta los artículos del soldado Jessie Alva Palacios No.18012631,
quien formó parte de la 2da infantería del Ejército
de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, “él
quería ayudar a su familia económicamente y se unió
al ejército en 1940. Sus cartas son relatos detallados
de sus bienes, sus experiencias al frente, su romance
con una joven noruega y la notificación de su muerte
en batalla. Es un relato con el que me identifico porque siempre estamos dispuestos a hacer todo por el
bienestar de nuestras familias”.
Hiperactivo por naturaleza, reviviendo experiencias
que hacen brillar la mirada, Guillermo es un “hombre
de palabra” que el 14 de noviembre de 2002 convencido
de que podía ayudar a otras personas a través de su
experiencia como valuador, decidió iniciar la primera
casa de subastas fuera de la ciudad de México.
“Fui huérfano desde muy joven y me sentí solo,
sin quién me apoyará en mi niñez, sé lo que se siente
cuando una persona va con una posesión a buscar
sustento. Ahora ayudo a la gente para que otras personas no se aprovechen de ellas y les paguen a un muy
bajo precio sus objetos familiares o personales”, dice
con su estilo de hablar fuerte y de corridito.
La GIMAU Casa de Subastas, conocida en su origen
como “La Nueva Colexión”, intentó solo dedicarse
a la subasta de joyería y relojes; con el tiempo llegaron objetos de delicada factura, antigüedades,
obras de arte y artículos de personajes destacados que buscaban un lugar en los lotes que se ponían a
disposición para que encontrar nuevos dueños que
les dieran vida.
“Ayudo a la gente para que otras personas
no se aprovechen de ellas y les paguen a
un muy bajo precio sus objetos familiares o
personales”
Antes de una subasta las piezas son investigadas
para conocer su pasado e importancia, se les toman
fotografías, se integran al catálogo, se corren las
invitaciones y finalmente llega el día de la subasta
y la adrenalina de la puja, una mezcla de emoción,
nerviosismo, sentimiento de triunfo y respiración
contenida, al menos es lo que transmite Guillermo
cuando en el centro de la escena con el martillo en
la mano marca el sonido de la venta.
Con 709 subastas en su vida nada se compara con
lo “fabuloso que se siente cuando las personas salen
llorando de la emoción de que en una subasta se logran
vender sus cosas por precios superiores, a los que otra
gente les quería pagar por sus artículos, aprovechando
tal vez su necesidad de obtener recursos”.
Para Guillermo Garza, tener la única casa de subastas en el noreste mexicano es una responsabilidad
muy grande, “ser los únicos implica que no hay nadie
más que pueda ayudar a la gente a bien vender sus
productos”.
“Me metí en un proyecto muy difícil, ya que nadie
ha puesto otra casa de subastas, a pesar de que he
escuchado mucha gente que les gustaría tener un
negocio así, cuando saben que vendemos casi siempre
el 100 % de los artículos. Cuando se dan cuenta que
trabajamos para los demás y que las utilidades son
para nuestros clientes entonces desisten”, señala.
La empresa ha sorteado tiempos difíciles con
entusiasmo e innovación. Hasta el 2019 el uso de la
tecnología tenía un carácter conservador, utilizaban
las redes sociales para informar y establecer contacto
con sus clientes. El COVID modificó su forma se hacer
subastas, ahora se cuenta con App GIMAU para la
venta en línea y las subastas además de presenciales
han dejado de ofrecer exclusivamente objetos, ahora
se incluyen bienes raíces.
El local ubicado en Calzada del Valle # 318 Ote. es
un espacio de constante movimiento del equipo de
profesionales y expertos valuadores en joyas, antigüedades, arte y marfil, así como la limpieza y compra
de todo tipo de joyas, relojes, monedas, antigüedades
y arte.
A lo largo de dos décadas piezas de joyería de
Tiffany, Van Cleef & Arpels, Harry Winston, Bucellatti, David Webb, Henry Dunay y Cartier han sido
objeto de grandes pujas, al igual que las monedas de
la época de Cristo y objetos únicos como la Antorcha
Olímpica de México 68 o los artículos personales de
Maximiliano y Carlota, esto por citar algunos lotes
subastados.
Los 10 mil coleccionistas locales, nacionales e internacionales que siguen las subastas de GIMAU hacen
posible que se produzca la “magia de una subasta:
vender los productos con precios ascendentes y no
hacia abajo como es costumbre con el método tradicional cuando persona vende o empeña sus productos”,
asegura Garza Fernández.
“Mi mayor satisfacción es cuando la gente se deja
ayudar y con el apoyo de Dios hacer ventas extra
extraordinarias. Mi visión es lograr ser la mejor casa
de subastas en México, ofreciendo piezas con gran
historia y valor a nuestros clientes”.