La exquisitez
de ser nosotrxs
Yo también
quiero sexo
Más allá del tabú, el gran
pendiente social
Hace unos días, me topé con el documental
catalán “Jo també vull sexe! (2016) dirigido por
Montse Armengou y Ricard Belis, el cual visibiliza los derechos sexuales de las personas
con discapacidad y reivindica la figura del
auxiliar especializado que apoya a las personas en esta condición de vida. Tal temática puede parecer extraña pues es un tabú
arraigado cultural y socialmente, el creer que
quien tiene la condición de discapacidad es
un ser asexual.
Lo que el film muestra es un interesante recorrido desde varias historias de personas con
discapacidad motriz e intelectual, donde se
resalta el importante rol de la familia cercana, así como de los amigos y por supuesto
de las instituciones, quienes deben formarse
en el tema para promover la salud sexual y
prevenir posibles riesgos, pero ante todo, entender a ese ser humano con necesidades
como usted, como yo y cualquiera.
El documental hace evidente la necesidad
de cercanía y destaca a ese ser humano,
en la vivencia de los mismos deseos que
cualquiera. Si bien, la figura de asistente que
habla la película lleva muchos años funcionando en Europa y es subvencionada por
el Estado, en México debemos iniciar visibilizando el tema y sensibilizando a cuidadores,
familia e instituciones.
¿Aún duda de la importancia del tema?
Mire el dato que da Francisco Teutli: “Ocho
de cada diez personas con discapacidad
intelectual sin información en sexualidad,
sufrirán algún tipo de abuso”. Por ello es
tan importante perder el miedo al tema y
hablarlo.
La OMS señala que “la sexualidad es un aspecto central del ser humano que está presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo,
las identidades y los roles de género, la
orientación sexual, el erotismo, el placer, la
intimidad y la reproducción. Se siente y se expresa a través de pensamientos, fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y relaciones. Si
bien la sexualidad puede incluir todas estas
dimensiones, no todas ellas se experimentan o expresan siempre” (WHO, 2006 y 2010),
y como puede leerse, el concepto va mucho
más allá de la genitalidad y ha sido poco
hablado desde la discapacidad.
Señala la OMS que la palabra sexo refiere a
las características biológicas, pero el término
“sexo” también es utilizado en el sentido de
actividad sexual. Pensar en salud sexual requiere un enfoque respetuoso de la sexualidad, así como de la posibilidad de tener
experiencias placenteras y seguras, libres
de toda coacción, discriminación y violencia.
La periodista Katia D’Artigues desde la asociación civil “Yo también” que trabaja a favor de la discapacidad e inclusión, lo deja
aún más claro al señalar que es importante
hablar de sexualidad desde edades tempranas y desde un sentido amplio, pues es
sobre “ser mujer o ser hombre. Sobre crecer
y los cambios del cuerpo. Sobre tener una
preferencia sexual u otra. De los lugares
privados y los públicos; de lo que se permite
en cada uno. De los límites, del consentimiento. De que ‘no es no’. De la higiene.
Y claro, del placer, sus responsabilidades,
riesgos, la manera de cuidarse”, lo que es
una manera de prevenir el abuso y fortalecer al ser humano en sus derechos, señala
la periodista.
En diversos contextos y épocas, se ha estigmatizado y excluído a las personas con
discapacidad, y este tema ha sido tradicionalmente invisibilizado. Desde los gobiernos,
la atención se ha centrado en una visión asistencialista, así como vinculada a la adaptación y rehabilitación, pero ha faltado entender
que el goce de derechos, comprende también lo relativo al ejercicio de su sexualidad y
maternidad. Por ello, es importante impulsar
que tanto gobierno, academia y asociaciones civiles, unan esfuerzos para el cambio de
paradigma que genere las condiciones para
el pleno goce de derechos.
Como ve, es importante hablar del tema. Ser
empáticos y entender que la palabra inclusión comprende que todo ser humano -independientemente de su condición de vida- es
sujeto de derechos. Derechos humanos que
no deben estar a discusión y nos corresponde a todas y todos defenderlos.
Diana Elisa González Calderón
Docente
e investigadora en la Universidad Autónoma
del Estado de México.