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Entrevista: Edui Tijerina Chapa
Fotografía: Cortesía Alejandro Pujol
Fotografía: Cortesía Alejandro Pujol
ALEJANDRO PUJOL
Un soñador incansable
De un tiempo a la fecha, la producción de
espectáculos y contenido audiovisual
se ha convertido en uno de los campos
de mayor competencia. La oferta y
demanda se han incrementado exponencialmente y, con eso, la exigencia
para que los aspirantes a incursionar
en esos terrenos se esfuercen cada vez
más por capacitar, actualizar y pulir
sus talentos y habilidades.
Alejandro Pujol, joven comunicólogo, productor y conferencista
regiomontano, siempre ha tenido muy en claro el valor de estar
atento a lo que ocurre en el medio para, así, poder inyectar la
máxima calidad a lo que ofrece.
Le conozco desde hace varios años y nos une una gran amistad, pero lo que me motivó a charlar con él para presentarlo
ante Ustedes fue, precisamente, su singular profesionalismo y
la visión puntual, asertiva y vanguardista con los que desarrolla
sus proyectos.
¿Cómo te defines?
Me defino como un soñador incansable, con muchos deseos de
siempre hacer y ser más en los ámbitos en los que me ha tocado
desarrollar. Soy un ser ecuánime, en paz conmigo mismo.
Sabiendo quién soy, encuentro cada día mi propósito de vida.
Trato de pulir los dones que Dios me ha dado para canalizarlos
en beneficio de los demás. Me considero un ser creativo, muy
emocional, diferente, honesto, leal y perfeccionista. Al final, soy
virgo con ascendente virgo. Eso explica todo.
Alejandro Pujol en producción. |
¿De dónde vienes?
Nací en Monterrey, Nuevo León. Hijo mayor de Alejandrina Sofía
Gutierrez y José de Jesús Pujol Gutiérrez, quienes me dieron dos
hermanas “cuatas”: Jessica y Alejandra.
Viví mi infancia y adolescencia en San Nicolás de los Garza.
¿Ahí estudiaste?
No. Hice la primaria en la Venustiano Carranza, en Monterrey.
No éramos familia de poder adquisitivo alto, pero eso no detuvo
a mis padres a meterme a una escuela piloto, de las que tenían
el mejor rendimiento.
¿A qué se dedicaban ellos?
Papá llegó a ser Mayor de Tránsito de Monterrey. Mi madre,
secretaria del Departamento de Operativo de esa dependencia.
Como dato curioso, mis abuelos también trabajaron ahí. O sea,
creo que mi destino era ser Agente de Tránsito.
Si pregunto por tu infancia, ¿qué es lo primero que te viene
a la mente?
Los primeros seis años fui el rey de la casa. Luego llegaron mis
hermanas por partida doble y, claro, como era de esperarse,
el esfuerzo y atención se dividieron. Pero, aún así, mis padres
siempre se mantuvieron al pendiente de mí y de mi formación.
Valores como el respeto, honestidad, lealtad, disciplina,
esfuerzo y todo lo bueno que debemos ser en la vida, nos lo
inculcan los padres con su ejemplo y enseñanza diaria.
Tengo muy presente un día en que llegué con un 5 de calificación. Fue algo raro, porque siempre me esmeré en tener los
primeros lugares. Le pedí a mamá que no me regañara pues a
todo el grupo le había ido como a mí. Ella reaccionó y me dijo: “A
mí no me importa lo que saquen los demás. A mí me importas
tú. Si quieres ser burro, júntate con los burros. Si quieres ser
inteligente, júntate con los inteligentes”. Luego de eso, nunca
volví a tener una calificación reprobatoria.
Los buenos padres siempre tienen la razón. Y, gracias a Dios,
los míos han sido ejemplares.
“Soy un promotor de sueños, de esperanzas, de buscar que la gente pueda crecer y alcanzar sus metas”.
¿Eres creyente?
