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¡Viva México! ¡Viva la patria! ¡Viva Monterrey! | MIGUEL ÁNGEL ARRITOLA | Noviembre 2022

Por: Miguel Ángel Arritola
Fotografía: Tere Juárez/Veva Cuervo


¡Viva México! ¡Viva la patria! ¡Viva Monterrey!

La puesta en escena ‘Josefa Zozaya: Heroína de Monterrey’, escrita por el exgobernador Fernando Canales Clariond, y dirigida por Hernán Galindo, tuvo un cierre magistral de temporada la noche del sábado 15 de octubre en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad, ante un público que ovacionó de pie el trabajo de los 42 actores en escena.

Cuenta la leyenda que un 23 de septiembre de 1846, los regimientos de los Rifleros de Mississippi, Tennessee y del este de Texas, comandados por el general Zachary Taylor, asaltaron la ciudad de Monterrey por su costado oriente y hostilizaron las tropas del general Pedro Ampudia hasta las últimas líneas de defensa.

Cuenta la leyenda que la ciudad se volvió escenario de innumerables combates, cuerpo a cuerpo, entre mexicanos y estadounidenses.

Cuenta la leyenda que ese día, en el último recinto defensivo, recorría las filas mexicanas de combate, entre el humo y la sangre, una mujer de bello aspecto que repartía pan, vino y todo lo que hiciera falta a los exhaustos combatientes.

Cuenta la leyenda que esa mujer dio de beber a los soldados, consoló a los heridos y alentó a los últimos que quedaron de pie.

Cuenta la leyenda que el nombre de aquella mujer que pertenecía a una familia distinguida, destacó por su valor y determinación en la Batalla de Monterrey. Era María Josefa Zozaya, la única mujer mencionada en la obra “Apuntes para la guerra entre México y Estados Unidos”, publicada en 1848.

Escrita por el ex gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond, y bajo la impecable dirección de Hernán Galindo, “Josefa Zozaya: Heroína de Monterrey” es una estupenda puesta en escena que recrea aquellos acontecimientos que se dieron en la Batalla de Monterrey en 1846, en la que Zozaya participó activamente, destacando por su valentía, coraje y pasión.

“Josefa Zozaya: Heroína de Monterrey” es una gran producción con 42 actores en escena que demuestran que cuando se hace buen teatro, el público responde al final con una gran ovación a un trabajo hecho con el corazón y el alma misma.

Fernando Canales Clariond escribió de manera magistral la historia de María Josefa Francisca Eduarda Zozaya Valdez de Garza, que cobra vida en la piel de la actriz regiomontana Ludyvina Velarde.

Velarde como Josefa Zozaya es carismática, es dulce, es amorosa. pero también es una fiera, es una mujer que cuando hay que amar; ama, cuando hay que gritar, grita y cuando hay que luchar, lucha

Ludyvina le saca al personaje momentos brillantes y le encuentra ese lado dulce y a la vez duro para salir adelante en su fe y en sus creencias de libertad.

De cualquier ángulo que se le vea, la obra tiene como mensaje una fuente de inspiración para salir adelante ante cualquier obstáculo y como lo dijo en su momento el propio Canales Clariond: “La obra nos da muchas lecciones muy positivas, muy aplicables además al 2022 que vivimos y de cara al 2024 y a futuro, es una vida aleccionadora”

La puesta arranca desde los años 1840, en la juventud de Josefa Zozaya, justo antes de casarse con Manuel de la Garza, quien es interpretado por un Mauricio Islas desafiante y justo en su papel, así como Arturo Barba, quien da vida al general Zachary Taylor, un personaje con muchos matices.

Destaca y por mucho, la actuación de Claudia Marín, como la hermana de Josefa. Marín es un huracán en escena, es una actriz versátil y su naturalidad y frescura de inmediato atrapa al público.

En teatro, Juan Benavides es sinónimo de garantía pura; hace suyo el papel del hermano de Josefa y le imprime un sello único a su trabajo actoral.

Los generales y soldados caracterizados por Dan Rodríguez, Sergio Duarte, Arturo Castro y Alfonso Carlo, entre muchos, más, le dan vida y “sabor” a la obra.

Diego de Lira brilla con luz propia, su personaje es ágil y de mucho carisma. 

La creación del vestuario en “Josefa Zozaya....” es de ese genio llamado Raúl Ozuna. ¡Qué manera tan práctica y elegante de resolver los cambios de ropa del personaje principal! Todo un arte.

Jaime Sierra tiene un gran y espléndido trabajo en la dirección corporal, logrando hacer un teatro-físico y ni qué decir la belleza de la coreografía a cargo de Jaime Guerrero.

El público que llenó la gran sala del Teatro de la Ciudad disfrutó de una función de gran calidad, de un teatro serio y comprometido, de una obra que dijo adiós pero que muchos piden que vuela a los escenarios una vez más.