Entrevista: Edui Tijerina Chapa
Fotografía: Cortesía Gloria Mayo
GLORIA MAYO
Luchadora en todos los Rings
Nuestra amistad data de hace muchos
años. La admiración y respeto que
le tengo, igual. Por eso el orgullo y
satisfacción que sentí cuando aceptó
esta entrevista en la que hablamos de
todo, con alma y corazón en la mano.
Así, se optó por ir en orden y comenzamos remontándonos al principio…
¿Cuándo descubriste tu vocación artística?
En realidad, ha sido algo de toda la vida. Siempre quise ser
modelo y actriz. Para mi mamá era muy importante que tuviera
estudios universitarios, así que entré a Hotelería y Relaciones
Públicas. Lo cierto es que nunca ejercí. Tomaba las cátedras,
pero sin perder la esperanza de que un día surgiera la oportunidad de hacer algo en el medio artístico. A veces, me escapaba
de la escuela para ir a hacer pruebas de modelaje y hasta llegué,
también a escondidas, a buscar chance para cantar en algunos
lugares.
¿Cómo fue tu entrada a los concursos de belleza?
Cierto día, mi madre me invitó para ir a apoyar a una vecina
que participaría en “Señorita Distrito federal”. Estando en el
salón de eventos, fui al baño y, ahí, una persona me confundió con una de las concursantes. Me dijo que yo no podría estar en
ese lugar y que regresara a backstage. Le aclaré todo y me fui
a sentar a la mesa. Después de un rato, llegaron algunos representantes de los patrocinadores y me invitaron a participar, a
lo que acepté con la anuencia de mamá.
Me prestaron vestido de noche, de coctel, traje de baño, en fin,
todo para que en ese mismo momento me subiera a participar.
Quedé ganadora.
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Gloria Mayo |
“La
vocación
te empuja
y ayuda a
lograr que
el talento se
intensifique
y moldee
para
construir
una carrera
respetable"
Y de ahí, a la nacional en “Señorita México”.
En ese evento sucedió algo tan curioso, como inesperado.
Al quedar entre las dos finalistas, ya cuando Raúl Velasco se
disponía a anunciar el nombre de la triunfadora, a mi compañera
y a mí nos hicieron pasar al frente y tomarnos de la mano para
escuchar la decisión. Por alguna razón, tardaron cerca de 45
minutos, mismos que estuvimos ahí, paradas, frente a todos. Te
confieso que me sentía segura de mí misma, y más porque pasó
que los jurados empezaron a hacerme guiños y a hacer “pulgar
arriba”, dando a entender que yo sería la ganadora.
¡Pero a la hora de la hora, eligieron a otra chica! Eso originó
un gran descontento entre el público y la prensa que, por cierto,
me nombró “reina sin corona”. La gente estaba tan enojada que
hasta aventaron sillas. Fue un gran escándalo.
Dos semanas después, me llamaron los organizadores para
avisar que la ganadora había sido descalificada y, por tanto,
aunque ya habían entregado todos los premios a la otra, yo
quedaría como “Señorita México”.
Así, me fui a “Miss Mundo” donde tuve la oportunidad de
compartir habitación con Lynda Carter, “La mujer maravilla”,
saludar a la Reina Isabel y de descubrir mi veta como luchadora
social.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsA8U5o8KxqnTPO19LOOI5HTZbtM68C3S3L7KlH7HN4Qoj66ihodPPRmtvMyMAw_4AgMtofU4eDIoFeD38fB1Lm1LASPc68BjGlQw6WUdQf1hP5MsvHrsmXYAjrNkjXU83aS-m-lenBDw/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25281%2529.jpg) |
A lado de Christian Carabias, Rick Sánchez y Gabriel Mejia, 3 destacados hispanos que
recibieron un reconocimiento de parte de la Fundación “Mex I Can”. |
A ver, ¿cómo fue eso?