Sí. Aunque hay algo particular en mis recuerdos. Fíjate que a los
9 años me inscribieron al catecismo, pero tuvo que ser en una
iglesia que no exhibiera la figura de Cristo ensangrentado, con
marcas de latigazos y de los clavos. Y es que había algunas en
las que hasta la tenían puesta en vitrina y eso me impresionaba.
Esa imagen siempre me produjo mucho miedo. Por eso mamá
se preocupó porque fuera en un lugar en el que no tuvieran algo
así o que, en todo caso, fuera una diferente, inofensiva para mis
traumas infantiles.
Por ese tiempo, y ahí mismo, entré al grupo “Escenificación”,
dirigido por la Sra. Sonia Laura González, que fue el detonador
de mi interés para desarrollar mis habilidades para montajes en
escena y convertirme en lo que ahora soy: un productor de ideas.
¿Podemos decir que fue ahí donde descubriste tu
vocación?
Con Sonia Laura comencé a darme cuenta de la importancia
de cuidar los detalles de guiones y libretos, vestuarios, coreografías, elementos que, bien combinados, dan fuerza al “todo”
en un espectáculo.
Cada domingo representábamos pasajes bíblicos. Yo llegué
a interpretar el máximo papel, que era el de Jesús. Éramos los
únicos en Latinoamérica que hacíamos esto con ese nivel de producción. Tanto, que fuimos invitados en tres ocasiones al
Congreso Internacional OSSANA: Dos en Orlando, Florida y una
en Jerusalén, en el año 2000.
También estuve en el coro, fui monaguillo y hasta dirigí a
un grupo de adolescentes encargado de las escenografías para
representaciones, eventos especiales y conciertos, en escenarios
tan distintos como la Monumental Plaza de Toros Monterrey,
los Auditorios Luis Elizondo y San Pedro; el Teatro del IMSS, y
muchos más.
¡Imagínate! Nos preparábamos con talleres de todo tipo. En
los de actuación, por ejemplo, tuvimos como mentores a personalidades del teatro como Hernán Galindo, Adán Canales,
Enrique Páez, Gianni Costantini, Renán Moreno y Galu Barragán, entre otros.
Alejandro Pujol en sesión fotográfica |
¿Y en tu casa? ¿Se fomentaba esa vocación?
Claro! Siempre tenía material para trabajar y construir mi propio teatrito con papel, palitos de madera, cartulinas y colores.
Levantaba el colchón de mi cama para armar un guiñol. También
me encargaba de representaciones didácticas en la escuela, como
cuando en una asamblea dibujé en relieve el Castillo de Chapultepec, incluyendo los cañones, y encarné a Juan Escutia, con todo
y la bandera y el “lanzamiento” al vacío desde el borde del foro.
Mi madre me llevaba a todos los espectáculos y obras que se
presentaban en la ciudad, lo cual alimentó mi hambre por la
producción y soñar en grande. Recuerdo haber ido a ver “Odisea
Burbujas” a la Coliseo, a Chabelo al Gimnasio Nuevo León; “Qué
Plantón” y “El Diluvio que Viene”, en fin. La familia siempre
contribuyó a fortalecer mi centro de inspiración.
¿Cómo y en qué momento descubriste tu interés por la
producción audiovisual?
Mi primer encuentro con la televisión fue cuando, aunque a mi
madre no le gustaba del todo la idea, organicé un ballet coreográfico para quinceañeras al que llamé “Eclipse”.
Andaba en eso cuando Laura G, ahora reconocida conductora
a nivel nacional, tuvo su primera oportunidad en TV Azteca
Noreste, en el programa “Entre Chavos”. Ella nos invitó a una
sección todos los viernes y, desde el primer momento, al conducir frente a las cámaras, sentí las mariposas en el estómago
que me hicieron caer en cuenta de que mi sueño estaba por ahí.
