La realidad del MetaVerso
Nuestro próximo reto será el poder mantener un equilibrio entre lo
virtual y lo real.
Mark Elliot Zuckerberg expresó
recientemente,
su deseo de
hacer una serie
de cambios en sus compañías
tecnológicas. Al parecer concentrará todos sus esfuerzos en
un sólo objetivo, apostándole a
un nuevo proyecto basado en
realidad virtual.
Este, integrará Facebook,
Instagram, WhatsApp y Oculus, formando un mundo virtual denominado Metaverso,
que será un entorno en el
que se podrá estar presente
e interactuar con amigos en
un espacio digital y a tiempo
real. Es decir, será un espacio
digital donde podrás encarnar
a tu propio avatar.
El concepto original se
creó en 1992 en el libro “Snow
Crash” de Neal Stephenson,
donde se dio a conocer la
experiencia de un avatar dentro de un mundo digital. De
ahí salieron conceptos para
películas como Matrix y Real
Player One, así como también
video juegos como los Sims y
Reblox. La idea de Zuckerberg
es desarrollar ampliamente
este mundo virtual que formaría el Metaverso, en el que se
podrían hacer prácticamente
todas nuestras actividades,
pero utilizando un visor VR
dentro de un entorno digital.
El Metaverso está en su
etapa inicial y su evolución
llevará algo de tiempo para
poderlo poner en marcha apropiadamente. Crear una realidad virtual, donde uno pueda
hacer lo que quiera dentro de
una aplicación digital, está
cada vez más cerca. El poder
experimentarlo se percibe muy
atractivo, sin embargo, conlleva sus riesgos psicológicos
y podría convertirse en algo
muy adictivo.
Debemos estar conscientes
de todo lo que hay realmente
detrás de una aplicación como
esta. Sabemos que cuando
apareció Facebook hace más
de 15 años, existían ciertos
intereses ocultos, que tiempo
después se fueron descubriendo y dándose a conocer.
Nuestro próximo reto será
entonces, el poder mantener
un equilibrio entre lo virtual
y lo real. El tener experiencias a nivel virtual, dejará una
serie de lecciones hechas por el
cerebro, que generará grandes
cantidades de dopamina, y en
consecuencia, provocará gran
satisfacción y adicción. Por lo
anterior se deseará estar cada
vez más tiempo en ese mundo
ilusorio, para así experimentar
lo deseado, ya sea por querer
estar explorando lugares desconocidos, o por querer estar
conviviendo con otras personas. Desde un punto de vista
constructivo, ver el proceso
y la terminación de muchos
proyectos antes de iniciar,
será fantástico.
Sin embargo, el lado oculto
del Metaverso será el tener la
libertad de hacer cosas que en
nuestra realidad están prohibidas. Primero por curiosidad
y más adelante quizás por placer. En ese oscuro entorno,
podrían darse diversos escenarios delictivos, como actualmente existen en la Deep Web,
pero de manera mucho más
frecuente.
Es importante resaltar, que
sin un control adecuado, algo
que pudiera iniciar como un simple entretenimiento, pasaría a
una necesidad de emociones
negativas y tóxicas. Sobre todo,
situaciones alejadas de nuestra propia naturaleza, que nos
harían olvidar lo que realmente
somos: una sola conciencia.
Además, si consideramos que mucha de nuestra
información personal ya la
tiene Facebook, Instagram,
WhatsApp y otras redes; la
Inteligencia Artificial podría
deducir los algoritmos de
nuestros comportamientos
ante los diferentes eventos
registrados en el mundo digital, generando así un avatar
muy similar al nuestro en el
mundo virtual. Debido a lo
anterior, sería posible que en
algún momento pudiéramos
cuestionarnos si hablamos con
algún amigo en el mundo real
o en el mundo digital.
Por lo anterior, será muy
importante seguir a nuestra
conciencia circunscrita, que nos
guiará para hacer lo correcto,
manteniéndonos siempre como
observadores de los acontecimientos, para así poder llevar
un equilibrio racional entre el
mundo real y el virtual.
Saber hasta dónde explorar
y qué información personal
compartir, será fundamental
para mantener nuestra identidad a salvo en el nuevo mundo
virtual del Metaverso.
Luis González “Lugi Goga” ing.luis.gonzalez.g@gmail.com
Ingeniero Civil con especialidad
en Desarrollo e Innovación
Empresarial por el ITESM. Ha
participado en diferentes
proyectos con base en
ingenierías de valor y optimación
de procesos.