Por:
Gabriela Arenas
Fotografía:
Cortesía
EDUARDO GONZÁLEZ
Pasión por la Fotografía
Considerado como
uno de los pilares de la
fotografía en México,
Eduardo González nos
relata como expresa
su pasión a través
de las imágenes que
plasma, cada vez que
dispara su cámara,
para captar un momento en el tiempo.
¿Cuáles fueron tus inicios en la fotografía?
“Cuando estaba en Pachuca un tío me prestó una
cámara Minolta de 35mm y los fines de semana me
iba a tomar fotos a los alrededores de la CDMX,
ahí descubrí el Club Fotográfico de México, entré
por curiosidad a escuchar una plática y me gustó
todo el ambiente donde se hablaba el mismo idioma
fotográfico. Empecé a ir una o dos veces por semana”.
“Un día vi un anuncio en el periódico Excélsior que decía:
“Compramos fotografías de la República Mexicana”, y pensé
que tenía algunas fotos que consideraba buenas porque habían
ganado en el grupo fotográfico, ¿porqué no llevarlas? Entregué
alrededor de 25 fotografías y me compraron 13. Eso sucedió en
el año de 1983, me pagaron $1,500 pesos por cada foto, era ¡un
mundo de dinero!”.
“Recorrí Querétaro, Pachuca, Aguascalientes, Coahuila y Nuevo
León por el mismo proyecto, revelaba los rollos en la colonia
Condesa y fue ahí donde conocí a Carlos Amador, de quien les
hablaré un poco más adelante”.
“También trabajé para el Instituto Nacional Indigenista en
1984, recorriendo algunos de los lugares más recónditos de
Oaxaca y tomado series de fotografías de las comunidades
indígenas, para la publicación de libros bilingües (indígenaespañol) de primaria. Esos fueron mis primeros trabajos
profesionales”
“En esa época fui al estudio de Carlos Amador, entré a un
espacio lleno de lámparas, cámaras de formato medio y de placas.
Era un lugar donde además se reunían a cantar y tocar guitara,
me gustó mucho el ambiente y un día me dije: yo quiero ser
fotógrafo. Renuncié a mi trabajo y me fui a vivir a la CDMX a
una casa de asistencia y le pedí a Carlos ser su ayudante. Él ya
contaba con uno, pero me dijo “vente”. No tenía dinero para
pagarme, pero no me importaba, porque lo que yo quería era
aprender y trabajar. Estuve con el aproximadamente 2 años
estudiando de todo y absorbiendo como esponja, iniciando yo
así con este arte”.
¿Qué significa la fotografía para ti?
“Es mi vida, es una pasión, es lo que me ha permitido conocer
lugares y personas, es mi forma de expresarme a través de la
imagen”.
¿Qué ves de ti en tus fotografías?
“Decían los grandes maestros, que aparte de lo que expresas,
el fotógrafo se muestra en cada imagen. Fotografiamos lo que
somos y lo que vemos. Sé que parte de mi está en cada una de
mis imágenes”.
¿Qué piensas cuando tomas tú cámara?
“Pienso en salir a tomar fotos, a veces por encargo otras veces
por gusto, pero como le digo a mis alumnos, hago dos tipos de
fotografía: unas para comer y otras para vivir, estas últimas son
las que más me apasionan”.
“Cuando tomo la cámara pienso si lograré una buena fotografía, muchas veces regreso sin ella, pero no pasa nada”.
Sé que te gusta el trabajo de Cartier-Bresson, Álvarez
Bravo, Nacho López y Héctor García entre muchos más,
¿qué encuentras en cada uno de ellos para admirarlos?
“Desde que inicié, el género que más me atrajo fue el de la
vieja escuela, la que muestra la condición humana, la gente,
las calles, la vida misma. Otros de los grandes maestros de
la fotografía que admiro son Robert Doisneau, Willy Ronis y
Graciela Iturbide. No para copiar su trabajo sino para tomarlos
de inspiración”.
¿Cómo definirías el tipo de fotografía que realizas?
“Es algo muy ecléctico, me gusta la fotografía documental, la
de la calle, la de la gente, pero de pronto también hago algo de
retrato, paisaje, abstracción. Pero definitivamente donde siento
que he logrado mis mejores imágenes es en la fotografía de calle
o documental. También trato de experimentar y buscar nuevas
formas de expresión, nuevos retos, ya que de otra manera caes
en tu zona de confort y no avanzas”.
La mayoría de tus fotografías son en blanco y negro, ¿qué
encuentras en ellas que no te da el color?