“Nunca vendemos algo que no conozcamos, algo que no hayamos probado”
¿Ya estabas en edad preuniversitaria?
Justo andaba eligiendo carrera. Primero pensé en computación,
que era la novedad allá por la segunda mitad de los 90s, pero al
final tomé la decisión de entrar a la Licenciatura en Comunicación
de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
¿Cómo reaccionaron tus padres al enterarse? ¿Les gustó tu
decisión?
Siempre me han dado su apoyo. Además, estaba demostrado
que mis capacidades estaban encaminadas a esa carrera.
Los estudios universitarios fueron emocionantes. Tuve maestros muy buenos y otros no tanto. En ese segundo grupo están los
que promovían el aprendizaje a base del “macheteo” (memorizar
ideas con punto y coma, tal y como vienen en el libro, en vez de
analizar, comprender, asimilar y aplicar, que es básico en estas
áreas de humanidades)
Un dato muy curioso es que, al entrar a la Facultad, vi anunciado
una audición de modelos para la revista “MUNDO ACTU@L”.
Yo estaba decidido a aprovechar todas las oportunidades, así
que fui y me formé en la fila en la que, por cierto, había chavos
con mejores cuerpos, caras y experiencia en el modelaje. Para
mi sorpresa, a los pocos días me avisaron que fui el ganador y
saldría en la portada. Esto me reforzó un aprendizaje: “Debes
intentarlo todo. Nunca sabes en qué momento surgirá algo que
te llevará al éxito o a lograr un objetivo”.
En ese tiempo seguía en “Entre Chavos”, así que ya “salía en
la tele”, pero mi meta desde niño era trabajar en TELEVISA.
Con Gilberto Marcos en el programa FORO |
Y no tardaste en lograrlo…
Llegó el tiempo de cubrir el Servicio Social, que era un requisito para titularme. La mayoría de mis compañeros lo hacían
en la biblioteca, en administración o en el estudio de la escuela,
es decir, se iban por lo fácil y cómodo, en vez de verlo como la
oportunidad para demostrar capacidades y habilidades en el
campo real de trabajo.
Decidí ir a Televisa Monterrey a entregar mi solicitud. Iba
feliz y emocionado. Quedaron en avisarme. Pasó un tiempo
razonable y no respondían. Así que comencé a llamar todos los
días. Insistí muchísimo durante tres meses. A veces, salía de la
escuele, iba al teléfono público a una cuadra del canal, y llamaba.
Pensaba que, si me daban el esperado “Sí”, ya estaría cerca. Pero
salía el “No” y tomaba el camión para seguir el camino a casa.
Un día, la persistencia y ganas de hacer las cosas rindieron
fruto y me aceptaron.
“No hay límites cuando se trabaja con empeño y dedicación”
¿Qué actividades te asignaron?
La primera oportunidad se me dio en el programa FORO, con
uno de los pilares de la comunicación en Nuevo León: Gilberto
Marcos. De ahí pasé al departamento de programación donde,
además, se producían programas de una calidad que no se veía en
ninguna otra producción local: “Líderes” y “Hablando Derecho”, además de los promocionales del canal y eventos especiales.
Estuve dos años en la empresa, aunque, por todo lo que hacía,
aprendí tanto o más que si hubiese estado por lustros. Era el
“ajonjolí de todos los moles”. El sueldo era por mi función como
copy, pero también era coordinador y panelista de “Hablando
Derecho”, coordinador y encargado de recreaciones para “Líderes”,
coordinador de casting para “Código Fama”, “CEA” y “Televisa
Niños” y encargado de la sección de cine en “Ellas con las Estrellas”, entre otras cosas. ¡Yo era muy feliz!
¿Por qué saliste de Televisa Monterrey?
Hay gente que no puede ver que alguien tenga hambre de
crecer. Cuando ven un talento así, lo que hacen es aplastarlo.
Eso me pasó.
Me resultó tan fuerte, que por un tiempo no quería volver a
saber nada de la TV. Había quedado totalmente desilusionado.