Al llegar, me di cuenta de que todo en torno al certamen tenía
tinte político. Lo único que interesaba a la prensa era fotografiar
a las concursantes de países en conflicto, supuestamente para
mostrar lo importante de mantener la amistad. Tomaban fotos
de Miss Estados Unidos con la de Israel; la de la India con la
joven de Inglaterra, y demás países que en ese momento estaban
teniendo problemas, pero sin voltear siquiera a ver a las latinas.
Platiqué con mis compañeras de Latinoamérica y presentamos carta con nuestra renuncia y la decisión de no seguir en el
concurso, por sentir que no se nos consideraba con la misma
importancia de los demás.
Los organizadores nos ofrecieron disculpas.
¿Qué diferencia encuentras entre los concursos de belleza
de aquellos años y los actuales?
A partir de ahí, hubo un gran cambio. Hoy en día, ese concurso
tiene orientación social; las participantes deben tener una causa
humanitaria para poder entrar y creo que parte de ese giro
fue todo lo que tuve la oportunidad de vivir y organizar en mi
tiempo. Se trata de que la mujer no sea vista sólo por su belleza
externa sino, también, por sus múltiples capacidades.
Ahora, las chicas tienen oportunidad de prepararse más y
seguir una visión diferente de la belleza; incluso, ya hubo una
concursante transgénero en España. Las redes sociales y la comunicación globalizada han jugado un papel muy importante.
“Tuve que
aguantar
un acoso
muy desagradable
durante los
muchos
meses que
duró una
telenovela;
fui objeto
de amenazas y humillaciones”.
Luego vino la televisión…
Después de los concursos de belleza, tuve la oportunidad de
trabajar al lado de Ernesto Alonso. La mayoría de las telenovelas
que hice en México fueron bajo su tutela, como “El Maleficio” y
“Extraños Caminos del Amor”, por ejemplo.
También trabajé en programas unitarios al lado de Alberto Vázquez, Héctor Bonilla, Fernando Luján y Héctor Suárez, así
como en emisiones musicales de la talla de “Siempre en Domingo”,
donde presenté un espectáculo con el que recorrí toda la República mexicana, centro y Sudamérica.
También cantas y bailas. Eres toda una “Mujer
Espectáculo”.
¡Claro! Se llamaba “Gloria Mayo y su show cómico, mágico,
musical” en el que, además de comedia, presentaba números
musicales y actos de magia; algo muy bien montado con muchos
bailarines y una gran producción.
Retomamos el tema de la televisión…
He estado en Televisa, TV Azteca, Telemundo, Univisión y Venevisión, actuando en múltiples series y novelas. Viví más de 15
años en Estados Unidos donde participé durante una década en
uno de los programas más vistos de la televisión latina de ese país: “Sábado Gigante “, al lado de Don Francisco.
De tener que elegir tu “Mejor trabajo en telenovela”, ¿cuál
sería?
Una serie que hicimos para Azteca, producida por José Nieto
y por mí, contando con el privilegio de tener como escritor al
gran Emilio Carballido. Fuimos de los primeros en producir
ese formato con equipo de cine, entregando temporada de 13
episodios, que es lo que se hace ahora; con un elenco de actores
de teatro que ahora están estelarizando muchas de las nuevas.
En mi faceta como actriz, protagonicé muchas de estas entregas.
La TV mexicana ha transmitido varias bodas famosas:
Lucero y Mijares, Eugenio Derbez y Alexandra Sánchez
Rosaldo, Eduardo Capetillo y Bibi Gaytán. Pero la tuya con
Kiko Campos fue la primera, la que sentó precedentes e
hizo historia. ¿Cómo fue?
Un 14 de febrero fuimos entrevista en el programa “HOY
MISMO”, que conducían dos grandes periodistas: Guillermo
Ochoa y Lourdes Guerrero.
Nos preguntaron por qué, si éramos una pareja tan conocida, no nos habíamos casado. Yo contesté, en broma, que era
porque Kiko no se quería casar. Así que, entre risas, salió que
ahí pusiéramos una fecha. La que se acordó fue para justo dos
semanas después, el 4 de marzo. Tuvimos sólo quince días para
organizar todo, incluyendo un permiso en gobernación, porque
él era extranjero. Poco después se nacionalizó mexicano.
