Por:
Lugi Goga
Fotografía:
Especial
Propósitos 2020 con
factor innovador
Es a través de un liderazgo con visión social, que se
pueden crear comunidades internas para el desarrollo
de un propósito y no sólo equipos de trabajos
independientes.
¡Muchas felicidades y próspero año 2020! Durante
los tres últimos meses del año pasado, compartí
temas referentes a la innovación y a su gran
impacto. En esta ocasión y con motivo del nuevo
año, hablaré de la importancia de tener un “propósito” para una “innovación”; par de palabras que
aparecen una y otra vez en artículos y programas de
negocios y donde las empresas más exitosas de hoy, son
las que logran conjugar ambos conceptos, creando con
ello nuevos productos y servicios, que atienden soluciones más prácticas para la sociedad en que vivimos.
Audando lo anterior a romper toda inercia negativa
que pudiese percibirse en el entorno del mercado y
sirviendo para implementar alternativas de cambio,
que harían más competitiva a la organización.
Primero que nada, hay que estar conscientes
de que todo tiene un orden y un modo correcto de
hacerse, ya que existen muchas empresas grandes y
pequeñas que se ponen a innovar, sólo por el hecho
de innovar y sin contar con un propósito especifico.
Acción que puede llevarnos a lugares no deseados y
que pocas veces brinda resultados permanentes. Sin
embargo, cuando se tiene una razón para innovar y
un propósito real para hacerlo, toda la organización
es inspirada para alcanzar el objetivo de una manera
mágica, conviertiendo esa acción en un generador
esencial para alcanzar el éxito.
Básicamente, para poder cristalizar ese sueño,
tenemos que visualizar de manera objetiva cuál es
el propósito real, es decir, definir la necesidad que se
busca atender e identificar al beneficiario final, siendo
éste último el principal objetivo y razón para que el
negocio exista. También se requiere un liderazgo con
visión social, donde se puedan crear comunidades
internas para el desarrollo del propósito y no sólo
equipos de trabajos independientes.
En otras palabras, se requiere un liderazgo para
un negocio donde todos los participantes puedan
tener un enfoque abierto y colaborativo, pero con
un propósito en común y creando una entidad única
dentro de la organización.
El proceso en cuestión se compone de dos partes; la primera corresponde a la metodología interna
que se sigue para crear la innovación con propósito,
sea para mejorar las ventas o la rentabilidad de los
productos y/o servicios. La segunda, se basa en los
roles e incentivos que existen para mejorar los resultados, trabajando sobre la línea de costos. En este
proceso, cada participante pone su granito de arena,
cumpliendo con una función del propósito en común.
La empresa hace lo mismo, al otorgar un incentivo
directo, ya sea económico o de reconocimiento, y
motivando dichas acciones al flujo de la inteligencia
creativa de la organización de una manera mágica.
Los principales beneficios con este enfoque, son la
reducción en costos, el aumento de personal implicado
en nuevos proyectos, la generación de nuevas patentes, el aumento de valor agregado para el cliente y el
ganarse el “corazón” del consumidor. Esto último
tiene implicaciones de trascendencia para toda la
organización, convirtiéndose en una fuerza interna
que transforma el “corazón” de toda la empresa, hacia
un capitalismo consciente, dentro de una economía
cada día es más competitiva pero comunitaria a la vez.
A nivel personal, lo anterior lo podemos también
aplicar a nuestra vida diaria, incluyendo dentro de
nuestros propósitos, algunos con una visión de ayuda
comunitaria y de beneficio social, utilizando exponencialmente nuestra creatividad para poder hacerlos realidad. La clave está en tenerlos claros y bien
definidos de acuerdo al entorno, elevarlos al punto
a donde queremos que lleguen, darles seguimiento
y ajustarlos con cierta fexibilidad, pero sin cambiar
el propósito final de cada uno de ellos.
Luis González “Lugi Goga”
ing.luis.gonzalez.g@gmail.com
Graduado de Ingeniería Civil
con especialidad en Desarrollo e Innovación Empresarial
en el ITESM. Ha participado en diferentes proyectos de
edificación vertical con base en ingenierías de valor y
optimación de procesos.