La exquisitez
de ser nosotrxs
Mirar
de frente
Dicen que la historia la escriben los vencedores.
La historia de la cultura ha omitido una gran
cantidad de nombres, y entre ellos, una gran
cantidad de mujeres. Hacer visibles los logros y
aportes, es un acto de justicia y reivindicación al
mérito propio de cualquier ser humano, aparte
de generar modelos positivos que sirvan de
inspiración a las nuevas generaciones.
Hace años, sin querer me topé con la referencia
a una directora de cine mexicana, para mí
desconocida. La fuente periodística que leía,
señalaba su gran aporte al dotar a las mujeres
de la pantalla cinematográfica de la posibilidad
de mirar de frente, es decir, estando en el
contexto de la época de oro del cine mexicano,
criticó los roles de abnegación y sumisión en la
representación de lo femenino; y que fueron
estereotipos señalados como “el deber ser” a
un gran público espectador.
Buscar referencias a la obra de esta cineasta
no me fue fácil y mucho menos el acceso a sus
películas, después entendí el porqué.
Matilde Landeta nació en Ciudad de México en
1913. Inició como scriptgirl y llegó a ser asistente
de grandes directores de la época de oro del
cine en México. Fue de las primeras mujeres
que laboraron en un medio asignado sólo a
los hombres en ese tiempo. Fue continuamente
desestimada su intención de dirigir, por lo que
llegó a contar que tuvo que vestirse de hombre
y preguntar si era el género el impedimento.
Dirigió su primera película en 1948, la segunda
en 1949, la tercera en 1951 y la última, 40 años
después. El motivo del veto, tuvo que ver con
la crítica que hacía desde sus películas al
orden social entre géneros, pero también a las
diferencias en modos y costos al producir, por
lo que algunos biógrafos, reseñan el boicot que
la industria de la época hizo a su obra. Nadó a
contracorriente, ejemplo de ello es el Premio
Internacional que recibió su guión “El camino
de la vida” dirigido por Alfonso Corona Blake,
el cual nunca le fue entregado; o que tuvo que
vender sus tres primeras películas a España para
financiar la última.
Durante esos 40 años de veto, Doña Matilde
Landeta impartió clases en la primera escuela
de cine, fue responsable del banco de guiones
en la SOGEM, escribió más de 110 cortometrajes
para la industria estadounidense y fue dos veces
Presidenta de la Academia Mexicana de Artes
y Ciencias Cinematográficas. Sus 4 películas,
comparten una premisa muy particular para la
época: hacer un cine que mostrara a mujeres de
verdad,“que hicieran algo en su vida”. Fue así que
dotó a sus protagonistas de una fuerza no vista
antes en cine y las hizo no agachar la mirada a los
deseos del destino o de su contraparte masculino.
Las hizo mirar de frente, tal como lo refirió la fuente
periodística que señalo al inicio de este escrito.
Murió en 1999 y, a pesar de que fue merecedora
de grandes reconocimientos, sigue siendo
desconocida para un público mexicano que
debería conocer la obra de esta mujer que abrió
camino a la participación de las mujeres en la
industria y que generó reflexión a la idea de lo
femenino, lo que es un gran aporte. Ella, bien
podría ser una protagonista de sus películas.
Nos toca aplaudirla.
Diana Elisa González Calderón
Doctorada
por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Es docente e investigadora en la Universidad
Autónoma del Estado de México.
(Este documento está inspirado en una investigación
mayor de la misma autora)