Dimos muchas vueltas ya que en esa época habían llegado
muchos chilenos que vinieron a refugiarse por un problema
político en su país. Nuestro trámite se fue alargando y alargando. El permiso no se firmó sino hasta una noche antes de
la boda. ¿Te imaginas el nervio?
Fue la primera boda que se autorizó para pasar por televisión. La hicimos un sábado. La transmisión duró las 4 horas
del programa. De ahí nos fuimos al Restaurante “Arroyo”, que
nos ofreció una fiesta con muchísimos artistas invitados que
cantaron para nosotros. Fue algo inolvidable. Como anécdota
adicional, te puedo decir que la boda nos costó cero centavos;
todo nos lo regalaron… ¡Hasta la luna de miel!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhodP8qQ5KWpKrLFSvVjQGMB5odgDfF90f6HzdDxdUP7PVYr7NP3LEirzTL5-hCVtS2BgRl9HwnEVXGP2-k1BBFV-DVCcNEIZzbNKuYb09BV3RD4eZPn4xta5iKmG3o6OER8prA1bGH3V8/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25283%2529.jpg) |
Gloria Mayo como directora del segmento “Viva la Diva” de Sábado Gigante. |
“Mi boda
con Kiko
Campos fue
la primera
boda que
se autorizó
para trasmitir por
televisión
en México”
Durante la grabación de una telenovela fuiste víctima de
acoso sexual.
Fue muy incómodo y difícil. Tuve que aguantar un acoso muy
desagradable durante los muchos meses que duró la telenovela;
fui objeto de amenazas y humillaciones. Fui exhibida y humillada.
No se lo deseo a nadie.
Denuncié, pero no se tomaron medidas contra el acosador. Éste
se hizo la víctima y dijo que fui yo la que lo estaba hostigando, pretendiendo que me alargara y reforzara el papel. En ese momento,
estaba haciendo un antagónico y no tenía ninguna necesidad de
pedirle favor a nadie, nunca lo he hecho y jamás lo haré.
Esa persona ya murió. Nunca tuve la oportunidad de enfrentarlo como muchas víctimas lo están haciendo hoy en día con
sus victimarios. Ya él habrá sido juzgado en otro plano y no creo
que la esté pasando bien.
A mí me costó que me sacaran de la empresa y vetaran 28
años porque, desafortunadamente, en esa época no había una
sola ley que pudiera defender a la mujer y, además, el hombre
tenía derecho -o se sentía con derecho- de poder hacer lo que se
le diera la gana y si abríamos la boca nos “volteaban la tortilla”.
En parte, esa fue la razón por la que tuve que irme a otra
empresa y, después, a Estados Unidos, para poder seguir trabajando en lo que me apasiona. Afortunadamente, las cosas ya
cambiaron. Hay nuevas leyes y las mujeres estamos dispuestas a pelear hasta el último momento por ser respetadas y por
preservar la dignidad.
Ninguna mujer tiene por qué aguantar, ni callar, y mucho
menos ahora que existen organizaciones que apoyan en el proceso de denunciar. Que no les pase lo mismo que a mí, que tuve
que vivir todo eso sola, llorando muchas lágrimas y enfrentando
frustraciones durante años. De hecho, todavía no sé si lo tengo
superado.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBV9dH4HxAQiFZTbQLWCdilDfsIl9guj8n9jYm06NcEWrQc2PWnpa8piODf8Q8LjjqvikkbdAJAcG3GJBXrVzEAS5qGhlS_sRmPjDwQvxbzEeIBn0Cb6yRw8b60YXfpudqzXeqwpy3qrM/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25286%2529.jpg) |
Cobertura
de la boda
de Gloria
Mayo
con Kiko
Campos. |
Pasemos al mundo del teatro
En teatro he trabajado con grandes proyectos al lado de maravillosos actores.
Una de las experiencias más importantes para mí fue la de
protagonizar la primera puesta en escena en México del musical
“Cabaret”, el mismo que Liza Minnelli estelarizó en Broadway.
Estuve en “La muchacha sin retorno”, una obra de muchísimo
éxito, al lado de Ernesto Alonso, Rita Macedo, Susana Cabrera
y Berta Moss.
