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Por: Mimi Cavalerie Salazar
Fotografía: Cortesía Cinelebu
Fotografía: Cortesía Cinelebu
Cinelebu 2025
La escena que viene: mujeres, cortos y alianzas en el corazón de Chile
En su vigésimo quinta edición, el Festival Internacional de Cine de Lebu (CINELEBU) reafirmó su condición de plataforma estratégica para el cortometraje en Latinoamérica. Consolidado como el único festival chileno que califica obras para los premios Oscar y Goya, CINELEBU 2025 desplegó una programación marcada por la diversidad territorial, el protagonismo femenino, la innovación técnica y un creciente diálogo entre la industria local e internacional.
Desde sus competencias oficiales hasta su sección de industria Biobío Conecta, el certamen —realizado en las ciudades de Concepción y Lebu— volvió a demostrar que el cine breve tiene voz, futuro y ambición global.
UNA CLAUSURA CON SELLO FEMENINO Y VISIÓN REGIONAL
La ceremonia de premiación oficial, llevada a cabo en el Salón Gregorio de la Fuente del Gobierno Regional del Biobío, estuvo fuertemente marcada por la presencia de mujeres creadoras, tanto delante como detrás de la cámara. La realizadora Sofía Rodríguez, oriunda de Rapa Nui, fue una de las figuras más destacadas de la noche: su cortometraje Marahoro se alzó con los premios a Mejor Ficción Regional —categoría calificadora a los Oscar— y Aporte a la Cultura, convirtiéndose en un símbolo del cine hecho desde territorios insulares con identidad propia.
A su vez, María José Rojas Olivares fue reconocida por su documental La casa, el lago y el trigo, que obtuvo el premio a Mejor Documental Regional, mientras que Rocío Huerta recibió una mención honrosa por su trabajo. En el ámbito actoral, los premios Chileactores distinguieron a Ana Burgos como Mejor Actriz por Frascos Vacíos y a Benjamín Leiter como Mejor Actor por Atajo.
En las categorías internacionales, Ángulo Muerto del español Cristian Beteta fue galardonado como Mejor Ficción Internacional; Po Fentanilio, del lituano Rinaldas Tomasevicius, se impuso en Documental Internacional; y Detlev, del alemán Ferdinand Ehrhardt, recibió el premio a Mejor Animación Internacional.
La categoría Pueblos Originarios premió a Vientre de luna, dirigida por Liliana K’an (México), mientras que el Premio del Jurado Estudiantil recayó en Vasos Rotos, de José Pérez, rodado en Concón, Viña del Mar y Valparaíso.
BIOBÍO CONECTA: EL MÚSCULO INDUSTRIAL DEL FESTIVAL
En paralelo a la competencia oficial, Biobío Conecta —la sección de industria del festival— articuló un robusto ecosistema de formación, asesoría y pre - miación, reafirmando que el cortometraje también se construye con redes, colaboración y profesiona - lización. Durante tres intensos días en la ciudad de Concepción, cineastas de todo el país participaron en laboratorios, tutorías, presentaciones y encuentros con destacados referentes internacionales.
EL LAB CINELEBU
Centrado en proyectos en etapa temprana de desa - rrollo, premió a The Forbidden Ritual, dirigido por Capriccia Barrios Donato y producido por Constanza Quilapi Silva. El galardón, entregado por Válvula Films, consiste en servicios de postproducción — corrección de color y mezcla de sonido para teaser o tráiler— valorizados en 2.200 USD, lo que permitirá al equipo proyectar internacionalmente su propuesta desde las primeras etapas.
WIP CINELEBU
Orientado a obras en etapa avanzada de montaje, reconoció el cortometraje Réplica, de Valentina Reyes, con un apoyo integral que supera los 34.000 USD: postproducción completa a cargo de Chemistry, dis - tribución internacional a través de Festhome y un estreno exclusivo en Cine Arte Alameda, el principal espacio de cine independiente en Chile. El jurado, compuesto por Edui Tijerina (guionista de Cantinflas), Ari del Castillo (representante de Chemistry) y Moi - sés Tuñón (director de Festhome), destacó que este triple premio representa “un pase directo al circuito internacional” para la cineasta.