“Me gusta mucho la fotografía en blanco y negro, porque al
sustraer los colores de una imagen haces que el observador se
conecte más en el contenido de la imagen, en sus luces, sombras,
volúmenes y texturas. Aunque en los últimos años he descubierto
el color y lo he desarrollado”.
¿Qué buscas transmitir en cada una de tus fotografías?
“Capturar ese pequeño instante, esa emoción, muchas veces
es algo intuitivo, de pronto no sabes a qué te vas a enfrentar o
qué vas a fotografiar, sólo respondes de una manera automática
e intuitiva, disparando la cámara”.
“La fotografía es capturar ese pequeño
instante, esa emoción. Muchas veces
es algo intuitivo, de pronto no sabes a
qué te vas a enfrentar”.
¿Tus fotografías son una herramienta social o una expresión artística?
“Yo me considero un fotógrafo sin adjetivos, que sea arte o
no, no está en mi decirlo. Por supuesto hay fotógrafos o artistas
que ven a la fotografía como una forma de expresión artística
y claro que lo es. Yo tomo fotos porque me gusta expresarme
a través de las imágenes”.
Por años te has dedicado a la docencia, ¿cuál es el
principal consejo que les das a tus alumnos?
“La mayoría llegan y quieren aprender fotografía y se circunscriben únicamente a lo que es la cámara y la fotografía.
Pero no es sólo eso, la fotografía es un lenguaje, una forma de
expresión, siempre les digo que se alimenten a través de todos
los sentidos, del cine, la literatura, que visiten museos, galerías,
que conozcan de historia del arte, que aprendan acerca de la
vida que pasa frente a ellos. Hay que alimentarse para poder
expresar algo a través de las imágenes, si uno no lo hace, las
imágenes no van a decir nada, hay que tener esa avidez por el
conocimiento y tener presente que es el recorrido lo interesante,
no la meta última”.
Sé que acabas de exponer en Dreux, Francia, ¿podrías
hablarnos un poco de esa exposición?
“Fue a través de la invitación de una alumna, que se encarga
del intercambio cultural con diferentes lugares. Primero se
pensó en Washington, DC, pero por problemas con el gobierno
americano que tenían cerradas sus oficinas, no se pudo realizar ahí”
“Se vio la posibilidad de exponer en Dreux, donde cada año
se realiza un festival de cine, exposiciones y películas. Este
año México fue el país invitado, así que armamos la exposición
y envié las fotografías. Estuvieron expuestas del 3 de marzo al
4 de abril de este mismo año. La exposición se llamó “Miradas
de Fe”, siendo expuestas fotografías que tenían la fe como tema
principal, imágenes de la Procesión del Silencio en SLP, del Niño
Fidencio en Mina NL y de Las Noches de Muertos en Pátzcuaro
Michoacán. Fue la exposición inaugural del festival de cine de
aquel lugar”.
¿Cuáles han sido tus 3 exposiciones más importantes y
qué significado han tenido para ti?
“He tenido exposiciones colectivas e individuales, yo creo que
las más importantes para mí son: ésta que acaba de pasar en
Dreux, las de la Republica Checa, donde he tenido la oportunidad
de exponer 4 veces y la del Museo Metropolitano de Monterrey
hace poco más de diez años, entre otras”.
“Las exposiciones representan un escaparate para mi, ya que
las fotografías se hacen para mostrarlas. Lo que aun tengo como
asignatura pendiente es la publicación de mi libro”.
“La fotografía es
mi vida, es una
pasión, es lo que
me ha permitido
conocer lugares
y personas, es
mi forma de
expresarme
a través de la
imagen”
¿Tu sueño como fotógrafo sería ese?
“No sueño, sólo busco una forma más para publicar mi trabajo
y darlo a conocer. De hecho, ya hay algunas platicas en este
sentido, lo quiero hacer en un corto a mediano plazo”.
¿Qué más esperas de la fotografía?
“Seguir trabajando y tomando fotos, hasta que me sea permitido, continuar dando clases, tener la posibilidad de seguir
viajando, ya que me gusta ese tipo de fotografía, y continuar
haciendo lo que me apasiona como lo he hecho hasta ahora”.
Conócelo
Nació en Monclova, Coahuila, un 13
de octubre de 1956, pero desde muy
pequeño emigró junto con su familia
a la ciudad de Monterrey, razón por lo
cual se considera regiomontano.
Estudió Ingeniería Química en la UANL,
por su trabajo radicó en Pachuca y en
la CdM, justo donde la fotografía se
cruzó en su vida y decidió dedicarse
por completo a ella.