Compartí con Rafael Inclán, Alberto Rojas “El Caballo”, Alejandro Suárez y Rogelio Guerra, haciendo varias temporadas
con el Coronel Haro Oliva y su esposa Nadia Haro Oliva, quienes
tenían un teatro en el que se presentaban montajes de vodevil.
En cine también tienes una trayectoria impresionante, al
lado de grandes estrellas.
Imagínate. El mismísimo Don Mario Moreno “Cantinflas” me
dio la oportunidad de trabajar con él en una película muy divertida titulada “Conserje en condominio”. Debo reconocer que
me ayudó haber sido “Señorita México”. Eso llamó su atención
y para mí fue un honor compartir pantalla con él.
También alterné con María Elena Velasco, “La India María”,
que está catalogada como una de las figuras más taquilleras del
cine nacional. Fue en la película “El miedo no anda en burro”,
en la que también estuvieron Fernando Luján, “Chelelo” y Emma
Roldán.
Con Héctor Suárez compartí créditos en una película muy
importante: “El mil usos”, producida y dirigida por mi papá,
Roberto G Ribera. Esa cinta ganó varios premios internacionales y ha dejado huella por el tema que aborda. A partir de
ella fue que Héctor se ganó el respeto y estatus de gran actor.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_9A67LkN1MoIiSdg1KUa9Y6BYDF5KVhIIugVh0baoFZyAnik_FOKtwkzCF5i0s4Ms1qqE4rCIwnz32V36FQjnGIo4HAUGdCDF4qeH_pO1i1XZd4hZIZXpc9nJjOxmQRggawweCxuqRro/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25282%2529.jpg) |
Gloria Mayo como luchadora. |
“Cada vez
son más
los jóvenes
que quieren
conseguir
el éxito de
una manera rápida,
instantánea, sin
respeto al
aprendizaje, sin afán
de superación”.
A propósito de cine, ¡también hiciste películas de lucha
libre!
Y produje, además de actuar. Adentrarme al tema de la lucha
libre fue una experiencia maravillosa. Fueron proyectos muy
ambiciosos.
Estábamos asociados con el señor Lutteroth, dueño de la Arena
México, y justo en ese momento hubo un desacuerdo entre él
y Televisa, que decidió hacer su propia empresa dedicada a las
luchas. El caso es que tuve la oportunidad de entrenar y crear
un personaje llamado “La rosa de las estrellas”. Involucrarme
y sentir todo el ambiente que se vive en las luchas y, sobre todo,
entenderlas, significó mucho para mí. Comprendí por qué tienen
un público tan amplio y fiel y se han posicionado como una gran
y respetada tradición, parte de la cultura popular mexicana.
¿Cómo ves la evolución en temas y producción en el cine
mexicano?
Todo tiene que evolucionar y más ahora con tanta tecnología,
acceso a información y niveles de comunicación que tenemos a
través de las redes sociales. El cine ha tenido un cambio muy importante, aunque, por fortuna, no dejamos de admirar nuestra
época de oro, que fue semillero de grandes estrellas e historias.
En estos tiempos tenemos grandes directores que han destacado en el extranjero con otro tipo de películas, otros recursos
y otras maneras de contar las cosas, incluso con tramas completamente diferentes a las que nos hacen recordar nuestros
ayeres. Todos ellos enaltecen el nombre de México como fuente
de talento para el mundo audiovisual.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0taCI5Xqrh7OHyteUD96otsMHIccHh7aSyhyphenhyphen1gVuVr7qWWUTiTEG6wvafaxoKwpcZ2SEBczKdj0ajYbEgt3NytaAiBaB2KwghGc1yS8jNlWtncbjLIy5EIlEYdrtWjm6pO_Ft0RdlOro/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25284%2529.jpg) |
En portada de la fotonovela “MUSICAL” con Juan Gabriel. |
En tu rol como mentora de nuevas estrellas, ¿cómo
detectas a quienes tienen vocación y talento?
