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Apuesta por el rock

La frase aparece en una de las canciones emblemáticas del cantante Enrique Bunbury, en su disco “Pequeño Cabaret Ambulante”. La canción recorre un universo al límite en donde la letra nos lleva a investigar en la rebeldía, la libertad y la aceptación del azar como forma de vida.

El tema bordea un mundo extraño: la poética de la derrota. Si bien en una sociedad obsesionada por el éxito, este tema es un tema prohibido, el arte ve con otros ojos el extraño y problemático argumento de la derrota. La canción es una confesión de un fracaso, en donde la vida ha puesto al cantante en una encrucijada: debe aceptar que vive y lucha por una causa perdida.

La historia del arte es también la historia de los grandes derrotados: van Gogh, El Quijote, Kafka, Alejandra Pizarnik, Malcom Lowry, Lorca, Wilde, Miguel Hernández, Poe, Clara Peeters, Basquiat. La lista es interminable. Cada uno de ellos es una marca de la tremenda potencia del arte y también de la incomprensión de su tiempo. Estos nombres significan un hermoso fracaso personal, pero también significan una gran potencia espiritual, y esto es lo que al final mantiene su memoria viva entre los héroes de las artes.

Las causas perdidas nos fascinan porque tal vez entendemos que nuestro destino no es el triunfo sino el combate, la lucha, la voluntad indomable a pesar del tiempo y de los tiempos, a pesar de la hostilidad o el desamparo. Hay cierta sabiduría insustituible en la derrota, ese enfrentamiento con lo irremediable, con lo que nunca lograremos concretar; esa lucidez de quien está perpetuamente en lucha que aparece lo mismo en el rostro del Quijote que en la mirada de un migrante. La aceptación de un fracaso nos enseña que el afán de la vida no es el éxito, sino que lo que nos mueve es la ocasión de luchar.

Borges decía que la derrota lleva en sí una porción de dignidad que la victoria no conoce. Es probable que fracasemos al desear definir a la poesía, a la libertad, al amor, a la voluntad o a la rebeldía, no por esto dejaremos de intentar que esas palabras se hagan verdad en nuestras vidas.

Por mi parte, seguiré el consejo de Enrique Bunbury y me preparo para jugar mi apuesta por el rock, por la música, por la literatura, por la fuerza liberadora de la pasión. No hay más remedio que vivir de esta manera.


Samuel Rodríguez Medina 
Email: samuelr77@gmail.com 
Instagram: @samuelrodriguezdiciembre

Profesor de Arte, Cine y Estética en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un posgrado en Filosofía Contemporánea por la Universidad de Granada. Su más reciente publicación literaria es el libro de cuentos “La Ausencia” editado por Arkho Ediciones en Buenos Aires Argentina.