Luego, me asocié con una amiga y montamos una agencia de
publicidad: “Publican”, que, por cierto, había sido el proyecto
con el que presenté mi examen profesional.
Estuve un año. Nos iba bien, pero no era feliz. Tenía que volar
a otro lado.
Alejandro Pujol con Belinda Treviño. |
¿Buscabas regresar a la producción televisiva?
En ese momento no sabía a dónde ir, pero de que necesitaba
reencaminar, era un hecho.
Un día, me llamó Miriam Villanueva, que fue mi jefa en Televisa,
para avisarme que Rebecca Solano estaba armando un equipo
de producción y que, si quería regresar a la televisión, esa sería
una buena oportunidad.
¿Y la buscaste? ¿Qué pasó?
Rebecca se convirtió en una maestra, una madre y sensei en
muchos aspectos. Me enseñó que la perfección sí es posible,
que se pueden hacer cosas chingonas, pero que antes hay que pensarlas, imaginarlas, porque no salen de la nada. También,
que nada ni nadie es más grande que nuestros sueños, que no
existen el “No”, el “No se puede”. Al contrario, “Todo se puede”.
Tanto, que durante cinco años produjimos un programa de telerrealidad que rompió patrones en nuestro Estado y país, que
traspasó fronteras. Con él, ayudamos a cientos de personas a
transformar su vida. Se trataba de “Transforma-T”, el primer
programa de docu-realidad sobre cirugías plásticas, maxilofaciales y de obesidad en México.
Seguro un parteaguas en tu carrera…
Así fue. A partir de ahí, con todo lo aprendido y junto a Gloria
González, mi amiga y socia, teniendo sólo una computadora
“Mac” con su caja como escritorio, una cámara, un micrófono,
miles de sueños y ganas de crecer, emprendí el viaje que hoy
lleva casi once años: “Producciones Pujol”.
Desde entonces, hemos producido realities de tatuajes y médicos, comerciales, programas de cocina e infantiles, especiales
para hospitales, empresas, escuelas de arte y danza; espectáculos en grandes escenarios, en fin. Puedo decir con orgullo
que han sido centenas de proyectos que fortalecen la trayectoria
de nuestra casa productora que se empeña en hacer “trajes a la
medida”, es decir, todo original, siempre en pro de la sociedad,
jamás engañando ni mintiendo sobre algún producto o servicio.
Como productor audiovisual tienes una gran
responsabilidad a cuestas.
La responsabilidad, primero, es con nosotros mismos. No vendemos algo que no conozcamos, algo que no hayamos probado.
Constatamos que sea real y bueno. Desde mis primeras participaciones en programas de TV, me inculcaron eso, el respeto a
quien te ve, a quien dedica un tiempo para ver algo que tú hayas
creado. Por eso mismo, generamos la iniciativa “Produce con
Causa”, donde apoyamos con videos o cubriendo alguna necesidad
específica a instituciones, fundaciones u organizaciones civiles
que no tienen los presupuestos para poder difundir sus causas.
En una de sus exposiciones fotográficas. |
¿Quiénes han sido tus principales mentores? ¿Qué
consejos atesoras más?
Primero fue el Padre Fidel, que me inculcó que “hay que hacer las
cosas bien, si no, no se hacen”. La Sra. Sonia Laura me indicó los
pasos para materializar la creatividad a través de la actuación,
música y escenografía. Miriam Vilanueva me enseñó a trabajar
con miras en los resultados. Rebecca Solano vino a dar fuerza
a lo aprendido y me orientó hacia una formación integral, más
allá de lo profesional.
Y tú, que a pesar de tu juventud tienes ya una larga
trayectoria... ¿qué consejos das a quienes asisten a tus
pláticas o trabajan contigo?