No sé si existe una técnica para detectar quién tiene talento o
vocación, pero a través del tiempo he descubierto que poseo la
sensibilidad necesaria para descubrir cualquiera de las dos cosas.
Puedes tener talento, pero no vocación y puedes tener vocación,
pero no talento. Definitivamente, tienen que combinarse para
llegar al éxito. El talento requiere de tiempo para ser pulido y
orientado. La vocación te empuja y ayuda a lograr que ese talento
se intensifique y moldee para construir una carrera respetable.
Las redes han cambiado mucho las cosas al respecto. Hay gente
de poco talento, pero mucha vocación y habilidad para manejar
su imagen, que logra ser famosa y tener miles, incluso millones,
de seguidores. Las grandes marcas buscan a esos influencers,
porque para ellos, lo valioso es el número de personas que los
toman como líderes de opinión.
Cada vez son más los jóvenes que quieren conseguir el éxito de
una manera rápida, instantánea, sin respeto al aprendizaje, sin
afán de superación. No les gusta la disciplina. Es una generación
que no quiere esforzarse. Quieren la vida fácil. Todo le molesta
y cualquier cosa les parece poco. Por eso les llaman “de cristal”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfHxORppT2UUYtZC41fCm9S7xEk-dJHT4mCRiH_H3YGCNjY9SyE41lerWYdCZm-UFIJOjzCjFGKZz80RiTt0kflfY2ex7zFYy8uSP2B5Mnpgf2jczvpXohqM0LIjWnLEksA3N8soRY_o0/s16000/Revista+Arte%252C+Cultura+y+Sociedad+numero+26+Segunda+Edicion%25285%2529.jpg) |
Gloria Mayo
con Don
Francisco. |
“Adentrarme al tema
de la lucha
libre fue
una experiencia maravillosa.
Fueron
proyectos
muy ambiciosos”
Cuéntame de tu labor en pro de los migrantes y
comunidad mexicana en Estados Unidos.
He conocido las condiciones difíciles y sacrificios de nuestros
paisanos en los Estados Unidos. En ese país viven más de 35 millones de mexicanos y de ellos, 12 millones son indocumentados.
Cuando migré con mi hija Gloria Aura, que estaba firmada
con Emilio Estefan para hacer su proyecto musical, ella todavía
era menor de edad y separarse de sus amigas en México fue
algo muy doloroso. Me decía que no quería perder su identidad mexicana. Ante eso, se me ocurrió mandarle a hacer unas
camisetas en las que se leía la palabra “MEXICAN”, para que al
salir a cantar todos vieran su nacionalidad.
Al revisar las primeras fotos, me di cuenta de que al separar
“Mexican” y dejar “Mex I Can” resultaba “México, yo puedo”, o sea,
el “Sí se puede” de los mexicanos que viven en la Unión Americana.
Justo por ese entonces llegaron tres huracanes seguidos que
dejaron muy desprotegidos a numerosos grupos de mexicanos
que se dedicaban a trabajar en el campo. Al ver sus necesidades,
decidí establecer una fundación que de inmediato fue autorizada
por las autoridades de Estados Unidos y que tomó por nombre,
precisamente, “Mex-I-Can”.
Empecé a buscar apoyos y a organizar actividades y campañas
encaminadas a dignificar a México y a los mexicanos que viven
en el extranjero. A la par, tuve la oportunidad de ser Consejera
Consultiva de los Mexicanos en el Exterior (IME) representando
al Estado Florida.
¿Algo que quieras agregar para nuestros lectores?
También, y como dato curioso, en dos ocasiones fui presidenta
del patronato de la escuela para perros guía para invidentes. Ha sido
parte de mi labor social, movida siempre por el amor al prójimo..
…Y así podríamos seguir para muchas más páginas de grandes
anécdotas, vivencias y aprendizajes. Gloria Mayo es una mujer
con tanto por contar y compartir que ya espero con gusto la
oportunidad de una “Continuación”.
Gracias, querida Gloria, por abrir tu corazón y dejarnos claro
que, además de ser humano fuera de serie, eres un ser de lucha en
todos los sentidos, en cualquier cuadrilátero y sin límite de tiempo.