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La destrucción de lo apropiado o una tarde con Yoko Ono | DIANA ELISA GONZÁLEZ | Septiembre 2020


La exquisitez de ser nosotrxs

La destrucción de lo apropiado o una tarde con Yoko Ono

Hace unos días, me enganché en una discusión sobre la artista nipona Yoko Ono. Mi interlocutor señalaba el poco valor de su obra y con cierto repudio, señalaba que había sido la culpable de la separación de los Beatles, rematando su argumentación con la sensación de pérdida por esas canciones geniales que John Lenon pudo haber seguido haciendo, pero se quedaron en el limbo.

Mi argumento iba por otro lado. Esa mujer me causa curiosidad, es un enigma. Logró ser punto de giro en la historia de un genio de la música y algo en mí, le guarda total respeto. Intocable. 

Me dispuse a empaparme de su obra y descubrí que sé muy poco de ella. Algunos la señalan como una artista de ruptura y otros coinciden con mi interlocutor: ella y la obra son basura.

Quizás eso es lo choca a muchos de Yoko Ono: fue el motivo, fue la causa.

¿Deberíamos reclamar a John o a Yoko su historia? 

Todo acto ocurre, porque es su tiempo de ocurrir. No antes, no después. 

La ruptura de los Beatles sería con ella o sin ella. Lenon era un creativo que encontró respuestas en la experiencia de vida con esa mujer. 

Por supuesto él siguió una ruta creativa distinta a la que llevaba y me hace entender que el ser no es inmóvil, está en continuo movimiento y en búsqueda permanente. El gran error sería quedarse quieto, dejar de preguntarse, creer que se ha llegado, echarse a dormir. 

Y es aquí donde me pregunto: ¿en cuántos momentos de nuestra vida entendimos que era el momento de dar un giro, romper con la inercia de lo cotidiano, léase una relación, un trabajo, un estilo de vida… y finalmente giramos? ¿deberíamos no hacerlo? 

¿deberíamos mejor contenernos porque es lo apropiado? 

¿lo apropiado para quién?  

¿actuar como otros lo esperan de nosotros? 

No dejo de ver el legado que nos dejaron como pareja y que se tradujo en música, plasticidad, poética y visión de vida. 

Pero permítame externar mi envidia: 

Encontrar. Reescribirse. Descubrir. Replantear. Bastarse.

Me fascina el arte conceptual, pero no me desgasto en preguntarme sobre la obra de esta mujer. Ella es su propia obra y eso me gusta. No la veo como musa, la percibo como respuesta. La destrucción de lo apropiado es sólo una puerta que cada quien decide abrir o no, y nadie sabe qué se esconde atrás de ella. Que haya suerte.



Diana Elisa González Calderón 
Docente e investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de México.