Antes que nada, que echen raíces en algún lugar donde sueñen
trabajar. No quieran ser independientes nomás saliendo de la
Facultad. Antes deben aprender en el mundo real, establecer
relaciones, cultivar lo necesario para ser competitivos. Ya que
hayan alcanzado la madurez, con todas las herramientas para
defender sus ideas, disponerse a ir tras los más grandes sueños, a conquistar todo lo que se propongan sin pisar a nadie.
Es importante que siempre sean responsables de sus actos y
decisiones, que actúen por convicción propia. Si en el lugar el
que están no son felices, muévanse y busquen su centro de la
felicidad. Porque sólo así, siendo felices, podrán crear.
“No quieran ser independientes nomás saliendo de la Facultad. Antes deben aprender en el mundo real”.
La idea es generar tus propios campos de acción. ¿No?
Así es. Con el paso de los años fui trazando y redescubriendo
ampos; unos ya dominados, experimentando en otros. Y vamos
consolidándonos en otras áreas.
Comencé en la TV tradicional, migramos a las redes sociales,
ahora creamos contenidos para diversas ventanas. Producimos
espectáculos de gran formato, estamos entrando a los documentales. Uno de ellos, por cierto, realizado en el 2016, bajo
el título “Building a Dream”, basado en el 1er. musical hecho
por regiomontanos presentado en el NY Musical Festival, ya
anda itinerante en Festivales de Cine. ¡No hay límites cuando
se trabaja con empeño y dedicación!
¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional?
Cada proyecto que llega o nace es un reto, porque cada uno
tiene su nivel de complejidad. Creo que uno de los que hasta
yo mismo me sorprendí cuando ya lo vi realizado, fue un desfile
navideño de ocho carros alegóricos, comparsas, personajes y
efectos especiales que implicó cerrar el centro de la ciudad y,
por si fuera poco, repetirlo dos veces.
En el área de espectáculos, el titulado “El Gran Show”, que
produje para presentar en Pabellón M y luego llevamos para
tres funciones en el Auditorio Nacional.
¿Qué tan difícil es el campo audiovisual? Ahora que todo
mundo tiene acceso a la tecnología, llegan a pensar que basta
con eso para producir…
Las oportunidades las busco o las creo. El caso es no esperar a
que alguien más se mueva por uno. Hay que crearles la necesidad
y así lograremos nuestro objetivo de tener espacios de acción.
Ya abiertas las puertas, deberás saber conservarlas y cuidarlas,
nunca buscar a los demás por mero interés, porque eso se sabe
y se nota. En mi caso, siempre les digo: “Primero somos amigos,
y si logramos hacer algo juntos, qué fregón. Eso es un agregado”.
¡También eres fotógrafo! Cuéntame de eso.
En mi carrera también he desarrollado la fotografía, teniendo varias exposiciones colectivas y personales, donde transmito, a
través de ellas, mensajes para mover conciencia y propiciar una
transformación del ser.
He participado en cuatro libros y viene el 5º. en camino. Los
primeros fueron: “Encanto y Magia”, “Piñata”, “Gracias al Petróleo” y “Rivelino”.
Con Rebecca Solano en Transforma T. |
Y, como primicia, podemos adelantar que pronto tendrás
un podcast…
¡Sí! Soy un promotor de sueños, de esperanzas, de buscar que
la gente pueda crecer y alcanzar sus metas, por ello estoy preparando un podcast llamado “¿Cómo C$%# le Hiciste?” donde
podré platicar con personas con interesantes historias de vida,
que inspiren y motiven, para, así, lograr juntos esa meta que es
la de ayudar a transformar al mundo.
¿Sabes? Me entristece cuando la gente no da valor a lo intangible
como la imaginación, la genialidad, la creatividad, la lealtad, la
honestidad, el respeto, la experiencia. Cuando no se le da valor
a todo eso, se tiende el campo ideal para que, seguro, aparezcan
las decepciones.
¿Qué te mueve?