FILMA BIOBÍO
Por su parte, la sección Filma Biobío —una experien - cia intensiva que desafía a los equipos a crear un cortometraje completo en solo cinco días— premió al equipo de Lebar, conformado por Nivaldo Riffo, Evaristo Jarawi y Jean Alvarado. Gracias a su sensi - bilidad narrativa y técnica, obtuvieron el premio de postproducción integral, también a cargo de Che - mistry, valorado en 30.000 USD.
Uno de los hitos más innovadores fue la incorpo - ración del Premio DINT-Provoz, entregado por las empresas líderes en doblaje profesional en Chile.
Este reconocimiento, valorizado en 7.000 USD, fue otorgado a Mateo, dirigido por Francisco Arias, producido por Gonzalo Rodríguez y protagonizado por Johan Betancur, permitiendo a su equipo acceder a estándares internacionales de sonido y doblaje.
VOCES GLOBALES Y ALIANZAS ESTRATÉGICAS
La edición 2025 de CINELEBU contó con la participa - ción de destacadas figuras internacionales que no solo elevaron el nivel de las asesorías técnicas y creativas, sino que también consolidaron al festival como un punto de encuentro entre la producción audiovisual latinoamericana y la industria global. Entre ellas, bri - lló Esther García, reconocida productora española vinculada durante décadas a El Deseo —la compañía de los hermanos Almodóvar—, quien formó parte del jurado oficial. Su presencia aportó una mirada aguda y exigente al proceso de evaluación, y fue enfática al destacar la calidad de los cortos en competencia: “Ha sido una edición extraordinaria en la que hay muchísimos cortos merecedores de haber ganado. Ha sido una durísima contienda... Estamos muy felices de la decisión final”, señaló.
Junto a García, también participaron referentes como Linda Olszewski, curadora de cortometrajes para los Premios Oscar; Edui Tijerina, guionista de Cantinflas; Ari del Castillo, representante de la casa postproductora Chemistry; y Moisés Tuñón, director de la plataforma Festhome. Este conjunto de voces expertas no solo fortaleció el proceso de premiación, sino que ofreció asesorías directas a los y las realizadoras, promoviendo la circulación internacional de sus obras y estimulando el desarrollo técnico y narrativo desde una perspectiva intercultural.
Asimismo, el reconocido director chileno Rodrigo Sepúlveda (Tengo miedo torero) tuvo un rol protagónico en esta edición al dirigir un documental sobre el certamen y liderar el proyecto El Corto de Lebu junto a estudiantes de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Esta iniciativa, que mezcla registro, pedagogía y creación, dejó una huella audiovisual profunda y potenció el vínculo entre el festival y la formación académica.
UNA RED QUE SE EXPANDE DESDE EL BIOBÍO
Detrás de cada reconocimiento hubo un tejido institucional clave. Universidades como UNIACC, UDD, UDLA, UBB, UCSC, CEDUC y DUOC participaron activamente, tanto en la formación de públicos como en el acompañamiento técnico a los equipos. Del mismo modo, empresas como Chemistry, Festhome, Válvula Films, DINT-Provoz y Cine Arte Alameda se consolidaron como aliadas esenciales para profesionalizar la cadena de valor del cortometraje.
Con más de 6.000 postulaciones internacionales y más de 100 cortometrajes seleccionados de América, Europa y Asia, CINELEBU 2025 volvió a demostrar que el cine hecho desde el sur de Chile no solo tiene identidad, sino también estrategia, visión y alcance.
En su edición número 25, el festival no solo celebró un cuarto de siglo de existencia, sino que consolidó su proyección como uno de los motores culturales más relevantes del continente.
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