Sin audiencia
no hay medios
Social media,
el riesgo de ser
antisocial
Estamos en tiempos en los que la mayoría, de
un modo u otro y en distintos niveles, sea como
generadores de contenidos o como consumidores, estamos ligados a los llamados “Medios
Sociales” o “Social Media”.
Es oportuno señalar que “Medios Sociales” y
“Redes Sociales” no son lo mismo. Los primeros
son el genérico que, además de las plataformas para socializar (Twitter, Facebook, WhatsApp, Tik Tok, SnapChat, Instagram, etc.) incluyen
otras vetas como la geolocalización, websites,
los blogs, streaming de audios y/o videos, los
enlaces vía hashtags, entre otros recursos.
Nos comunicamos, informamos, ubicamos, supervisamos el entorno, estudiamos... ¡Es tanto
lo que podemos hacer desde nuestra relación
con ellos!
Aunque los motivos que nos acercan a esos
recursos son muy diferentes, todas las ventanas disponibles ofrecen, según el perfil de cada
usuario, diversos satisfactores que, por sí, son
reflejo de nuestros intereses. En otras palabras:
buscamos, nos identificamos y conectamos.
Siempre con unas opciones más que con otras.
Un elemento que define líneas de contenidos
es, sin duda, la audiencia de cada medio social.
Para mantenerla e incrementarla, los productores de contenidos se valen de todo cuanto
esté en sus manos.
Los especialistas comparten algunas sugerencias para que, quienes abren espacios esperando llamar la atención de su público meta,
diseñen, armen y lancen sus materiales con
mayor potencial de éxito.
Lo primero que se debe considerar es lo que la
audiencia quiere. Y como no siempre es fácil
saberlo, entonces debemos preguntarnos “¿Qué
es lo que NO quiere?”. La respuesta inmediata
tiene que ver con la publicidad regular y, sobre
todo, con la intrusiva e invasiva (como los recuadros que botan en puntos estratégicos de la
pantalla, los sobrepuestos, los cortes abruptos
para spots, banners y similares) Nadie es feliz
al ver eso (A menos que se trate de las esperadas campañas que se lanzan durante una
transmisión de Super-Bowl)
Por lo anterior, cada vez más anunciantes toman
conciencia de lo importante que es considerar
no sólo el incremento de seguidores sino, también, el flujo de cibernautas, es decir, el tráfico
en línea.
Lo que la gente sigue es, sobre todo, el contenido
y, ante eso, las marcas de bienes o servicios
buscan maneras más ingeniosas para hacer
presencia y ser percibidas como parte del todo y
no como invasores o perturbadores del disfrute
de lo que el público ve y/o escucha.
Un punto clave para aumentar audiencia en
estos medios es procurar un balance entre materiales que, además de calidad y pertinencia oportunidad al momento, representen un valor
para los receptores.
También vale pensar, siempre, que detrás de las
fotos de identificación de cada perfil de usuario/seguidor hay seres humanos que piensan,
sienten, tienen necesidades y pasan por diferentes estados de ánimo. Así, con inteligencia
y empatía, se pueden producir contenidos, por
decirlo de alguna manera, “a la medida”.
Si no se conoce al destinatario, la posibilidad de
atracción será endeble. Y cada medio, por su
naturaleza y perfil, requiere de tópicos, formatos
y tonos muy específicos. En eso debemos poner,
también, mucha atención.
Lo que funciona en Facebook puede no ser adecuado para Instagram, o Twitter, Snapchat, un
blog, WhatsApp o cualquier otro. Habrá contenidos cuyo formato se adapte a dos o más,
pero no siempre se logran. Es más conveniente
centrar en cada uno por separado. No todo
mundo quiere responsabilizarse del abanico
adicional de trabajo, pero si no hay esfuerzo,
¿cómo pueden esperarse buenos resultados?
El trabajo y tiempo dedicados a los contenidos
pueden resultar en incremento o disminución en
los niveles de audiencia. Si no se renuevan con
frecuencia, los seguidores huirán, alejándose
de la monotonía. La rapidez en la que vivimos
se refleja en la dinámica que exigimos en los
referentes y materiales mediáticos.
edui_tijerina@yahoo.com.mx
Twitter: @EduiTijerina
Instagram: @eduitijerinachapa
Escritor, dramaturgo, guionista,
asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas
teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”,
“Juan Diego” y “Jesús de Nazaret”.