Las ganas de crear, compartir y aportar. Eso, en conjunto, me
inspira. Y la inspiración es la gran fuerza que mueve mis sueños,
que da forma a las ideas y puede manifestarse de muchas maneras: en un libro, en una producción, en un espectáculo. ¡Hasta
campañas políticas he coordinado y producido! Si te haces aliado
de la inspiración, te auguro un sinfín de sueños hechos realidad.
Todo esto se logra con intenso trabajo. Eso es definitivo.
Totalmente. Me motiva que todos los días se crea algo nuevo:
desde lo más simple, como dibujar un nuevo personaje, hasta
escribir un guion, imaginar un programa, comunicar ideas y
sentimientos. Me apasiona esa magia que estalla al ver un proyecto
terminado y, más aún, si tiene un efecto positivo en el público.
Estás orgulloso, entonces.
Sumamente orgulloso de ser un comunicador, porque todo habla,
todo expresa.
De no ser un creativo de los medios ¿qué serías?
Soy excelente mesero y no lo digo yo, lo dicen las propinas que
me dejaban… y eso que era un restaurante buffet. O bien, en
el ramo de la atención a clientes, aunque con los años me he
hecho “de mecha corta” y me enciendo rápido. En ocasiones
he pesado: “puedo irme a NY, tomar fotos bonitas a la gente y
ganarme una propina”. Todo el mundo quiere fotos bonitas,
si no pregunten a mis amigos cuando vamos de viaje. Llevan
fotógrafo de cabecera.
Sé que tienes una pareja que te apoya y comparte contigo
el amor por el arte.
Estoy muy feliz con esta relación de ya casi siete años. Llegó
justo en un momento en que quería y necesitaba sentar cabeza.
Cesar Zetina se ha convertido en un aliado, un complemento,
no sólo de mi vida sino de mi trabajo. Soñamos juntos, creamos juntos, hemos aprendido a hacer equipo y a encontrar un
equilibrio. Nos encanta viajar e inspirarnos.
Él es un extraordinario bailarín de danza clásica y contemporánea, egresado de La Superior. Talentoso coreógrafo, como
ningún otro, y un ser creativo nato. Lo admiro porque, al igual
que yo, meta que se propone, meta que logra. Ha bailado en el
Lincoln Center de NY, en Miami, Bellas Artes de CDMX, Florencia,
Roma y muchos lugares más. Creo que ahí está el verdadero
sentido de la pareja, en admirar y ser complemento uno del otro.
“Me considero un ser creativo, muy emocional, diferente, honesto, leal y perfeccionista”
¿Proyectos en desarrollo y/o próximos a estrenarse?
Vienen una nueva exposición fotográfica, un libro y un documental llamado “Dignificando” de la mano de dos grandes amigos:
Consuelo Bañuelos, de “Promoción de Paz” y Marco de la Garza,
de “Faro en el Camino”.
Estamos preparando nuevos realities médicos y un show de
puppets que será un sueño hecho realidad, ya que desde niño
admiro el mundo de Jim Henson. Un programa donde se hablará
de las Bellas Artes visitando países como España, Francia e Italia,
entre otros, y muchos más contenidos. Vaya, hasta estaños haciendo
guiños al mundo del cine… pero de eso hablaremos más adelante.
Mientras la creatividad siga floreciendo, nosotros seguiremos
creando. ¡Haz de cuenta como Chente!
¿Algo que quieras agregar para nuestros lectores?
Sobre lo curioso -y maravilloso- que me resulta ver cómo en mi
vida profesional he estado rodeado de mujeres increíbles a las
que admiro por su fuerza, inteligencia y propuestas para tener
un mundo mejor, tales como Ana Gabriela García, Vero Solís,
Adalina Dávalos, Clara Luz Flores, Bárbara Herrera de Garza,
Rebecca Solano, Miriam Villanueva, Belinda Treviño y mi gran
fiel escudera Gloria González.
¡Gracias a todas ellas por ser parte tan importante de mi
trayectoria!
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