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Mirar de frente | DIANA ELISA GONZÁLEZ | Agosto 2019



La exquisitez de ser nosotrxs

Mirar de frente

Dicen que la historia la escriben los vencedores. La historia de la cultura ha omitido una gran cantidad de nombres, y entre ellos, una gran cantidad de mujeres. Hacer visibles los logros y aportes, es un acto de justicia y reivindicación al mérito propio de cualquier ser humano, aparte de generar modelos positivos que sirvan de inspiración a las nuevas generaciones.

Hace años, sin querer me topé con la referencia a una directora de cine mexicana, para mí desconocida. La fuente periodística que leía, señalaba su gran aporte al dotar a las mujeres de la pantalla cinematográfica de la posibilidad de mirar de frente, es decir, estando en el contexto de la época de oro del cine mexicano, criticó los roles de abnegación y sumisión en la representación de lo femenino; y que fueron estereotipos señalados como “el deber ser” a un gran público espectador.

Buscar referencias a la obra de esta cineasta no me fue fácil y mucho menos el acceso a sus películas, después entendí el porqué.

Matilde Landeta nació en Ciudad de México en 1913. Inició como scriptgirl y llegó a ser asistente de grandes directores de la época de oro del cine en México. Fue de las primeras mujeres que laboraron en un medio asignado sólo a los hombres en ese tiempo. Fue continuamente desestimada su intención de dirigir, por lo que llegó a contar que tuvo que vestirse de hombre y preguntar si era el género el impedimento.

Dirigió su primera película en 1948, la segunda en 1949, la tercera en 1951 y la última, 40 años después. El motivo del veto, tuvo que ver con la crítica que hacía desde sus películas al orden social entre géneros, pero también a las diferencias en modos y costos al producir, por lo que algunos biógrafos, reseñan el boicot que la industria de la época hizo a su obra. Nadó a contracorriente, ejemplo de ello es el Premio Internacional que recibió su guión “El camino de la vida” dirigido por Alfonso Corona Blake, el cual nunca le fue entregado; o que tuvo que vender sus tres primeras películas a España para financiar la última.

Durante esos 40 años de veto, Doña Matilde Landeta impartió clases en la primera escuela de cine, fue responsable del banco de guiones en la SOGEM, escribió más de 110 cortometrajes para la industria estadounidense y fue dos veces Presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Sus 4 películas, comparten una premisa muy particular para la época: hacer un cine que mostrara a mujeres de verdad,“que hicieran algo en su vida”. Fue así que dotó a sus protagonistas de una fuerza no vista antes en cine y las hizo no agachar la mirada a los deseos del destino o de su contraparte masculino. Las hizo mirar de frente, tal como lo refirió la fuente periodística que señalo al inicio de este escrito.

Murió en 1999 y, a pesar de que fue merecedora de grandes reconocimientos, sigue siendo desconocida para un público mexicano que debería conocer la obra de esta mujer que abrió camino a la participación de las mujeres en la industria y que generó reflexión a la idea de lo femenino, lo que es un gran aporte. Ella, bien podría ser una protagonista de sus películas. Nos toca aplaudirla.


Diana Elisa González Calderón 
Doctorada por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es docente e investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de México. (Este documento está inspirado en una investigación mayor de la misma autora)