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Por: Roberto Garza
Fotografía: Archivo
Fotografía: Archivo
No todo lo que
brilla es Roma
El cine que propicia el
intercambio de ideas, que
incita al análisis y que
promueve la diversidad en
formas de pensar, debería
tener también el reto de ser
lo suficientemente atractivo
como para llegar a un mayor
número de personas.
¿
Quién no ha escuchado hablar
de “Roma”? el largometraje del
cineasta Alfonso Cuarón, que
recién ganó los premios a Mejor
Director y Mejor Película Extranjera en la ceremonia de los Globos de Oro.
Roma es una película autobiográfica,
inteligente y emotiva, que narra las realidades de un México contemporáneo,
visto a través del mismo director de la
cinta, que nos comparte su vida a través de recuerdos muy personales, que
va plasmando a través de múltiples imágenes, en una cinta que es mitad ficción.
El film también ganador del León de
Oro en la Muestra de Venecia, fue recientemente nominado a los premios BAFTA
y a los del Sindicato de Guionistas de los
Estados Unidos. Adicionalmente, esta
cinta es candidata oficial para competir
por México en los Premios Oscar y Goya,
dentro de la categoría a Mejor Película
Extranjera.
En el sitio web Rotten Tomatoes, especializado en evaluación y reseña de films,
esta película recibió un 96% de calificación por la crítica de profesionales. De
manera general, ha sido ovacionada por
la prensa internacional con comentarios
como el de Adam Graham de Detroit News
que expresó: “la película es viva como
pocas, “Roma” es una suntuosa pieza de
producción cinematográfica”, mientras
que Michael Phillips, de Chicago Tribune
manifiesta: “el film da tanto que ver en
cada nueva viñeta, en cada composición,
de hecho ver la película dos veces se convierte en una agradable necesidad”.
Sin embargo por otra parte, estoy
seguro que si usted se da el tiempo de
preguntar su opinión a personas que
hayan visto esta película, muchas de ellas
le dirán que estaba tediosa, lenta y que
se quedaron dormidas mientras la veían.
La cinta que se creyó sería aclamada por
los mexicanos, resultó ser duramente criticada en redes sociales, calificándola de
pretenciosa, aburrida, sin trama y poco
entretenida.
Me llamaron mucho la atención algunos
comentarios recurrentes, que mencionaban que la película sólo le gustaba a los
que se creían cinéfilos o a los amantes
del cine de arte, siendo ahí precisamente
donde creo tenemos todavía mucho por
hacer como audiencia en México o mejor
dicho como industria del cine toda. ¿Será
la falta de formación de públicos?, ¿Nos han
acostumbrado sólo al cine “palomero”?,
¿No somos capaces de entender un cine
más serio, reflexivo y de análisis?, ¿Se nos
dificulta tener una mirada crítica hacia
relatos del pasado de nuestra sociedad?
Ciertamente todo lo que arriba se
menciona tiene algo de verdad, ya que
como público tenemos todavía un largo
camino por recorrer en lo que nos falta
por aprender. Ahora bien, en mi muy
personal punto de vista, considero que el
buen cine, ese que propicia el intercambio de ideas, que incita al análisis y que
promueve la diversidad de formas de pensar, debería tener también el reto de ser
lo suficientemente atractivo como para
llegar a un mayor número de personas.
Esas producciones como la de “Roma”,
también tendrían qué contar con más
elementos que le permitieran “ganchar”
a esos públicos que las critican, dando la
oportunidad a más gente de entrar en el
círculo del disfrute del buen cine. ¿Usted
que opina?
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